Capítulo 5.

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El desentonaba en mi sala de estar cubierto de negro de pies a cabeza, desde su cara gorra de marca negra y blanco hasta sus Vans personalizadas, todo lujoso, inalcanzable, ese era Alexius.

-Así que... ¿Vienes por mi hija? -mi padre colocó una taza de té verde frente a él, estaba en su tono por lo que se manejó muy bien, yo fulminé a mi padre con la mirada ¿Qué le ocurría a ese hombre? Después de ese episodio raro en la entrada de la casa había perdido la cabeza -¿Para una cita, quizás? -la había perdido completamente.

-Me encantaría ir a una cita con su hija si ella me lo permitiera. -volteé el cuello tan rápido para mirar a Alexius sentado a mi lado que puedo jurar sonó-. Si no es una molestia para usted, por supuesto.

-¿Tienes buenas intenciones? No soy una persona violenta en absoluto pero aquí estamos hablando de mi bebé. -sería imposible ponerme de un tono más rojo, un poco más y tal vez de mis orejas saliera humo justo como en las caricaturas, debía estar en un universo alterno porque en este, ese chico maravilloso no saldría conmigo y mucho menos estaría bebiendo té con mi padre, gemí lastimeramente y ellos me miraron.

-¿Algo que quieras agregar, Krause? -negué con la cabeza en dirección a mi padre.

-Mis intenciones con su hija son completamente sanas, no quiero hacerle daño si a eso se refiere, no tendrá la necesidad de volverse violento. -casi sonreí.

-Está bien. -mi padre tomó su taza de té -. Porque conozco a un tipo muy malo que estaría encantado de ayudar si lastimas a mí retoño.

-¡Por Dios papá, estás avergonzándome! ¿Retoño? ¿De verdad? -mi padre negó con la cabeza en mi dirección y volteó a ver a Alexius de nuevo.

-Tranquila. -él tomó mi mano y tuve una vista completa de su costoso Rolex, sí, él definitivamente no encajará aquí -. Eso es lindo.

-¿Te lastimaste de camino acá? -yo solté mi mano de su agarre y la coloqué en su mejilla y luego en si frente-. No, ni siquiera tienes temperatura.

Él se mofó y tiro de mí hasta que estuve pegada a su costado y su brazo estaba a mí alrededor.

-¿No es preciosa? -Alexius le preguntó a mi padre y yo toqué mi frente para asegurarme no fuera yo quien estaba enferma, puse mis dedos contra mi frente y no había nada, ni temperatura ni dolor.

-Lo heredó de su madre, cabe destacar. -comentó mi padre mientras revolvía su té-. Ve a cambiarte, K. Va a hacerse más tarde.

Yo volteé a mirar a Alexius y él solo me sonrió. Huí de la sala y corrí hasta llegar a mi cuarto donde tomé mi teléfono y tenía tecleado el número de Matthew antes de que mi mente siquiera registrara la acción y me recordara que para Matthew ya no era su mejor amiga sino alguien como eso, lancé el celular a la cama y me metí al baño, sí, una ducha podría servir.

Cuando bajé Alexius y mi padre estaban hablando tranquilamente, como si llevaran mucho tiempo haciéndolo y entonces él hizo sonreír a mi padre con algo que dijo y mi corazón saltó porque fue una sonrisa y mi papá estaba triste y no era correcto porque merecía toda la felicidad del mundo.

-¿Lista? -mi padre se levantó tomando las tazas de té y desapareció en la cocina para luego salir de nuevo.

-Sí. -miré mi camisa negra, pantalón de jean azul y mis chucks negras-. Creo que sí.

-Bueno, diviértanse. -yo me acerqué a él y bese su mejilla.

-Gracias.

-Muchas gracias por el voto de confianza, Sr. Köler -él estrechó la mano de mi padre.

Krause Köler. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora