1. Una bruja no muy agradable

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¡Muy bien! Has sobrevivido a la primera carta. Mi recomendación es que metas todas las demás en tu mochila o bolsa. Cuando tengas tiempo de leerlas hazlo, pero cada vez que termines una carta, vete a otro lugar, no te quedes en el mismo. Los monstruos huelen a los semidioses a kilómetros de distancia.

Te contaré, una vez fui con mis amigos Sarah Johnson y Thomas Brooks a una isla muy lejana en el Mar Mediterráneo y nos encontramos con una hechicera no muy agradable que digamos.

-¡Oye!- dijo Sarah -¿Y si ponemos ahora mi música?-

Me costó decirle que no. Ella es hija de Afrodita diosa de la belleza y el amor, a pesar que sea una chica de 15 años con ojos celestes-medio-grisáceos, pelo largo y oscuro y altura media. Lucía una remera que combinaba perfectamente con sus ojos, jeans y unas zapatillas azules. Pero no solo fue por lo preciosa que es, si no también, su persuasión: Algunos hijos de esta divinidad pueden traer este poder especial, el cual lo utilizan para convencer a las personas, semidioses, espectros o criaturas mágicas de algo. Creo que le dicen la "embrujahabla". Es muy efectivo en algunos casos, por ejemplo cuando quieres que un profesor te suba la nota para no desaprobar la materia o cuando un Minotauro está a punto de matarte.

-Deja la mía Sarah- dijo Thomas –O le diré a mi papá que no te meta en los Campos Elíseos-

Él es hijo de Hades, dios de los muertos y del inframundo. Aunque no lo creas, es un chico muy bondadoso y para nada espectral. Es alto comparado con Sarah y yo, tiene el pelo despeinado de color negro ceniza y ojos café. Usaba una remera color rojo y unos vaqueros, además de zapatillas azules con negras.

Sarah lo miró con desagrado (yo habría hecho lo mismo). No es normal que alguien te diga que no iras a la parte bonita del inframundo cuando te mueras.

Estábamos yendo en dirección a Italia, ya que la madre de Thomas (la cual es mortal) tenía una convención cosa allí. Es una gran empresaria de moda, sus productos se venden alrededor de todo el mundo. Un romance como el de ella y el dios del inframundo es algo raro, lo sé. Quizás lo que lo atrajo a esta dama fue su carácter. Ella es fría y calculadora, hasta su propio hijo piensa eso, pero a la vez, es dulce y tierna. Ambos eran algunas veces algo avariciosos y resentidos, pero no malos, creo que ella se fijó en Hades porque comparten esos sentimientos. A ver, aunque es el dios del inframundo, no significa que tenga que ser cruel, (algunas veces lo aparenta) solamente le tocó dominar debajo de la tierra cuando sus hermanos les tocaron cosas mejores (A Zeus el cielo y a Poseidón el agua).

Creo me quede bastante en ese tema, ahora viene la parte interesante. Estábamos en el avión lo más normal posible hasta que empezó una tormenta eléctrica y de la nada un rayo golpeo de manera contundente una de las alas. En ese momento todos soltamos un alarido muy agudo. Empezamos a correr alrededor de todo el pasillo, estábamos muy desesperados. Pero por suerte (o desgraciadamente) Sarah usó sus poderes para intentar calmarnos con palabras muy suaves, pero era difícil, el avión estaba cayendo a una velocidad increíble directamente hasta el suelo. Logré fijarme que había paracaídas a mano, (¡gracias a los dioses!) así que Thomas, su mamá, Sarah, el piloto y yo, nos los pusimos y nos tiramos de a uno por la puerta del vehículo. Cuando salté, sentí todo el fresco aire que recorría todo mi cuerpo, especialmente mi cara. Por fortuna, logramos aterrizar en una isla, y lamentablemente, parecía desierta, además, el piloto había desaparecido. Al momento que tocamos tierra se escuchó un ruido de explosión.

-¡Oh, no! No puede estar pasando esto. ¡No llegaré a la convención a tiempo!- gritó desesperadamente la madre de Thomas, a lo cual Sarah intentó controlarla.

-Esperen, aquí, hay vida- dijo Thomas– No estamos solos. Siento otras cosas, hay algunas que no llegan a estar muertas, pero tampoco vivas, son una especie de reencarnación-

Uno de los poderes de los hijos de Hades, es percibir la muerte y la vida, además de trampas, túneles, convocar muertos, poder con la tierra, entre otras.

-¡Miren!- exclamé –Allá hay humo, quizás ahí haya alguien que nos pueda ayudar-

Todos me miraron y asintieron. Empezamos a caminar.

Prácticamente recorrimos toda la isla siguiendo el humo, pasando y corriendo hojas de lo frondosa que era y noté algo extraño. Desde donde caímos no había rastros de algún animal, pero a medida que avanzábamos, empezaban a aparecer más y más.

Llegamos por fin, y el humo provenía de una mansión de piedra que se alzaba en medio de un valle y un claro en un denso bosque. Alrededor de la casa rondaban leones y lobos. Nos acercamos cuidadosamente y entramos a la casa. Al parecer los animales que estaban rodeando el lugar parecían inofensivos pero igual tenía un mal presentimiento de aquel establecimiento. Cuando entramos, noté que había cosas muy raras, como líquidos de colores fluorescentes enfrascados y ramas en forma de varitas. Pero más adelante había una mujer de más o menos unos 50 años, cabello oscuro como la cenizas después de haber sido una viva llama, ojos dorados, y llevaba puesto un vestido largo al estilo de la Grecia Clásica. En ese momento la identifiqué y me asusté. Era Circe, una antigua hechicera que vivía en la isla Eea, la cual transformaba en animales a sus enemigos y a los que la ofendían mediante el empleo de pociones mágicas. Era famosa por sus conocimientos de brujería y medicina. Empezó a decir palabras en griego antiguo y logré entender lo suficiente para saber que era un conjuro. Tomé mi arco y disparé mi primera flecha directo a su cara, pero la bruja era muy rápida y la esquivó. Lancé una segunda y está le dio en el brazo izquierdo. Conozco bien el mito, sé que esto no va a terminar bien. Sarah comenzó a decirle que no nos matara usando sus poderes con sus palabras, pero no pasó nada ya que la magia de Circe era muy poderosa. Mi amiga sacó su espada de oro y se abalanzo sobre la hechicera que tiro aullido de dolor. Thomas, por su parte, invocó a un par de guerreros esqueletos para atacarla, pero la mujer los destruyó a todos con un solo chasquido que soltó de su mano derecha, así que mi amigo tomó su guadaña y atacó junto con Sarah. Los dos le estaban encestando unos golpes muy duros y se movían mucho, lo cual me dificultaba tirar una flecha, tenía miedo de que le diera a alguno de mis amigos. Unos segundos después me acordé de que llevaba mi daga, la saqué y me fui a donde se estaba llevando la pelea. Entre lo tres pudimos derrotarla, se cayó al suelo y le empezó a brotar icor dorado (sangre de dioses y criaturas mágicas), y explotó en una nube de polvo de color oro. Logramos salir corriendo y fuimos hacía donde estábamos antes. Había un gran helicóptero negro por la zona, y logramos que se percatara de nosotros, gracias a los gritos ahogados de la madre de nuestro querido amigo Thomas. Bajó unas escaleras y subimos. Dentro de unas horas habríamos llegado a la convención.

Y esa fue una de mi historia. Ahora: deja está carta donde está para que otro semidiós logre encontrarla. ¡Corre! Ya no hay tiempo, ya deben estar cerca de ti. Busca a más como chicos como tú y sobrevivan. ¡Suerte!

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⏰ Última actualización: Oct 22, 2016 ⏰

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