Soy un estúpido tímido

Capitulo 32: Comenzar de cero

Matt

Verla a ella junto al idiota que me la quito una vez, me destruyo, me hizo añicos y para que decir lo que hizo con mi corazón. Se estarán preguntando ¿Por qué no fuiste y lo golpeaste? La respuesta es lo más sencilla que hay.

Nunca fue mía.

Nunca la tuve realmente, solo fue una ilusión, un sueño que se acabó gracias a ese idiota que debe estar riéndose ahora mismo de lo que paso.

Miro a los chicos quienes no entienden nada de lo que pasa mientras termino de despedirme de mi mamá.

- Hijo ¿estás seguro de que esto quieres? – me pregunta ella al borde de las lágrimas.

- Es lo mejor, madre. – le doy un abrazo. – te extrañare mucho y prometo venir a visitarte.

- Te amo hijo.

- Yo tambien, señora de las 4 décadas. – ella ríe aun con lágrimas, me agacho para poder abrazar a mi hermana. – cuídate enana, no quiero que hagas pasar rabias a mamá y nada de novios.

- Te quiero ogro. – me da un beso. – trae regalos.

- Claro enana. – me giro a mis amigos que me ven con dolor, saben que algo ocurre pero no soy capaz de contarles ahora mismo lo que sucede.

- No te puedes ir. – me dice Brooke. – tenemos una promesa.

- Rubia a veces las promesas no son para siempre. – le respondo con los ojos aguados, no quiero llorar, pero es casi imposible.

- Hermano promete que llamaras. – me dice Cameron quien me da ese típico abrazo de amigos, pero este es triste.

- ¿Por qué Lizz no está aquí? – pregunta Alexa quien observa hacia todos lados.

- Tenía que hacer algo con sus padres. – prefiero mentirles a los chicos antes de que se forme un escándalo.

- Te queremos. – me dicen todos, después de que cada uno me abraza.

Me acerco a la chica que ha estado conmigo en todas, la que me cuidaba, me aconsejaba, quien supo que hacer para que me alegrara y la cual sé que siempre estará para mí.

- Nos vemos en Londres. – sé que le causa sorpresa, pero sus padres ya me contaron, mande una solicitud, me aceptaron, iba a rechazarla pero luego de esto solo tengo que irme. – nos vemos en unos meses.

- Te quiero. – solo asiente y deja que me valla.

Subo al auto con mi padre y con la cual va a ser mi nueva familia en estos 3 meses, antes de que parta a Londres donde me encontrare con la rubia que tanto amo.

- Es lo mejor hijo. – dice el señor Morrison. – créeme que serán entretenidos estos meses que quedan antes de que te vayas a Londres.

- Eso espero... - digo en un susurro y apoyo mi cabeza en el vidrio y me dedico a mirar el paisaje que conozco de memoria, el cual ahora estoy dejando atrás, todos aquellos recuerdos que me causan felicidad, esas risas que deleitaban mis oídos, su risa, su voz, todo de ella, eso lo que produce este lugar, solamente recordarla...

Los Ángeles y Londres me esperan para comenzar una nueva vida desde cero.