Si tuviera que volver a escoger, te volvería a elegir a ti (Armin y tu)

La nueva estudiante

Después de varios días al fin salió el sol nuevamente, cuando abrí la ventana y los rayos de luz atravesaron el cristal, esboce una gran sonrisa.

-Al fin-

Me di una ducha rápida, me vestí acorde al día y me mire al espejo, tenía la intención de cortarme el cabello, pero me arrepentí, me gusta llevarlo largo, pero sí creo que me lo volveré a teñir.

Me prepare un pan con mantequilla y tome un vaso de jugo antes de salir.

Cuando llegue al instituto me senté junto a Castiel.

-¿Y esta sorpresa?-

-Es que no puedo vivir sin ti-Dije esbozando una sonrisa-Eres irresistible-

-Pff, es eso o quieres mantener alejado a ya sabes quién-

Seguí la mirada de Castiel hacia la entrada del salón, donde se encontraba Nathaniel mirándonos de reojo, cuando nuestras miradas se cruzaran, sonrió durante unos segundos, pero luego entrecerró los ojos.

Mire nuevamente al pelirrojo quien sacaba su lengua y ponía su brazo sobre mis hombros.

Solté un suspiro y mire mi cuaderno, era del año pasado, por lo que tenía varias hojas ralladas en la parte de atrás.

Levante las ultimas hojas, varias tenían el nombre de Nathaniel escritas junto a corazones. Pase mis dedos sobre el nombre y los corazones, entonces mientras las miraba note un dibujo hecho en una de las esquinas, era la última hoja que había garabateado, era una consola en miniatura.

-Hola-gire rápidamente mi cuaderno y levante mi rostro-¿Así que ahora te sientas con Castiel?-

-Celoso "Mario"-

-¡Castiel!-

Armin esbozo una sonrisa.

-Si quieres cambiamos-Dijo divertido Castiel-

-Sería un gusto-

-Lástima que el rubiecito nos esté mirando, te hubiera dado mi puesto de n ser por eso-

-A ya lo entiendo-

Armin saco su consola y se sentó detrás de nosotros. Sus palabras me dolieron, el tono con el cual lo dijo fue tan frio como el hielo. Quise girarme para verlo a los ojos y saber si todo estaba bien o no, pero antes de poder hacerlo la puerta del salón se abrió de golpe.

-Hola chicos, llego por quien lloraban-

-No puede ser-Dijo Castiel gruñendo-

-No...-Dije para mí-

-¿Debrah?-

-Hola Melody-

-¿Qué haces aquí?-

-Bueno mi padre dice que me hace falta compartir más con chicos de mi edad, que es hora de que cambie y yo le encuentro toda la razón-

-¿Qué quiere decir eso?-Dijo Castiel cruzándose de brazos-

-Gatito, ¿No es obvio?, significa que he decidido redimirme, seré una buena persona de ahora en adelante, seré mas como mi hermana-

-¿Tienes una hermana?-Pregunto Castiel-

Mientras más hablaba más escondía mi rostro entre mis brazos. No entiendo porque mi familia se las ingenia para meter la pata conmigo.

-Oh... cierto jamás te la presente-

-Bueno de seguro es una engreída y cobra sin corazón al igual que tu-

Debrah soltó una pequeña risa irónica mientras se acercaba a nosotros.

-Ni te imaginas, se cree tan genial-Dijo poniendo apoyándose sobre nuestra mesa-que se da el lujo de vivir sola-

-Pff, de seguro se cree mucho-

-Ves pensamos igual, no entiendo porque terminamos-

-Porque eres una sínica sin corazón-Dijo Rosalya-Ahora si ya terminaste con tu escena será mejor que te sientes, el profesor está por llegar y la verdad tu voz comienza a molestarme-

-Tú... ayudaste a esa chica...-

-Sí y lo volvería a hacer, ahora déjate de juegos y vete a sentar-

Debrah observo el salón y se sentó al lado de Karla, note como Castiel cerraba su mano formando un puño. Puse mi mano sobre la suya.

-Tranquilo, solo ignórala, es lo mejor-

-Hablas como si la conocieras-

-Bueno, no es difícil hacerlo-Dije un poco nerviosa-Digo es cantante y eso, y se nota a simple vista que es una malcriada-

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