Toby Rogers es un chico muy inquieto, con una faceta algo extraña
Más sin embargo, es de imaginar que se llegue a topar con extrañas situaciones, aunque y nada extraño para el...
Pero en ésta situación no sabrá como sobrellevar las cosas con una c...
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Toby POV
Norlein se quedó dormida, no sabia si hacerlo igual o no pero...
Pasos se escucharon por el pasillo, enseguida golpearon la puerta con fuerza.
-¡Norlein!¿Estas ahí? Mark llamó está tarde y dijo que no respondiste la llamada
Se escuchó forcejeo en la perilla.
-¿me vas a abrir o no mocosa? Como sea, yo tengo mi llave.
‹nota mental, cambiar el cerrojo de la perilla.›
Rápidamente me fui a esconder al armario, ya no había tiempo, pero, luego pensé, no...muy obvio y me metí debajo de la cama.
Coloqué las cajas de zapato y útiles frente a mí y trate de guardar silencio.
La puerta se abrió violentamente y un chico un poco más alto que yo, de piel apiñonada y cabello castaño claro entró por ésta.
Se le notaba molesto en verdad.
Tiró con brusquedad las colchas al suelo y con ellas a la pequeña.
Ella se quejaba cerrando los ojos con dolor, llevando su mano a su espalda baja y cuello.
Maldito hijo de puta.
Sus ojos viraron y se detuvieron en mí, yo hice una seña, para que guardase silencio, a lo cual ella hizo caso.
-¿Qué miras estúpida? Te dije claramente que me esperaras en el jodido hospital hasta que yo saliera, pero hiciste caso omiso, ¿sabes lo que significa eso?
Noté su mirada de pánico y el como palidecía más.
El cinturón cayó al suelo de pronto, dando un estrepitoso ruido.
Ella retrocedió y gateó a la puerta, a lo que él la tomó de las piernas y la jaló a él.
-¡Evan! ¿Encontraste a Norlein?
Una voz madura y femenina proveniente de abajo se hizo venir, probablemente la madre de ella.
Ahora que recuerdo él era el chico que la llevaba al hospital, su hermano mayor.
-¡Evan!
Ahora era una voz masculina, bastante grave, quizá su padre.
A lo que el ya mencionado Evan recogió el cinturón del suelo con desdén y cruzó la habitación.
-¡Aquí esta la cría, ya bajo!
Él la golpeó una vez más y salió de ahí, cerrando la puerta.
Ella solo se cubrió la cara avergonzada, dolida y se fue a una esquina.
Yo salí de debajo de la cama y eché llave a la habitación, poniendo un buró en la puerta.
