2. Sábado de acercamientos

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Hermione caminaba despacio, preguntándose dónde demonios se habían metido Harry y Ron, cuando cayó en que lo más probable era que estuvieran entrenando. Solo quedaban unos días para el primer partido de la temporada: Gryffindor contra Ravenclaw, y Harry como buen capitán, realizaba todos los días un entrenamiento exhaustivo.

Como no tenía nada mejor que hacer, la castaña se dirigió a su lugar favorito: la biblioteca. Aprovecharía y pasaría unos apuntes a limpio, todo adelanto de trabajo era algo positivo para ella. Al entrar y dirigirse a su mesa habitual notó que ésta resultaba estar ya ocupada por alguien. Hermione pensó que sería una de sus amigas, Ginny o Luna, pero conforme se acercaba, la visión de Hermione comenzó a ser más nítida y se dio cuenta de que el ocupante de la mesa llevaba una túnica de Slytherin. Pero no solo eso, el pelo castaño corto indicaba que se trataba de un chico, y no uno cualquiera. Se trataba nada más ni nada menos que de Theodore Nott, aquel atractivo y callado castaño de ojos azules que acompañaba a Draco a todas partes.

La castaña decidió que ya no podía cambiar el rumbo de sus pasos, sino quedaría como una cobarde frente a la serpiente, y eso era algo que su orgullo no podía tolerar. Así pues, sin dirigir más que una mirada furtiva a Nott, tomó asiento frente a él y comenzó a sacar sus cosas de la mochila apresuradamente. Para su sorpresa, el Slytherin le dirigió una sonrisa amable, y le saludó con un asentimiento de cabeza en el momento en que acabó de colocar sus herramientas de trabajo. Ella apenas alcanzó a devolverle el gesto, la había tomado por sorpresa aquella actitud amistosa proveniente del amigo de Malfoy. No es que ella fuera una persona con prejuicios, al contrario, pero siempre había pensado que todos los que mantuvieran algún tipo de relación con Draco Malfoy la detestarían sin razón alguna. Era algo de lo más lógico. Aún extrañada, comenzó a estudiar logrando concentrarse al cabo de una media hora, intentando ignorar no solo el hecho de tener a Nott justo enfrente de ella, sino además los ojos azules de éste escrutándola de vez en cuando por encima del libro que sostenía.

-Granger-susurró entonces Theo, llamando la atención de la castaña- He visto que estás estudiando Aritmancia, yo también. ¿Te importaría si me siento a tu lado y repasamos juntos? Tengo unas dudas y bueno... tú eres la mejor de la clase.

El gesto del castaño era sincero, pero Hermione no supo cómo tomarse aquello. ¿Sería parte de una broma pesada preparada por Malfoy? Bueno, el rubio no se había metido con ella desde que empezaron Hogwarts, pero después de la discusión sobre la fiesta de Halloween, tal vez él quería fastidiarla por haberle insistido tanto ese día.

-Claro, siéntate-respondió finalmente, decidiendo confiar en el chico. Él siempre le había parecido mucho más tolerante, tal vez porque no iba mirando a la gente por encima del hombro, o quizás por su forma de ser tan prudente.

Theo recogió sus cosas y se sentó junto a la castaña. Pronto comenzaron a hablar sobre el temario de Aritmancia, poniéndose al día y compartiendo dudas. Fue una conversación bastante productiva en la que Hermione quedó gratamente sorprendida. Sin duda, Theo era un chico muy inteligente y aplicado como ella. Además resultó ser la primera persona que no solo comprendía su admiración por la asignatura, sino que la compartía. Al cabo de un rato charlaban con la confianza de un par de amigos, aunque a Hermione le costaba mirar directamente esos profundos y glaciales ojos azules. Había algo en ellos que la intimidaban de sobremanera. A pesar de ello, se encontraba sorprendentemente cómoda con el Slytherin y al cabo de un rato ambos salían juntos por la puerta de la biblioteca, conversando animadamente.

Justo entonces, apareció de la nada Blaise Zabbini, el cual quedó mirando la escena totalmente estupefacto.

-Hola Blaise-saludó el castaño con jovialidad- ¿Me buscabas?

3 Semanas para HalloweenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora