El árbol de Hielo
Hace poco tiempo, murió un escultor que trabajaba con hielo.
Este hombre dedicaba lo mejor a sus obras manuales y no cesaba hasta llegar al toque de la perfección.
Es así como fue siendo reconocido por sus maravillosas esculturas sobre agua sólida.
El mes en el que estaba más inspirado era Diciembre. Le encantaba trabajar esculpiendo ángeles, adornos, y arbolitos navideños.
Pero un día, en la cúspide de su fama, al buen hombre le dio un resfriado; resfriado que fue tomado como algo normal porque él trabajaba en el frío, pero con el paso de los días… ese simple e insignificante resfriado se convirtió en una Pulmonía.
El escultor pasaba las noches afiebrado y con dificultades respiratorias.
En su agonía, decidió que con las últimas fuerzas que la vida le daba haría una obra maravillosa. Es así como fue a su gélido taller y comenzó a elaborar nada más y nada menos que un arbolito.
Lo hizo con tal perfección que viajeros de todo el mundo venían para verlo.
El hombre murió el 21 de Diciembre y el funeral se dio el 24 del mismo mes. Cuando estaban a punto de enterrarlo, una luz salió desde dentro del ataúd y vagó hasta llegar a la escultura, donde se quedó eternamente.
La figura de hielo nunca se deshizo y muchos dicen que el corazón de ese hombre ahora habita en ella.