Introducción

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Hoy procura que aquella ventana
que mira a la calle
en tu cuarto se tenga cerrada,
porque no vaya a ser yo el viento de la noche
y te mire y recorra la piel con mi aliento
y hasta te acaricie y te deje dormir.


-Young Woon...- hago una seña a mi asistente y amigo para que se acerque...- ¿Sabes su nombre?...- le pregunto sin despegar la vista de ese perfecto chico parado junto a la ventana.

Hace unos minutos entró al salón, caminando seguro, sin titubear, aún y cuando la mirada de hombres y mujeres se giraron hacia él. Tomó una copa de champagne y se paró junto a la ventana, observando los copos de nieve caer.

-Oh! Ni lo pienses Siwon...- frunzo el ceño

-¿Por qué no?...- pregunto mientras tomo de un solo trago el martini en mi mano

-Es el "asistente"...- da una entonación que claramente me dice que no es precisamente un "asistente", por lo menos no como Young Woon lo es.- de Jung Yunho.- dejé la copa en la mesa y voltee a ver a mi amigo sorprendido

-¿Jung Yunho?...-

-Sí, así que lo mejor es que ni siquiera lo pienses, sabes bien que no es bueno meterse con lo que ya tiene dueño...-

No contesto nada, simplemente observo al chico quitar algunos cabellos de su rostro y ponerlos detrás de su oreja, sus manos son hermosas, su piel blanca resalta aún con el traje color hueso que trae puesto.

Recorro todo su cuerpo con la vista, aprieto los labios, conteniendo las ganas inmensas que tengo de acercarme a él. Es simplemente perfecto, los pantalones se ajustan de forma exquisita en sus glúteos, y el saco se ciñe a su delgada cintura como si fuera un traje hecho a su medida.

Sonrío. Lo más probable es que sea un traje hecho a la medida.

Giro mi rostro buscando entre los invitados a Yunho, está del otro lado del salón, conversando con algunos otros hombres, junto a él su esposa Tae Yeon. Tomo otro martini de un solo trago y camino decidido.

-¿A dónde vas?...- Young Woon me detiene del brazo

-Solo voy a saludar, un chico tan hermoso no debería estar solo, ¿no crees?...- me suelto y regreso mi vista hacia mi objetivo

El chico sigue viendo por la venta, levanta la copa de champagne y toma un trajo, observo fijamente como sus labios, rosados y carnosos tocan el cristal. Es fascinante lo que logra con solo ser él... sin mayor esfuerzo me tiene embobado con sus acciones.

Lo quiero para mí...

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Miedo de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora