Epilogo

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De una cosa estaba segura, ellos fueron la luz que me alumbró en la oscuridad cuando estaba vacía, sola, con lágrimas en las mejillas. Me ayudaron a levantarme y me apoyaron para que siguiera adelante, pero me estanqué, me quedé atascada entre mi pasado y lo que debía de ser. Tenían confianza en mí, y yo tan solo me dejé llevar por los recuerdos de todas las mañanas anteriores. No podía levantar la cabeza y decir que iba a parar todo esto, no era lo suficientemente valiente para eso… Pero si fui lo suficientemente valiente para matarme. 
Han pasado dos semanas de mi muerte y la puerta de mi habitación sigue cerrada, sigue intacta desde aquel día que me suicidé. La casa parecía más vacía y solitaria que antes, no había ruidos, no había voces, no había nada. Era solo un cuadrado grande con cosas dentro… Dos personas habían desaparecido de esa casa y ahora solo quedaba una, mi padre. 
Me siento culpable cada día que pasa diciéndome que tenía que a verme levantando y haber dicho que todo saldría bien pero me quedé pensando en todo lo malo que se había convertido mi vida y no me di cuenta de las cosas buenas que estaban por llegar. Podía tener un futuro después de salir de la Universidad y olvidar toda mi adolescencia que fue sumamente difícil pero, lo mejor de todo era que podía haber salido ganando si tan solo me hubiera tenido fe. 
La puerta blanca de mi habitación se abrió y mi padre vio para dentro, una sonrisa de pura nostalgia se expandió por su rostro. Había dejado tres cartas sobre la cama antes de suicidarme. Una para Alissya, una para mi padre y otra para Justin. Tres personas que siempre trataron de encaminarme hacia el lugar correcto y les fallé. 
Fui tan solo otra vida desperdiciada porque no dejé una marca, no dejé mi nombre en los lugares importantes como para que la gente pudiera reconocerme en una foto y decir: “Si, había oído sobre ella”… Tan solo fui otra persona que no vivió como debió, que perdió contra la voluntad y el valor de poder disfrutar. 











Mi papá le llevó las cartas a Alissya y a Justin, les habló personalmente de algunas cosas y después se despidió de ellos. Ambos parecían estar en mal estado, con bolsas bajo sus ojos, estas parecían negras además tenían la nariz roja y no era por el clima porque era primavera. Fui a la casa de cada uno de ellos y miré como se quedaban observando la carta en un sobre blanco con sus nombres en cursiva. 
Alissya la abrió despegando la cinta y sacó la carta, la tomó por un costado y la desdobló por la mitad. 

“Alissya. 
Hola, sé que cuando leas esto yo ya no voy a estar más pisando tierra, voy a estar en la ‘otra vida’ o así es como lo llaman… No sé que puedo decirte más que gracias. No sabes lo que era caminar sola por los pasillos todas las mañanas con miedo, inseguridad y todo lo que mi mente pensaba, la mayoría eran cosas negativas. Cuando te conocí y nos volvimos amigas, cambiaste un poco esa actitud pero siempre seguí siendo la misma… Por mala suerte. 
Sé que todo primero empezó por un trabajo, algo con respecto a la actuación pero, sé que siempre estuviste ahí por más que fuera un trabajo porque hacías las cosas que una amiga hace por otra, nunca tuve una persona que tuviera tu actitud, así que tuve que aprender a poder hablar contigo y a poder acostumbrarme a tu forma de ser. 
Ahora, escribo esto, con un dolor en el pecho que es indescriptible. Es como saber que vas a morir y no poder detenerlo… Aunque, lo peor de todo esto es que puedo detenerme justo ahora pero no quiero. Quiero dejar de sufrir, quiero dejar de levantarme cada mañana y maquillarme para ocultar las bolsas bajo mis ojos, los golpes en mi cara, en mi cuello y brazos. Odio tener que actuar como si pudiera caminar normalmente cuando siento que no puedo mover mis piernas por los golpes que recibo. Lo que pasó hace unos días, volvió a abrir completamente mi cicatriz física y psicológica. Me rendí. Me rendí como una cobarde, me rendí como si mañana se acabara el mundo y este sigue, sigue su curso como si fuera otro día normal. 
Y es por eso que quiero que sigas siendo la misma persona que eres porque fue así como yo empecé a quererte. Me ayudaste a levantarme y lamento haberme quedado a principios del camino pegada al suelo. Lo siento tanto. 
Cada vez que mires la foto que dejé en el sobre quiero que recuerdes con una sonrisa en tu cara, no con una mirada triste, lo perfecto que fue ese día. Quiero que recuerdes, la locura que vivimos de salir corriendo de los policías después de esa fiesta. Mira esa foto y recuerda ese momento porque ese día me hiciste vivir y siempre te agradeceré eso. 
Con amor, Anna Blair.” 












Mi padre llegó a casa con un nudo en medio de la garganta y se sentó en su colchón mirando por el balcón. Este estaba abierto y se acordó de cuando se sentaba a la noche a ver las estrellas y a pensar, le hacía reflexionar. Él abrió el sobre y movió los dedos con miedo. 

“Papá. 
Aún no he muerto pero ya siento que te extraño. Cuando leas esto, realmente estaré extrañándote, me sentiré lejos de casa y de tu vida, de nuestra vida. Sentiré un vacío en medio de mi pecho cuando vea que no te veré nunca más, cuando no coma más tu exquisita comida. Tampoco voy a poder escuchar tu voz como siempre lo hago, no voy a poder abrazarte por la cintura y decirte cuanto te quiero. 
Lo peor de todo es que, puede que sigas siendo padre porque tienes una hija (este muerta o no) pero no sentirás esa cosa de preguntarme qué es lo que sucede con mi vida, retarme si hago algo mal (aunque nunca pasó, bueno, unas dos veces, creo). No vas a poder llevarme al altar y eso me rompe el alma de una manera horrible. Lo arruiné todo, arruiné todo como siempre lo hago y lo siento tanto. Eres mi padre y en el momento, en el que puse fin a mi vida tan solo pensaba en mí y en todas las formas en la que podía liberarme de la mierda en la que vivía pero no me di cuenta de que veía un tercio de la historia… Los otros dos tercios estaban llenos de cosas buenas: Tú, Justin, Alissya, Mamá (por más que no esté viva) y recuerdos que siempre quedaran grabados en mi mente. 
Capaz este muerta pero no desaparecí completamente. 
A partir de ahora, tu vida se volverá más difícil pero te pido una cosa, una sola cosa que quiero que hagas por mí, por mamá y en especial, por ti ya que te lo mereces, te lo mereces como nadie más en todo el mundo. Te pido que seas feliz y sé, que después de todo esto, que es algo loco lo que te estoy pidiendo pero siempre se encuentras los finales felices ¿no? Mi final tal vez no están feliz pero yo ya no sufro y eso es una gran felicidad que tengo dentro de mí. 
Eres apuesto, papá por eso mamá se enamoró de ti. Quiero que vuelvas a enamorarte (si es lo que tú quieres, también), quiero verte en las noches dormir con una sonrisa en la cara por los próximos años, no quiero verte llorar. Deseo que mires hacia el futuro porque sé que algo grande llegara a tu vida… Yo no pude hacerlo, no pude seguir adelante, me quedé trabada, me olvidé de que debía de seguir caminando y, me tropecé. No anhelo eso para ti. 
Tal vez no seas adolescente pero tienes una vida por delante que te llama a gritos, mamá y yo siempre te acompañaremos de la mano sin que nos sientas tocarte pero estoy segura de que nos sentirás en tu alma, corazón y mente. 
Mi deseo de ahora en más es que seas feliz, que no caigas en las drogas o en el alcohol (muchas personas cayeron en eso después de una tragedia) y que tu vida se alumbre y encuentras la felicidad máxima. 
Saludaré a mamá de tu parte y le diré el gran padre que has sido conmigo a pesar de todas las cosas que han pasado. 
Te amo como padre y te amo como amigo. 
Adiós, Anna Blair.”













Justin estaba apoyado contra la ventana mirando como el día se iba y la noche llegaba con el cielo azul marino y estrellas alumbrando la Ciudad acompañando a la Luna, todos brillan en la noche como estrellas danzantes. El sobre permaneció en aquella mesita de luz por unas cuantas horas, una curiosidad invadía su pecho pero sabía que habría malas consecuencias al abrir ese sobre. 
Esa carta era lo último que iba a saber de Anna y se arriesgo a abrirla, capaz sería la última vez que sentiría su cercanía como lo hacía hace dos semanas.

“Justin. 
¿Sabes algo? Me pasé horas mirando está hoja en blanco porque no sabía que despedida podía escribirte porque supuse que sabías todo, te conté cosas que tal vez nunca le conté a Alissya o cosas que siempre pensé que iba a mantener conmigo así que sabes todo lo que tienes que saber. Pero igual quiero escribirte algo porque te lo mereces. 
Sé que me costó muchísimo empezar a quererte porque me quedé atascada en mi pasado pero tú te metiste bajo mi piel como nadie que terminé aceptándote, te volviste importante y me salvaste en muchas ocasiones que se volvió raro no sentir nada por ti. 
Entrabas en mi habitación y no me daba cuenta de qué era lo que sentía cada vez que te veía. Te escabullías dentro de mi casa como si fueras el chico malo que quiere apoderarse de la chica pero cuando te veía parado en medio de la alfombra con las manos en los bolsillos, no te veía como siempre te observaba por los pasillos… De alguna manera, te miraba y un chico (tú siendo un niño) aparecía en tu ropa y personalidad (sólo cuando no me tratabas mal) y el corazón me latía fuertemente contra el pecho. 
Nunca había sentido nada parecido a lo que siento por ti, y no sé si sea un primer amor… Yo sé que no soy el tuyo porque no cumplo las expectativas para ser tu primer amor. Hay muchas chicas allí fuera que pueden serlo, y espero que puedas encontrar a la indicada que te haga sentir como un loco enamorado. Que te haga sentir como si vivieras tu vida a todo riesgo como si corrieras a miles de kilómetros por horas, quiero que vivas como se vive cuando alguien es tu primer amor: que hagas todo por ella y que no importen las consecuencias porque siempre lo va a valer. El primer amor es sobre eso: Esa persona lo vale todo. 
Te preguntaras porque te hablo de esto en una carta de despedida y es porque… quiero que seas feliz como todas las personas. Quiero que te cases (si el Destino también lo desea), espero que tengas hijos con aquella mujer que te de sonrisas y que te haga ver el mundo de todos los lados, tanto positivo como negativo. 
Yo no pude hacerlo, no pude ser algo bueno en tu vida y me siento culpable de eso. Te arrastré a mi mundo y te encerré como un juguete, te encadené. Nunca quise hacerlo, es algo automático en mi… era algo automático en mí. 
No sé como el bolígrafo en mi mano puede seguir deslizándose sobre la hoja, estoy temblando, estoy lloriqueando como una niña y todo porque estoy a punto de dejarte, de dejar a mi padre y Alissya. 
Soy muy egoísta y siento que me merezco todo lo que viví pero al mismo tiempo no. Es ahora cuando te necesito para que me hagas caer en la realidad pero no puedo llamarte, no puedo agarrar el teléfono y pedir que vinieras, es algo que no puedo hacer porque tomé la decisión de suicidarme y la llevaré a cabo. Tú sabías que esto pasaría. 
Entre todas las razones del mundo, esa era una por la cual nunca quise estar contigo. Algún día yo iba a irme por decisión propia y acá esta el momento, me estoy por ir y ni siquiera puedo saludarte antes de hacerlo. Así que recuerda nuestro último beso, nuestro último abrazo como yo recordaré como es tu cara al abrir los ojos después de dormir, recordaré tu voz susurrando en mi oído, mantendré en mi cabeza grabado como se sentía tocar tus labios con los míos… Como se sentía estar segura entre tus brazos cuando me abrazabas o me tomabas por la cintura. 
Ni siquiera los recuerdos más viejos se olvidan y tú siempre estarás en todos los recuerdos que pueda guardar en mi mente. Te tendré en mi corazón y espero que alguna que otra vez puedas recordarme pero no con nostalgia sino con algún otro sentimiento positivo. 
Justin… Tengo que agradecerte por una cosa en particular: Gracias por haberme salvado. 
La única que cosa que alguna vez te pedí era que me dejaras morir y ¿sabes que hiciste? Me enseñaste a vivir. 
Entraste a mi vida por una razón y fue para hacerme vivir. Para hacerme ver el mundo como un adolescente y siempre voy a estar agradecida. Me enseñaste lo que era la vida y te amo por eso. 
Tú me enseñaste la libertad que podía obtener. 
Dicen que algunas personas llegan a la vida de otras por alguna razón en particular, y ahora sé por qué tu apareciste en mi vida, y le agradezco a Dios por ponerte en mi camino, y también a ti por no haberte rendido en convertirte en alguien importante. 
Todo mi amor, todas mis esperanzas las dejo en ti. Anhelo que puedas sonreírle al futuro y que puedas encontrar a la chica que sea la razón de todas las sonrisas en tu rostro. Esa chica será muy afortunada y le agradeceré en sueños por hacerte feliz. 
Mi cielo, me despido eternamente.
Anna Blair. “

Justin miró a la carta nuevamente para observar la firma… Leyó el “Me despido eternamente” y una lágrima cayó por su mejilla. No era raro verlo llorar por cualquier cosa en aquellos días, todo le traía recuerdos. Guardó la carta y tomó una fotografía de él con Anna a su lado y dijo: 
—Para mí, no estás muerta. Aún sigues viva… Sigues viva en mi corazón, Anna. 



Let me die.-Adaptada-.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora