Muy tarde en la noche Ángela llego a su casa, harta de sus compañeros de trabajo y de tanto pensar en la decisión tan importante que tenía que tomar por sus dos seres más amados. Al acostarse en su cama, la pobre Ángela cayó en un profundo sueño. El sueño daba lugar en el laboratorio del centro de la ciudad donde se encontraba la maquina de los sentimientos, en su sueño ella empezaba a correr con unos cables en la mano, seguida de los compañeros de trabajo que si eran buenos con ella, ellos en cambio tenían cajas gigantes repletas de cosas, lo cual lo hacía muy sospechoso. Cuando en el sueño Ángela y sus amigos salieron de él laboratorio empezaron a gritar con rabia muchas personas pero a ellos no les importó y siguieron corriendo hasta llegar a la casa de Ángela, donde uno de los compañeros le dijo: - Ahora tienes el poder de hacernos a todos felices, especialmente a tus seres queridos, ¡los vas a salvar! -.
Al fin Ángela despertó de su sueño y tenía muy claro lo que tenía que hacer; iba a robar la maquina de los sentimientos.
¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Lo lograría?
Ya cuando empezaba su turno Ángela decidió que lo mejor sería no contarle nada ni a su madre, ni a su novio porque ellos le dirían que lo que estaba por hacer no era nada bueno y que tendría consecuencias negativas. Por eso empezó a reclutar gente para su gran aventura.
Empezó con las enfermeras más dulces, después, siguió con los médicos estudiantes, con los cirujanos y finalmente con los de su nivel; los más complicados. Completando finalmente un total de 20 personas que harían parte de el robo.
Y así fue como un simple sueño hizo que la joven diera un gran salto a la aventura y el peligro.
