Chapter 7: La Competencia

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Rachel Berry entraba al instituto con una meta en la mente, hablar y llegar a un acuerdo con la líder de las F4 Quinn Fabray, así que no le importó perder clases porque sabía que aunque entrara no podría concentrarse porque no dejaría de pensar en esos hermosos ojos verdes amelados, además de esa sonrisa hermosa que la rubia siempre le dedicaba, ahora se daba cuanta que sentía algo por ella, al muy fuerte que en un principio no quería aceptar pero ahora poco a poco iba sabiendo descifrar, así que la busco en todos lados en el comedor, el salón especial donde las F4 estudiaban, el gimnasio, también la busca en el área de la alberca, pero nada es como si la tierra se la hubiera tragado, así estuvo todo el día tratando de encontrarla pero nada, hasta la hora de la salida era su último intento por dar con Quinn.

Se sentó en una banca a las afueras del instituto a esperar que saliera porque todos tenían que salir por ese lado, espero como 5 minutos hasta que por fin la vio, llevaba un pantalón negro entubado, y una playera blanca con dibujos negros encima de esta llevaba un chaqueta negra de piel, unas botas de tacón negro, salía de ahí ya que la limosina de su familia ya la esperaba.

La rubia camino hacia la limosina mientras era observada por la morena que al verla se levantó de donde estaba sentada y cuando la rubia la vio le sonrió tímidamente, pero en cambio de recibir una sonrisa la rubia solo rodo los ojos e hizo una mueca, para después ignorar a la morena que se acercaba subiéndose a la limosina.

– ¡arranca Thomas!-le ordenó al chofer y volteo a ver a la morena que corría atrás de esta.

La morena al ver que la limosina arrancaba corrió tras ella para tratar de detenerla.

– ¡Quinn!-grito – ¡espera, Quinn!-la llamaba –necesitamos hablar-decía mientras corría tras la limosina– ¡espera!-volvió a gritar al ver a la limosina alejándose

La morena regreso rápidamente y tomo su bicicleta empezó a pedalear lo más rápido posible, tomando un atajo para llegar antes que la rubia a la Mansión, y si lo logro porque ella bajaba de la bicicleta cuando la limosina aparco en la entrada de la Mansión.

La rubia bajo de la limosina y empezó a subir los escalones de la entrada para poder así acceder dentro.

– ¡Ey!-la llamo y la rubia voltio a verla

– ¿qué?-dijo sorprendida – ¿cómo… ¿cómo llegaste hasta aquí?-dijo al verla

–eso no importa-le dijo seria –lo importante es que necesitamos hablar-le dijo viéndola

–pues no tenemos nada que hablar, te lo deje claramente que no nos volveríamos a ver-dijo seria

–no me importa, vamos hablar ¡ya!-ordeno

–no quiero-dijo y salió corriendo detrás de una columna de la Mansión para que la morena no se acercara.

La morena al verla correr la siguió y así estaban, la rubia asomaba la cabeza de un lado y la morena igual, le daban vueltas a la columna también hicieron girar a una de las empleadas ya que la rubia se puso atrás de esta y la morena adelante, así estuvieron por unos minutos hasta que la rubia salió corriendo hacia el coche, empujo al chofer.

– ¡dame las llaves Tomas!-le ordeno quitándoselas, mientas abría la puerta para subirse al asiento del piloto.

La morena la siguió e intento que la rubia no cerrara la puerta, pero esta la empujo de la cabeza mientras cerraba y le puso el seguro, la morena golpeaba la ventanilla.

–¡abre, Quinn!-decía –¡abre!-le decía mientras seguía golpeando, pero la rubia solo le saco la lengua de manera infantil y arranco la limo, la morena quiso correr detrás de ella, pero un Ferrari de color blanco se paró delante de ella, y la ventanilla se abrió dejando ver a una rubia conocida para la morena

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