Capítulo 6

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 (ANTES DE QUE DE COMENZAR, quiero probar algo que ya he visto en varios escritores en wattpad. 

Voy a recomendaros una o dos canciones para escuchar durante la lectura *si quereís hacerlo, claro*. Lo haré de ahora en adelante siempre que me acuerde, por que con la cabeza que tengo.... en fin:

Roslyn -Bon Iver & St.Vincent. )

  Mi cerebro me permitió permanecer un par de segundos más en mí estado de shock, antes de hacerme reaccionar y volver al estado furiosa.

–        ¿Qué? ¿Suéltame ahora mismo? – comencé a mover los brazos, pero era casi inútil. Me tenía bien agarrada.

     El muchacho en lugar de mirarme confundido o de forma parecida ya que hacía a penas veinte segundos estaba dispuesta a matarlo allí y en ese momento, continuó sonriendo y entonces la mi furia fue substituida por miedo. ¿Y si quería hacerme daño? Gritaría. ¿Y si me había espiado? Lo denunciaría. Y si… ¿Gritaba, pero nadie me escuchaba y el me atacaba y nunca llegaba a poner una denuncia? Debía alejarme de él lo antes posible. Y casi como si me hubiera leído la mente dijo:

–        No tengo la intención de herirte. – de alguna forma, eso me tranquilizó, pero no lo suficiente como para no querer huir – te soltaré si te estas quieta.

–        ¿Qué hacías en mi casa? – seguí forcejando para aligerar mis muñecas – ¿Estabas tirando piedras? ¿Eso te divierte? – continuó frente a mí sonriente sin soltarme – ¿Esto también te divierte? ¿Retenerme en medio de la carretera? Y luego ¿Qué?

–        Muchas preguntas, para una persona que no se esta quieta.

–        ¡Al infierno si estoy quieta! Quiero que me sueltes, ¡a la de ya! – grité furiosa sobre su rostro – ¡pienso denunciarte!

–        Mhhm… así que señor, ¿usted afirma que la señorita planeaba tatuarle aquella rama en la cara? – dijo imitando una voz que claramente no era la suya – Sí, y de hecho tuve que agarrarla para que no lo hiciera… adelante, llama a la policía, yo mismo te presto mi teléfono si me aseguras que no me estamparas allí donde tenías planeado que acabara la rama. – sabía que no me zafaría de el con facilidad, de hecho sabía que no lo lograría y su versión de los hechos frente a un policía sería mucho más convincente que la de ‘quería matarlo y estaba en mi derecho por hacerme creer por ocho horas que estaba loca’ así que me quede quieta y pregunté:

–        ¿Qué es lo que quieres?

–        Hablar contigo. – respondió sin rodeos.

–        Existen páginas para gente que busca conversación rápida con desconocidos.

–        Por ese camino no conseguirás que te suelte. – evadió mi inteligentísimo comentario.

–         No planeo que lo hagas – dije para luego añadir – en cualquier momento un coche pasará por aquí y cuando nos vean avisarás a la policía y te encerrarán por el tipo de delito que hayas cometido. – dije mientras lo asqueaba con la mirada.

–        ¡Vaya mujer! Ni dos minutos de conversación y ya te sabes toda una vida de mis antecedentes penales – sus labios volvieron a curvarse en una sonrisa – se te esta dando bien esto.

–        Suéltame.

–        Escúchame.

–        No.

–        Vale. – si seguía sonriendo y haciéndome sentirme estúpida, haría algo de lo que no pensaba arrepentirme.

–        ¡Ah, me enfermas! – volví a gritarle.

Negrim PetrumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora