Capitulo IV

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Estar en esta posición con Tadeo, deja mucho que pensar, solo espero que nadie entre a la cocina, no sé cómo sería mi cara y me iría corriendo a mi cuarto de la vergüenza. Su mirada me quita el aliento, su respiración me saca de mis pensamientos y el olor a mora me hacen delirar.

–Tadeo, eh, aléjate por favor... –digo mientras deseo que en realidad algo pueda ocurrir, ¿what?

–Está bien, Allison, lo siento... –dice mientras juega mordiéndose los labios, esto no puede ser.

–Gracias, de verdad que hablo en serio, esto es muy... –sus manos de pronto afianzan a mis caderas y un ligero apretón me deja perpleja. –Casanova... –le miro fijo. –Conmigo no es así –ríe.

Estamos a solo un movimiento de besarnos, su aliento a chicle de mora golpea mi rostro y nuevamente me debilita. Ahora sí quiero sus labios, ¿that fuck, Allie? Lo miro a sus ojos azules y sonrió un poco de lado, incitando a que quizás me bese, –me lleva la que me trajo– él traga con dificultad y muerde sus labios, sin dudas no aguanto más.

– ¡Oye Allie! Quería... ¿Qué sucede aquí? –esa voz nos saca de golpe de nuestro momento, yo empujo con fuerza a Tadeo y él solo mira al suelo y sonríe.

–Na–Nada... ¿Qué quieres Sel? –digo mientras meto mi cara ardiendo en la nevera.

–Yo nada, pero tú si quieres algo por lo que veo... –a veces quisiera que Sel dejara de ser tan imprudente.

–Si claro que quiero algo, agua, por eso vine a la cocina... –me falta el aire, creo que me desmayare y Selena no ayuda con sus comentarios.

–Si claro Allie, bueno venía a decirte que iré al supermercado a comprar algunas cosas para tu mamá, ¿Quieres ir? André ira también –dice mientras mira a Tadeo para incitarlo a que venga.

–Está bien, vamos... –digo colocando el vaso de agua en la mesa, nunca había tenido tanta sed.

Nos vamos en el coche de Sel, pero André se ofreció a manejar. Ella va de copiloto y yo en la parte trasera con Tadeo, no puedo mirarlo, aunque él no quita su mirada sobre mí, puedo notarlo viendo por el rabillo del ojo –obvio–, me incomoda tanto, todo por lo que paso en la cocina, aun no entiendo como pude desear un beso de este chico que apenas conozco, ni siquiera han pasado veinticuatro horas, Allison, por Dios.

..

Llegamos al supermercado y no tengo ánimos de bajar del coche, André, Sel y Tadeo bajan, yo decido quedarme escuchando música y pensar en lo que ocurrió. Aun no entiendo porque en el fondo agradecí que Selena apareciera en el momento justo, sentí que si besaba a Tadeo traicionaba a Dante, –aunque eso es ridículo–, él ahora sale con Nikki y yo no tengo porque evitar besar a alguien por querer guardar respeto a una persona que me olvido hace mucho tiempo.

Comienza a sonar Big Girls Cry de Sia y me pierdo en mi mundo, vuelve la melancolía y los recuerdos. Por qué, ¿por qué si soy una chica de diecisiete años debo sufrir por un chico que no me nota? Que me ilusiona con palabras que para él son de quizás, caridad. Siento las lágrimas agolparse en mis ojos cuando comienza a sonar el coro.

Veo a lo lejos que los chicos ya vuelven con las cosas que compraron y yo limpio rápido mis ojos evitando que se derramen en mis mejillas. Sé que Selena lo notara, pero no quiero que los chicos me vean como una loca, entran al auto y Sel frunce el ceño confundida al verme y me entrega un chocolate. Sabe que adoro los chocolates y se tomó la molestia de comprarlo, asiento agradeciéndole por el dulce y al voltear miro a Tadeo observándome y con quizás ganas de preguntar que me paso.

Esa chica Es Mía! ★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora