Capítulo 4

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Adrien venía conduciendo mientras le daba las indicaciones para ir al colegio, sabía que mi madre no resistiría venir y hacer algo después de que regresara a Forks, maldición si mi bebe esta así mi madre debió hacer algo muy malo. En cuanto se detiene el auto bajó corriendo y llego hasta la oficina de la directora.

- ¡Mami! - su carita está roja y sigue llorando hasta que estoy a su lado, la directora me mira y después veo un raspón en su rodilla y en sus manitas.

- ¿Que fue exactamente lo qué pasó? - preguntó de forma brusca y la directora mira a su maestra. - Shhh, mi bebé, ya estoy aquí, volveremos a casa, tranquila... - comienza a hipar un poco y Albert se acerca hasta estar casi a mi lado. - Ve con tu abuelo, yo iré en un segundo.

- Tiene mis ojos. - murmura Adrien viéndola salir, ambos se miran y ella se esconde en su abuelo. - ¿Que le pasó a mi hija? - ahora si está furioso, recargo un poco mi mano en su brazo y se calma un poco.

- Su madre vino a exigir conocerla y antes de lo que pensamos intentaba subirla a un auto, las maestras y yo estuvimos ahí para detenerla, pero ella... sólo la lanzó y se fue. - mi cara debe ser un auténtico poema, estoy furiosa. ¡Nadie toca a mi bebé!

- Mañana quiero que sus clases continúen en mi casa, ya no quiero correr este tipo de riesgos, primero Paparazzi y ahora mi madre. - la directora asiente y nos dice que podemos llevarnos a Jen, ambas sabían que Adrien es su padre, en primera porque su apellido sale en cada maldita revista como el soltero más codiciado en el campo empresarial.

Y en segunda, por el inconfundible y hermoso color de ojos de mi bebé, igual a su padre. Suelto un suspiro y veo a Alberte jugar con mi pequeña, ríe como si no hubiera llorado hace unos minutos. Eso me encanta de Jen, su alegría rebasa cualquier cosa; me acerco con Adrien pisándome los talones y sus bracitos pasan a casi tirarme cuando se ajusta a mis piernas.

Me va contando todo lo que hizo el día de hoy mientras Adrien conduce, directamente a mi casa, le pedí que me acompañara así que su auto lo traerán en un rato, al menos Jen parece intrigada en él, no deja de preguntar por él o hablarle directamente.

- Adrien... - murmura con algo de rubor en sus mejillas y la cargo cuando alza los brazos, ambos la miramos con ternura como retuerce sus manitas y mira al piso. - ¿Tu.. tu eres mi papi? - abro los ojos como plato y la sonrisa que esta en el rostro de Adrien me deja perpleja.

- Si, pequeña. ¿te agrada la idea? - por primera vez veo a mi bebe sonreír como siempre quise y lanzarse casi a los brazos de Adrien. Grita con una alegría que hace que mi corazón se hinche hasta explotar. - Mi pequeña... - veo lagrimas en Adrien y es... es la mejor escena que puedo presenciar.

Después de irme de su lado y cuando sostuve la prueba positiva en mis manos, esto es lo mejor que me puede pasar. Ver que el amor de mi vida acepta tan bien a mi hija y en especial que mi hija acepta a su padre. Rompe mi corazón de una alegría infinita, es como si fuera el momento perfecto.

Es el momento perfecto.

- ¡Mami, mami, mami! - su vocecita me regresa al momento y veo a mi pequeña correr hasta mi, Adrien esta que no se la cree y esta sentado en las escaleras que dan al cuarto de juegos de arriba, la sonrisa le partirá la cara.

- Vamos, tu papá parece que no quiere tenerte lejos. - apenas digo eso vuelve corriendo y se tira a los brazos de Adrien, al menos mi pequeña aun es una niña. Hubiera sido horrible tener que decirle a Adrien cuando fuera adolescente o una adulta.

- ¿Te quedaras? - su pregunta nos deja algo descolocados y Adrien no sabe ni que decir. - Mami, no dejes que papi se vaya... Quiero que papi se quede con nosotras. - hace su famoso puchero y ahí... justo ahí sabes que tu hija menor de 5 años tiene el control de tu vida.

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⏰ Última actualización: Jun 01, 2021 ⏰

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