Antinomia | Hunhan |

V

Luhan's POV.

Me escondí entre las sombras, lo seguí durante toda la noche, sería la última que tendría. Alrededor de las dos de la mañana salió del brazo con una chica distinta a la cual lo encontré, reían de lo más lindo mientras su equilibrio demostraba que los había abandonado olímpicamente y, después de quince minutos, se fueron en un taxi.

En veinte minutos se detuvieron frente a un edificio que me resultaba familiar, era el mismo al que me trajo la primera vez. Me sería difícil subir si no tenía una llave, llegar al quinto piso era mi nueva misión inmediata.

-Lu hay una escalera de emergencia por aquí- señalo Èmó, enarque una ceja, cómo había llegado hasta aquí. Antes de cuestionarlo, dobló en la esquina y desapareció o, quizás, ya había subido hasta la alcoba.

Dejé en automático que mis pies me guiaran, vi a través de la ventana como la penetraba sin piedad, la sangre me hirvió, esto era demasiado. Una cosa era negarme, pero otra completamente distinta serme infiel. Ya no había vuelta atrás.

Abrí la ventana cuando ambos se corrieron, gritaron y por ello no me notaron. La pelirroja se echó boca abajo en la cama y Sehun se fue al baño. Está era mi oportunidad, agarre un libro que estaba en el velador, parecía un manual y se lo estrelle contra la cabeza, ella no merecía morir, no era su culpa. Una vez me asegure que respirara y no despertara fui al baño. Era hora de jugar con mi hombre.

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El castaño ingreso sin hacer ruido y cerró con seguro, nadie lo interrumpiría. Sehun salió de la ducha sin darse cuenta de la otra presencia, lo vio cuando su cabeza fue golpeada contra la pared. Quiso gritar, pero le metieron una toalla a la fuerza en la boca. Lu aprovechó ese momento para sacar la navaja del bolsillo y clavársela en el hombro al rubio, el menor gimió de dolor y tiro el cuerpo hacia atrás queriendo zafarse del ataque y, más aun, de la cuchilla. Pero ahora estaba contra la espada y la pared, literal.

Pobre Sehun, ya era tarde para él.

El mayor sin ninguna compasión le dio un rodillazo en la entrepierna y retrocedió. Una sonrisa cruel y macabra afloro en su boca, sin duda alguna Oh Sehun solo le daba asco en estos momentos. Cogió una botella de champú y se la echo en los ojos al herido. Al parecer eso ayudó a que el más joven consiguiera la fuerza suficiente para escupir la toalla y dejara de cogerse el hombro para limpiarse los ojos.

El chino aprovechó el descuido para agarrar el brazo herido y clavar su puñal siguiendo el camino de las venas, lo drenaría por completo. Sehun arqueo la espalda ante el dolor, era insoportable, entre lágrimas podía ver como su la piel se abría para dar paso a la sangre que brotaba cesar. Con facilidad fue tumbado contra el piso, no encontraba su voz para pedir ayuda, al parecer moriría en brazos de este demente. Maldijo el momento en que se lo folló.

Luhan miró la escena con fascinación, frente a él estaba el hombre que lo había vuelto loco de amor, literalmente, loco. Pasó la mano derecha entre sus cabellos buscando peinarlo un poco y que no cubrieran su vista, iba a dar la estocada final, necesitaba la máxima concentración y precisión, porque si Sehun no era suyo no lo seria de nadie.

Callo de rodillas y gateó hasta posicionarse entre sus piernas, alzó el cuchillo con ambas manos, se lo clavaría directamente en el corazón. Terminaría con esto de una vez por todas y regresaría a casa para crear una nueva lista de cualidades, no cometería el mismo error dos veces.

Miró a Sehun por última vez a los ojos, el café había perdido casi en su totalidad el brillo que lo caracterizaba, ya no era puro o sincero, no le servía. Bajo la mano al tiempo que emitía un grito de odio hacia su amor, pero no dio directamente al músculo que deseaba, el ajetreo al otro lado de la puerta, los golpes y gritos hizo que elevara el rostro justo para ver entrar a tres policías que lo apuntaban directamente con un arma ordenándole que tirará el cuchillo y se alejara del cuerpo bañado en sangre. El chino quiso pedirles que se fueran, ellos no entendían lo que sucedía, Oh Sehun era una mala persona, no podría tener nada de bueno aquel ser que había rechazado la cosa más pura que existía en este mundo, un amor sin interés, era un amor real y sincero. Si este hombre no podía reconocer, aceptar y ver lo bello de ello, era una mala persona, por ende debía morir, porque su sola existencia perjudicaba a los demás.

Sin embargo antes de cualquier explicación o siquiera un movimiento, la nuca le empezó a doler y su vista se volvió doble antes de dar paso a la oscuridad vio unos zapatos de policía junto a sus pies.

Luhan se pregunta si habrá llegado a matar al final a Sehun, pero sus cavilaciones se ven interrumpidas cuando una puerta se abre, supone que debe ser hora del almuerzo.

-Es hora de su medicación-

Oh vale, también podría ser ello. Sinceramente le da igual la que sea, por lo menos durante esos minutos puede hablar con alguien que no sea solo su mente. Porque sí, después de cinco meses encerrado en este lugar, comprende que -quizás y solo quizás- él no esté del todo cuerdo y los amigos que lo acompañaron en toda esta odisea fueron producto de su imaginación y el romance que vivió con Sehun no fuese más que un deseo exteriorizado, donde creó toda una historia que nunca sucedió. Y, también, puede que haya matado a un hombre inocente, nunca nadie se lo aseguró; no es como si en el aislamiento él haya tenido muchos amigos.

Él no puede ver al enfermero que se acerca debido a la posición en la que se encuentra, pero escucha sus pasos y como estos se han detenido al quedar al borde de la cama, a la altura de su cadera.

-¿Cómo está el día? - pregunta esperando tener un poco de diálogo, le hace bien escuchar otras voces de personas reales y no solo las que están en su mente. El chico no responde y Lu hace una mueca, al parecer él también lo considera un loco.

~Todos lo hacen, Lu.

Silencia a una de las voces de su cabeza cuando siente que le levantan el polo del lado derecho, nadie suele ponerle la medicina en ese lugar. Pero no tiene tiempo para preguntar qué es lo que sucede o va mal porque un ardor indescriptible recorre su cuerpo, los músculos se le han tensado, la cabeza le estalla, todo su ser se sacude a causa de convulsiones y, finalmente, bota por la boca espuma.

Su cuerpo quiere ir hacia adelante, sentarse y escupir la bilis que lo hace ahogarse, pero los grilletes que están en sus muñecas y pies no se lo permiten. Quiere gritar, sin embargo eso solo ocasiona que el reflujo vaya directamente hacia sus pulmones y se ahogue más. Su vista se ha nublado, no puede ver el rostro del enfermero, quien tiene una sonrisa en los labios. Luhan recuerda que cerca de la cama hay una mesita de noche y sobre ella un pequeño control el cual está permitido que presione si las cosas empiezan a salirse de control. Porque está en un manicomio, pero al menos han tenido la decencia de darle un trato más humano que al resto debido a su aislamiento.

Extiende los dedos hacia el lugar que recuerda dejó el aparato, aunque llega tarde, el hombre de blanco lo agarró primero. Esa misma persona se inclina hasta quedar a la misma altura del oído del castaño con una sonrisa maquiavélica en su bello rostro.

-Que descanses...ciervito-

Susurra antes de darle un beso en la frente y salir de la habitación cerrando la puerta a su paso, él no se volteó a ver cómo Luhan derramaba su última lágrima antes de ser llevado, directamente, a los brazos de Hades.

You can call me monster.

FIN

°°°

¡Hola! Este es el capítulo final, espero que la historia haya sido de su agrado y no me odien por el final extraño(?)

Lu desarrolló la esquizofrenia -si es correcto plantearlo de esa forma- es por ello que su actitud cambia radicalmente y da paso a las alucinaciones, que se vuelven Agma y Emo; y los delirios, en donde crea toda esta historia con Sehun.

Gracias por leer, darle una estrella y agregar a alguna lista. Lo valoro un montón.