Capítulo 1

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Observo unos papeles que acaban de traer y firmó otros tantos, debemos llevar las telas de Islandia a Canadá para el jueves, pero tienen que hacer una parada a la mitad de camino para cargar y marcar. Diablos, esto es más difícil de lo que creía. Un minúsculo sonido me saca de mis pensamientos y miro la puerta, Aarón asoma su cabeza y le regaló una sonrisa a labios cerrados.

- ¿Que pasa? - la cordialidad y ninguna expresión más es lo que tiñe mi tono de voz, desde Adrien me he quedado sin ganas de hacer algo o sentir algo por alguien más. - Tienes que ver cuánto demorará el viaje y si descansarán por la noche, este viaje es de suma importancia.

- Lo se, ya estamos resolviendo eso, quiero costear si es más factible por mar o por aire, lo ultimo sería en tierra o un viaje pequeño por aire, nada fuera del otro mundo. - asiento prestando atención a unos correos sobre un problema en construcción y otros de mi madre, mientras un último me deja viendo la pantalla un largo rato. - Abby, ¿sigues aquí? - miro su rostro y asiento.

- Si, lo siento. Me acabo de... Saldré unos días, voy a Forks y no quiero que nadie se entere, hazte cargo de esto. - mencionó mientras tomo mi bolso y me colocó el abrigo, hoy cayó una pequeña tormenta y no ha parado de llover, aunque ahora más leve el clima. Creo que el clima acompaña mi estado de ánimo, dejó los documentos dentro de mi bolso y salgo con Aarón pisándome los talones.

- ¿Que ha pasado, Abby? - niego con la cabeza y el asiente, llama al ascensor por mi y entro antes de que pase algo más. - El jet te estará esperando y Bugs pasara por ti, cuídate.

- Mantén la compañía estable mientras vuelvo y no menciones nada. - asiente y dejo un beso en su mejilla antes de que las puertas se cierren. Abro mi móvil y un mensaje de Albert es lo primero que tengo, me dice que va de camino a casa a recoger lo que le deje y que el clima está del demonio. Pues claro, se acerca Año Nuevo, es muy normal que eso pase. No es normal que sus frenos fallaran y mucho menos es normal que esté en un hospital luchando por su vida, esto no tiene justificación ni perdón.

Al subir al auto salgo del estacionamiento como alma que lleva el diablo y así sigo hasta llegar a mi departamento, el último piso con las mejores vistas de la ciudad. Subo como loca al ascensor y no me percato de mi vecino, un vecino muy sexy. Me intenta hacer la charla pero justo ahora tengo más problemas. Aunque podría dejar... no, Bugs y su esposa cuidan este lugar y pueden quedarse a cuidar a Jen, así está segura y yo también. Necesito que mi pequeña este a salvo y lejos de todo esto, pues Albert es como su abuelo y el único que sabe de ella, el único que debe hacerlo. Bueno aparte de mi primo y su esposa, que le han traído montones de juguetes.

- ¡Mami! - sus bracitos rodean mis pierna y sin poder evitarlo sonrío, sonrió como si lo estuviera viendo justo ahora. - Te hice un dibujo y también a mi tata Abert... - la subo a mis brazos y dejo un beso en su mejilla, sip. Tengo una hija de casi cinco años, faltan unos meses, pero desde ahora recibe mis cumplidos.

- Hola, mi princesita. Yo también te hice algo, pero lo dejé en la oficina. - hace un puchero y de mi bolso saco el pequeño oso de peluche que confeccionaron en el taller de ropa. - Es de mi para ti, princesita. - chilla cuando lo apretuja entre sus brazos y sus pequeñas ondas se agitan.

- Buenas tardes, señorita Abernathy. ¿Desea que le sirva la cena? - niego y me acerco a saludarla. Mi princesa toca el piso y sale corriendo a su habitación, cuando pasaron unos meses me di cuenta que estaba embarazada de Adrien, qué ironía, ¿no? Al menos no lo sabe y no espero que se haga cargo, pues mi pequeña es una princesita muy tierna y nunca me ha preguntado por su padre.

- No, Ross. Jen y yo saldremos de viaje a Forks, necesito que nos acompañes tú y tu esposo, me temo que las cosas haya se complicaron un poco. - asiente y camina a presionar el botón para llamar a Bogs. Ambos son una adorable pareja, Bogs tiene 55 y Ross como 48 son una pareja adorable, ambos llevan bastante tiempo casados

Fuck you, dear...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora