Travesía homosexual

11 2 0
                                    

En un viaje que hice de locura, me di cuenta que la vida es un soplo. Que se nos va en un segundo y que la muerte llega como un cobro.

Durante toda mi travesía, observaba y analizaba a mi alrededor como las vidas se desgastaban desenfrenadas.

Me di cuenta que el estilo de vida que me tocó, me obligará a despedirme y desprenderme de mis seres queridos muy temprano.

Me dio tristeza, pero a la vez comprendí que así tiene que ser, que somos una plaga para este mundo y que las maldiciones que recaen sobre nosotros por personas que se creen normales, no nos dejan avanzar mucho mas.

¡No se si es un castigo! O son obstáculos por los que tenemos que pasar, el precio que tenemos que pagar para que se nos permita existir... O si es simplemente una auto-discriminación que nos bloquea y nos hace rechazarnos a nosotros mismos, llevándonos inmediatamente a la destrucción.

Lo cierto es que durante todo ese tiempo no pude evitar que pasara por mi mente un miedo inmenso a este mundo, a esta vida, un temor a existir, algo me decía que a pesar de ser tan injusto todo por aquí... Estas son apenas las maduras de las verdes que vamos a vivir.

Este tipo de pensamientos es culpa de una sociedad egoísta, una sociedad que nos inculca que todo aquel que piense o sienta diferente, no merece existir, no tiene derecho a ese paraíso que una vez nos prometieron a todos, que no estamos al alcance de las cosas maravillosas del mundo porque no pertenecemos a el, porque vivimos en un nivel que nadie conoce, pero nosotros si lo conocemos porque nosotros estamos ahí, en ese nivel de arriesgarlo todo por defender lo que sentimos, por encajar en este mundo, no porque nos importe sino porque no existen ni deben existir instituciónes especiales para nosotros (universidades, trabajos, hospitales, supermercados, y hasta priciones), por eso nos toca defender a capa y espada nuestra libertad de sentimientos, para dejar de ser los raros y convertirnos en una de las tantas diversidades normales que hay en este mundo. Pero para eso debemos darnos nuestro lugar nosotros mismos si queremos respeto, debemos primero dárselo a la sociedad para luego exigirlo, dejar los excesos y abusos de sustancias y comportamientos que no encajan ni dentro de nosotros mismos, que no tienen nada que ver con la causa y que al final de la historia.. Nos terminan destruyendo mucho antes de lo que se nos iba permitir estar aquí.

Mis Memorias Donde viven las historias. Descúbrelo ahora