La Otra dimencion : [BULMA Y VEGETA]

Capítulo siete ⬅ Carmesí

7. Carmesí

—¡Por fin! — Exclamó Jaco.

Coincido con este, las naves eran pequeñas, esféricas.

— Oye, pero sólo hay... Cinco, faltan dos más

Mi madre lo Hablo en voz baja y tímida.
Fasha sonrió coqueta tomando de los brazos a mi papá y mamá juntandolos.

— Entonces es hora de compartir.

Los ojos azabaches y los azules chocaron con sorpresa al oír aquello. Sería un largo viaje

Todo el camino estuvieron quejándose de lo apretados que iban. Bueno sabemos que las naves son escasas y no enviarían las siete.

— Me estas escuchando, me estás aplastando mis ...

—¡No es cierto! — Interrumpió mi padre antes de que mi madre dijera «tetitas» y se lo agradecí por que de seguro todos están con una mueca de timidez y un sonrojo en sus mejillas. Que vergüenza me da oír sus chillidos de niños mimados, pero que me puedo esperar de un príncipe y de una millonaria, eran tan
Exasperante, que mejor preferís dormir.

—¡Tonta! — Gritoneo mi padre.

— Tarado con cerebro de Mono.

— Estúpida cosa azul.

— ¡Imbécil mimado!

— Tú — Atacó mi padre.

— Tú, mil veces tú — Gritó mi madre tan fuerte que hubo un fallo en los comunicadores.

—¡TÚ! — Fue lo último que se escuchó de mi padre, después un suspiro de mi madre.

— Muy bien. Me caes bien, es la primera vez que un niño que me gana una discusión.

Después de aquella confesión. Mi padre soltó una risilla de Victoria. Todo el tiempo me la pasé viendo hacia las estrellas infinitas, eran tan hermosas que me costaba creer que había tanta maravilla en el espacio sideral, me cansé después de tiempo y me quede dormido.

Descansamos en un planeta ya vecino del de los saiyajin. Era boscoso y muy buen oxígeno
Era como el planeta tierra pero las tres lunas
Se asomaban y estaban demasiado cerca.
Era de noche y el cielo era negro con Violeta
Me senté sobre la yerba mirando a mi alrededor y a la vez afilando mi espada con una roca.
Sentí a la vez como se sentaban a un lado mió y observó como afilaba mi arma más preciada

Era mi padre, era la primera vez que iba a convivir con él de una buena forma según yo
Ya que no era normal que se sentará justo a mi lado habiendo tantos lugares más allá como por ejemplo con mi madre quien nos miraba.

— No me has respondido a mi pregunta.

Un nudo en mi estómago se formó.

— ¿Sobre ser un saiyajin? — Dije con forma esperanzada de que me dieron un (No)
Pero el asintió despacio tragando saliva.
Así que tenía que hablar con él sobre esto.

— Lo soy — Solté sin más.

—¿Por que no lo habías dicho? Y lo más importante, ¿Como es que eres el legendario súper saiyajin? — Cuestionó, no soy el legendario, en realidad es Goku, pero no se le diré, por nada del mundo se lo diré. Ni mucho menos le diré que después de años apareció un saiyajin llamado Broly mucho más fuerte.

— Bueno, en este universo los saiyajin no son muy queridos es mejor no decir nada, tu pregunta de ser el legendario... pues yo mismo lo desarrolle... Ahora sin más puedes ir a dormir que he aclarado tus dudas.

El negó con la cabeza.

— Los saiyajin tenemos el cabello negro.
Más no lila, ¿Como explicas eso?

— Que no soy saiyajin de pura sangre. Sí no soy un híbrido. Lo entenderás años después.

— A lo mejor sí, me atrae la cosa azul.

Su confesión me dio una sonrisa tierna obligando a que mirará atrás, mi madre riendo a todo pulmón con Jaco y los demás.

— Entonces vas a descubrir cosas mías — Le hablé. El sonrió suspirando y quedándose a mi lado por un largo tiempo mientras no tenia sueño. Después volvió con los demás a dormir
Dejé mi espada en el estuche y fui a cuidarlos
Era mi turno de ser velador. Después Fasha

Ahora me tengo que concentrar en Freezer y como acabarlo antes de que el acabe con el planeta de los saiyajin, soy su esperanza.
Esa niña de cabello azul con el niño en forma de la flama de una vela tienen que vivir.

Daría mi vida por esos chiquillos.