Oscuros y misteriosos, intrigantes y profundos; eran la obra de arte más hermosa que había visto aquella noche en la Celebración de Media Luna de Verano. Era inevitable no quitar la mirada de aquellos ojos, los únicos que podía ver al salir del Septo de Verano. Aquel cabello rizado, largo y castaño. Tan fino como la telaraña de una araña. Piel blanca, no tanto como la nieve, pero con un tono que quedaba perfecto con su rostro. Sus labios eran delgados y formaban una sonrisa chueca (joder, como olvidar aquella sonrisa). Tal ves no fuera el mismísimo David, pero era una obra de arte que merecía ser admirada, nunca me cansaré de repetirlo. Para muchos tal ves no es el mejor físico, ni la mejor estructura, pero para mi era perfecto, no por el hecho de que fuera hermoso, sino por que me hizo sentir algo desde ese momento, no precisamente amor, algo que solo llegué a sentir por el. El arte genera emociones al admirador, pero el era mas que eso, era algo imposible de admirar. Estas palabras no son suficientes para explicar lo que sentí por el, porque solo yo se la verdad de mis sentimientos, son únicos.
Desde ese momento todo cambió su rumbo, tomo un color nuevo. Lo mejor llega sin anticipación, y así era, aquella noche que soltamos las lámparas de fuego por ese cálido verano, era el inicio de lo que nunca imaginé desear.
Vi fuego, aquella señal en tu ser. Un alma cálida y amable, pero que podía destruir si quería. No debes jugar con fuego. Pero era un alma solitaria, nadie quiere acercarse al fuego, no le dan la oportunidad de conocerlo, lo usan para destrucción. Tenía miedo, porque yo no era fuego; no quería salir lastimada por aquel calor, pero quería conocerte. Sabía que podía confiar en ti, en que no me destruirías aunque pudieras, porque hiciste lo mismo que yo, aprendiste a amar al hielo.
Uno no puede vivir sin el otro. Éramos solo nosotros dos, imaginando lo infinitos que podríamos llegar.§
«I see Fire — Ed Sheeran»
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Vientos de Otoño
RomanceEl era fuego. Destructor si se lo proponía. Una obra de arte que merecía ser admirada. Aquel pianista que me enamoró con sus cartas y partituras. Ella era hielo. Fría como la larga noche de invierno. Una artista ocultando sus dotes del arte. Ll...