Capítulo 1.

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—¿Esto es en serio, Krause? —me regañó Matthew a mi lado tratando de mantener el tono de voz bajo—. Hay miles de estudiantes a los cuales les encantaría salir contigo ¿Y te tiene que gustar el más hetero de todos?

—También me gusta el amanecer o pintarme las uñas de beige claro, a pesar de que soy de piel clara y mis manos lucirán como si no tuviera uñas ¿puedes parar de exagerar? —susurré, mientras cerraba mi casillero y me dirigía a la clase de historia con Matthew refunfuñando a mi lado, traté de ignorar las miradas descaradas y mal intencionadas, sabía que quería ser una chica desde que tenía 5 años y me colocaba los vestidos que dejaba mi prima cuando iba de vacaciones a mi casa, siempre había tenido contextura delgada, rostro fino dominado por grandes ojos ámbar, labios gruesos en forma de corazón de un cálido color rosa y espeso cabello negro. La primera vez que con 11 usé vestido en casa, mamá lloró hasta quedarse dormida y en la cena no pudo mirarme a los ojos, mi padre me dio un cálido abrazo y me susurró que príncipe o princesa él siempre me amaría. Ahora con 16 años estaba más que preparada para ser yo misma, por eso tenía vaqueros negros con una blusa blanca y una chaqueta a la cintura de mezclilla, mi largo cabello negro estaba amarrado en una coleta alta y tenía las vans rosas que me había regalado Matthew la navidad pasada.

—¡Demonios, Krause! ¿por qué él? —detuvo mi caminata sujetándome por el brazo.

—¿Qué pasa, Matthew? ¿estás enamorado de mí y por eso haces un gran show sobre esto? —puse mi mano de uñas pintadas de rosa sobre la mano que sostenía mi brazo en un agarré de hierro.

—No me malinterpretes, te amo, pero no de esa manera. No voy a permitir que te haga daño. —él aflojó su agarre en mi brazo y acarició mi mejilla—. Ya Derek hizo mucho daño.

—No puedes comparar a Derek y a Alexius, Derek solo quería saber que se sentía estar con una persona transexual, Alexius no tiene por qué saber que me gusta, ambos sabemos que eso jamás pasará y él no es como Derek, me lo dicen sus ojos —me abracé a mí misma y miré a los lados, cuando vi que Alexius y sus amigos se acercaban halé a Matthew para huir por el pasillo pero Devon salió tras nosotros y me sujetó por el brazo arrastrándome hacia donde estaba Alexius, sabía que no tenía sentido ni siquiera tratar de escapar de igual forma no llegaría lejos.

—Mira lo que trajo el viento —me di cuenta de que también sostenía a Matthew —. El marica con complejo de chica y su perra ¿no es bonito? —Devon apretó mi mejilla moviendo mi rostro con fuerza.

—¡Déjala! —Escuché a Matthew gritar— ¿Cuándo vas a molestarte en madurar?

—¿Te molesta que lastime a tu novio? Entonces... ¡recibirás la paliza por él!

Él me empujó hacía uno de sus amigos que tomó mis brazos impidiendo que me moviera mientras Devon comenzó a golpear a Matthew que intentaba defenderse pero no era comparación para el jugador de fútbol, mientras yo me removía con el rostro bañado en lágrimas suplicando que pare, cuando Matty cayó al suelo muy lastimado para sostenerse con sus pies, miré a Alexius pero este veía la escena sin ninguna expresión en su rostro mientras sus amigos se reían golpeando sus espaldas.

—Basta... —susurré en un hilo de voz—. Haré lo que quieras Devon, solo para... P-por favor.

—Suicídate —se volteó hacia mí —. Ahórrame el asco de tener que verte todos los días fingir ser una chica cuando no lo eres... ¡No eres más que un fenómeno, horrible y asqueroso fenómeno! Sé que estás interesado en Alexius, pues aléjate de él, no está metido en la zoofilia.

No me di cuenta hasta mucho después que estaba arrodillada frente a él asintiendo repetidas veces con lágrimas bajando todavía por mi rostro.

—Es suficiente —la voz de Alexius por fin intervino—. Chicos, llévenlo hasta la enfermería, Krause levántate de allí.

Un chico tras de mí me ayudo a ponerme de pie pero ninguno ayudo a Matty.

—¡Por favor, Axil, estaba divirtiéndome! —se quejó Devon infantilmente.

—Nosotros no. —intervino Mitchel, el mejor amigo de Alexius.

—Es porque eres muy aburrido, Mitch —Devon golpeó el hombro de Mitchel quien le regaló una mirada fulminante.

Yo trastabille hasta llegar junto a Matthew y me arrodillé a su lado soltado hipidos y gemidos lastimeros, lo tomé en mis brazos abrazándolo contra mi pecho.

—L-lo siento Matty, lo siento. —él se removió en mi brazos y luego abrió los ojos, yo trate de sonreír a través de las lágrimas.

—No llores... —él se quejó mientras se sentaba con dificultad apoyado en mi pecho—. Necesito un baño caliente.

Yo reí temblorosamente mientras lo ayudaba a pararse sobre sus pies, Alexius apareció a nuestro lado tratando de ayudar, pero Matthew lo empujó.

—Has hecho más que suficiente. —él vaciló antes de dar un paso—. Aléjate de nosotros Alexius.

—Yo no tuve nada que ver con eso, lo que dijo Devon fueron sus palabras no fueron mías. —Alexius tomó mi codo en un intento por detenernos pero me sacudí.

—He escuchado que no estás con la zoofilia —reí temblorosamente mientras las lágrimas bajaban por mis mejillas aún húmedas—. Olvídalo, Alexius. No tienes que decir nada.

                                                                                         °°°°°

Dos horas después seguía esperando fuera de enfermería, mi pierna rebotaba con ansiedad mientras seguía retirando las lágrimas de mis mejillas con el dorso de mi mano, un sonido en la puerta de al lado me sorprendió y cuando se abrió vi que era Matthew, pero estaba siendo ayudado por Gus,  Augustus Castillo, el chico más temido de la escuela, el del otro lado de la ciudad donde se rumoreaba el desayuno era una pasada de Molly, me estremecí levantándome y acercándome a ellos.

—Por Dios, Matty Boo, ¿Estás bien? —acaricié su mejilla pálida, mientras Gus lo empujaba ligeramente hacia mí.

—¿Tú si vas a decirme quién fue, princesa? —siempre le había temido a la profunda voz de Augustus.

—¡No soy homosexual! ¡Tienes que parar con esa mierda, Augustus! —Matty tenía pequeños puntitos rojos en sus mejillas porque estaba muy enojado, y esto me hizo darme cuenta de cuánto.

—Fue mi culpa —susurré.

—¿Tú lo golpeaste? —preguntó Gus mientras arqueaba una ceja, yo negué repetidas veces.

—No, no, pero yo... M-mi ropa... S-oy un... —Matty halo mi cabello.

—Eres perfecta, si esas basuras no lo creen que se jodan, seguiré al frente por ti. —terminó besando tiernamente mi sien.

—Y yo por ti. —gruñó Gus.

—Debes de estar jodiendo... —interrumpí a Matthew.

—Que hermosa manera de expresarte. —me puse las manos en la cadera. —Sabes que no me gusta que te expreses de esta forma, chico lindo.

—No voy a preguntar de nuevo.
—rugió Gus celoso por el cariñoso apodo y yo me encogí en mi puesto.

—Fui yo. —se escuchó una voz venir del pasillo, podría reconocerla donde fuera, en un cuarto lleno de miles de voces hablando al unísono, la única voz que podía destruirme o hacerme renacer... la voz de Alexius.

Molly: nombre callejero para referirse a la droga denominada comúnmente como éxtasis.

Krause Köler. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora