Esa sensación

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Después de terminar nuestro show nos despedimos del público, que la verdad se portó bastante bien con nosotros. Podría haber sido mucho peor, podrían habernos arrojado botellas o con sus zapatos. Por suerte eso no paso

Bajamos a donde se encontraba la multitud y se podía apreciar la dulce voz de Chris Martin al son de Viva la Vida. – Santo dios, como amaba ese tema-. Los fanáticos alocados no paraban de moverse, tanto que cuando nos dimos cuenta pasamos de estar del lado derecho del escenario al medio. Sentí que alguien me tocó la espalda –Pensé inmediatamente en Lucas- Cuando volteé vi a mi viejo compañero de secundaria Aaron Frans. Que seguía usando sus típicas gafas hipsters, se había rapado el cabello, sus ojos celestes eran mucho más hermosos de lo que recordaba, había crecido bastante, demasiado. Estaba sin camiseta y su físico era asombroso, cada músculo de su abdomen y brazos estaban hermosamente definidos.

-¡Hola Natalie! Tanto tiempo sin verte.

Me abrazó con tanta fuerza que me quedé sin aire. Sentí todo su torso sudoroso pero estaba encantada de que me estrujara de esa manera con esos músculos  duros como una roca.

-Hola Aaron- Dije después de que me soltó con una estúpida sonrisa en mi rostro.

-¡Estas muy hermosa! El color violeta te sienta muy bien.

-Gracias, Tú también te ves muy bien- Más que bien diría yo.

Hablamos como por media hora, sobre nuestras vidas, si estábamos de novios mientras contemplábamos el recital. Me felicitó por nuestro show , me contó que se comprometió después de 4 años con su novia y ella después lo dejó por un viejo dueño de varias cadenas de supermercados. -Pobre Aaron, hay mujeres que por dinero se pierden-

Unos chicos que estaban con él lo llamaron interrumpiendo nuestra charla. Antes de irse nos pasamos nuestros números telefónicos para seguir en contacto y me dio un fuerte abrazo seguido por un beso en la mejilla para luego marcharse.

Faltaba poco menos de una hora para que se dé por terminado el concierto. Lucas aparece a mi lado y me ofrece un refresco,- Negué con la cabeza, ya que odiaba las bebidas artificiales- Sonrrió y tomó un poco de su Coca Cola. De reojo vi que me miro y abrió la boca para hablarme pero luego la cerró, permanecimos callados y mirando el escenario hasta que sentí un golpe en la espalda que me hizo tambalear, -Era un imbécil borracho o drogado que saltaba eufóricamente-. Lucas me agarró por los hombros y me puso delante de él para protegerme de los golpes. -¿Por qué este chico era tan amable conmigo? De repente Lucas apoya todo su cuerpo en mi espalda y sientí una enorme erección que se apretaba arriba de mi trasero –Oh, ¿que fue eso?-

-Disculpa Natalie, este idiota sigue saltando y empujando-. Noté un poco de vergüenza en su tono de voz, pero no me importaba, aquello fue maravilloso. Me excitó demasiado –¿Pero qué carajos estoy diciendo? Reacciona Natalie, me reprocha mi subconsiente.-

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Cuando finalizó el concierto y nos dirigimos a buscar nuestros instrumentos.

Una vez fuera del estadio vi a Lucas en la vereda. Sentí un frio abrasador que me congelaba los huesos, estábamos en otoño. – ¿cómo no me traje un abrigo? Que tonta soy-, Él se acercó a mí, tomó mi guitarra con un gesto de caballerosidad, - ¿por qué no había más chicos como él, así de atentos?- Notó que yo tenía frio, se sacó su saco y lo tendió para que me lo pusiera. Olía a él, un hermoso olor a colonia Kevin mezclada con su embriagador aroma.

 Detrás de mí se encontraban Dana, Tom y Sebastián. Dana se acercó.

 -Nat iremos a un bar con los chicos, ¿quieres venir?, Tu acompañante también puede acompañarnos- Refiriéndose a Lucas.

El amor en los tiempos de la música.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora