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Daniela:

Estuvimos poco tiempo en Colombia, de las tres semanas que teníamos solo estuvimos en Barranquilla la mitad de la primera semana. Cinco días en los que Luke no dejó de seguirme con su cámara grabando todo. TODO. lo que hacía. Solo me libraba de él cuando iba al baño, el resto del tiempo estaba sobre mi, filmando.

  — Intento jugar, Luke. Deja de amenazarme con esa cámara—gruñí sin despegar la vista de la pantalla del computador.

— Amenazarte con esta cámara es mi trabajo —la acercó más a mi (Ahora que lo pienso... eso suena mal)—. Y es un trabajo que me gusta.

Reí y separé una mano del teclado para pegarle y hacer que se alejara. Él lo hizo, dejando la filmadora en el escritorio, acercando otra silla y ubicándose junto a mi.

  — No deshiciste la maleta ¿cierto? Volveremos a viajar mañana temprano

Negó con la cabeza de forma enérgica y sonrío aunque se notaba que tenía muchas preguntas.

  — ¿A dónde viajaremos?

  — Chile, Santiago de Chile —dije y me sentí James Bond.

El dormido Luke cabeceó todo el viaje hasta que apoyó su cabeza en mi hombro de forma definitiva y comenzó a babearlo, ya dormido.

  — Despierta—lo empujé riendo para que despertara y dejara de babearme.

Luego de un bostezo y unos segundos para que su cerebro funcionara correctamente habló.

  — No te lo pregunté ayer pero ¿por qué vamos a Chile?

  — Nací en Colombia en... No podría llamarlo un hogar roto porque fue un hogar que en realidad jamás existió, fue cosa de un momento en lo que como consecuencia nací yo. Hubo muchas peleas y al final terminé viviendo por turnos con cada uno. En Chile y en Colombia, me mudé a Australia porque mi mamá fue también allí durante un tiempo aunque al final regresó; y así dividimos también este viaje: una parte con mi papá y su pareja —hice un gesto con la cabeza queriendo señalar el país en el que estuvimos pero no sé si él lo entendió— y ahora iremos con mi madre. 

Bajamos cansados del avión pero eso no impidió que Luke me acosara de nuevo con la cámara hasta que vimos el auto de mi familia recogernos al aereopuerto.

A la mana siguiente obligué al flojo de Luke a levantarse para que salieramos un rato, el mes de Septiembre era agradable y bonito o siempre había parecido así a mi ya que todos estaban celebrando por todos lados, había mucha música y asados. Me gustaba.

   — ¿A dónde quieres ir?

  — Vamos a una fonda, aprenderás algo de cultura y tradición chilena —reí un poco imaginando lo mucho que desencajaría el alto, rubio y ojiazul Luke entre todos los latinos. Asintió intentando comprender mis palabras, obviamente "fonda" no tenía sentido alguno para él—. Ya verás lo que es ahora si quieres salir de este país con celular mejor guárdalo y no lo saques.

Se vio confundido de nuevo, me gustaba esa expresión en él. Se veía tan tierno. Estiré mi mano, acaricié su mejilla y me estiré para dejar un corto beso en sus labios. Había intentado mantenerme alejada de sus labios después de lo del bar pero me había resultado difícil, eran tan dulces y suaves sus besos.

El estadio nacional estaba lleno de toldos, carpas y stands que ofrecían diferentes mercancías: en algunos habían bebidas (en su mayoría alcohólicas),comida, juegos y en otros había también artesanías. Me acerqué a uno que vendía trajes típicos y compré un traje de huaso para Luke solo porque me pareció que se vería tierno en él.

10 Minutes Of Winter (5SOS) AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora