Capítulo 5

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Estaba en casa, cómo todos los días. Demasiado deprimida, pero también, demasiado cansada de estarlo. Entonces me dije a mi misma: ya han pasado 4 años, es hora de seguir, superar el pasado y disfrutar.

La feria estaba en el pueblo, la noche era alegre;habían cientos de colores, mucho ruído, carruseles, juegos de lotería, ilusionistas y demasiadas personas. 
Era difícil pasar en medio de la multitud,pero muy fácil perderse en ella.

Iba caminando para llegar del otro lado, pero algo llamó mi atención... un chico sentado en un pequeño local, con la cara tapada por un enorme sombrero.

Recuerdo que la melancolía iluminó mi corazón.
Me recordaba a él;aquel prisionero, cuyo rostro no olvidaría nunca, ni en millones de años.

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Él alzó la mirada, sus ojos chocaron con los míos, creando una fuerza electrica capaz de iluminar una casa entera.

Corrí dónde se encontraba.
Al recocerme me saludó rápidamente y con apuro, me dijo:
Sabía que vendrías...
Sé que parecerá demasiado apurado,pero, quiero que sepas -dudando-que desde que te ví, sentí algo muy fuerte por tí. Pasé cada día esperando este momento. Tal vez no sea lo correcto pero, estoy enamorado de ti, y para mí no es necesario conocerte, porque sé más de ti, qué tú misma. 

Sentí que mis mejillas se coloriaban rojas, tal vez por la declaración de ese momento ó la impresión de volverlo a ver...

Entonces contesté:
-Me da mucha alegría verte después de muchos años, justo cuando hoy me propuse superar tu recuerdo que me perseguía.
Yo también siento algo por ti, pero a diferencia, no te conozco lo suficiente.

Yo entiendo, pero habrá tiempo de conocernos; por el momento yo seguiré en este lugar por unas semanas. Si gustas, puedes visitarme, aún tengo una recompensa pendiente para ti.

-Lo haré. Lo prometo. Volveré mañana y cada día, para conocernos mejor, pero por el momento....debo irme.

Buenas noches. Te cuidas.

-Buenas noches. Tú también.
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Llegué a casa. Me acosté en mi cama y me puse a pensar en su declaración, en la emoción que me creó y la incertidumbre que sentí, cuando dijo conocerme mejor que yo misma.

¿A caso era posible qué alguien me conociera mejor que yo?
La respuesta es:
Tal vez, si hubiese interactuado mucho tiempo conmigo, pero la respuesta no era lógica en esa situación. Sólo nos habíamos visto un par de veces.

Sin duda alguna,su actitud misteriosa era lo que más me atraía y despertaba cierto nivel de excitación en mí.

Memorias de un viejo amor con la muerte.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora