Ocho

17 4 8
                                    

Dalìe P.o.V

—Ni intente sonreír, señorita Davenport— Dijo un oficial con cierto tono de molestia, sin embargo no podía parar de hacerlo. Su compañero, que era joven y guapo, se acercó y con algo de brusquedad me dejó lo más cerca de la pared posible —Un paso más adelante puede significar unos cuantos centímetros menos— Cierto. Obviamente no quería que en mi foto de delincuente saliera que medía menos de la realidad, por lo que obedecí al oficial Buckley.

—¿Cuándo podré volver a casa?— Pregunté alzando la vista al reloj que colgaba de la pared, a lo que ambos policías respondieron dándome un mirada de "¿Hablas en serio?". Bueno... Sí, quizás lo que hice estuvo mal, pero no es tan terrible como podrían pensar.

Probablemente se preguntarán que es todo lo que está ocurriendo, así que ahora les contaré. Nuestra cita con Diego fue muy divertida, creo que la mejor que he tenido en mi vida. Pero lo fue hasta cierto punto. Ese pequeño punto que me hizo enfurecer.

     ¡Pero no se asusten! No lo maté...

Íbamos de la mano caminando entre el Bosque Embrujado y el Kiss of Death, unos juegos fantásticos, cuando de un segundo a otro Diego me mira con preocupación —Dalìe, debo confesarte algo...— Comenzó a decir, ahora más preocupado —Y espero que me perdones, aunque no sigamos juntos.

—Diego... Dime que pasa, que me estás asustando, por favor.

—Es que... Tú sabes, eres muy linda, simpática y divertida. Quizás la mejor chica que he conocido... Pero, es sólo que...

—¿Vas a terminar conmigo?

—¡No! No, no no... Es que te amo mucho y quería saber si...— ¡AAAAAAH! Los gritos de las personas que iban pasando en el carro del Kiss of Death distrajeron a Diego, quien inmediatamente apretó mi mano y me llevó corriendo a la entrada de ese juego. —¡Primero subamos y luego te digo!— Gritó entusiasmado. Yo no entendía nada, primero empezó a hablar con mucha preocupación y luego de que le haya preguntado si iba a romper conmigo se sonrojó completamente y su tono de voz cambió a dulzura extrema, que incluso sentía las hormigas paseándose por mis pies.

—¡Daaaaaaalíiiiiiieeeeee!— Era Diego... Quizás ahora confesaría su acto criminal —¡Es que he estado viendo a alguieeeen!— Gritó desde el otro asiento. Entonces fue en ese momento que todo se volvió a cámara lenta.

Sí, me estaba engañando. ¡El muy maldito encontró a alguien mejor! ¡¡Pero no hay nadie mejor que yo!! Entonces hice el intento de pegarle, pero no sé cómo, terminó inconsciente. Así que al bajarnos del juego, más bien yo, porque él seguía en el asiento, los guardias se alteraron y luego de llamar a una ambulancia, revisaron las cámaras de seguridad, así viendo que le había caído un libro en la cabeza, que probablemente cayó desde alguna parte del cielo.

     Pero eso no fue todo, yo estaba muy enojada con él, por lo que compré 2 botellas de whisky y las tomé todas, una tras otra. ¿Cómo terminó eso? Perdí toda la timidez y miedo que alguna vez he sentido, me desnudé y corrí por toda la ciudad. Al menos eso es lo que me dijeron los policías. Después de eso, obviamente tenía que ocurrir una desgracia, y mi hígado colapsó por tanto alcohol, así que me llevaron al hospital.

     Y ahora que estoy bien, me encuentro en la comisaría, preparándome para estar en prisión un par de tiempo por exhibicionismo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 28, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Dalìe en busca de su amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora