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Nos hallábamos todos reunidos en la mesa preparados para el brindis de noche buena, este año, la abuela Mary se había hecho cargo de hacerlo; tardo unos minutos de agradeciendo por un buen año de unidad y de muchas metas cumplidas, mire la copa con el líquido color dorado. – ¡Salud! – se escuchó de fondo, y antes de que si quiera pudiésemos levantar las copas para brindar, la voz de mi hermana mayor hizo presencia llamando de nuevo la atención de todos.

– Gracias por estar todos aquí. – Comenzó a hablar con serenidad, su cara era iluminada por las velas que se hallaban en el centro de la mesa, su cabello rubio se veía especialmente bonito esa noche – Hace días, había estado pensando en que la noche de navidad podía ser doblemente especial este año– le dedico una mirada cómplice a mi madre y luego le sonrió a Louis; yo fruncí el ceño. – Es por eso que me emociona tanto compartir con ustedes este momento de mi vida...– su mano comenzó a temblar un poco y solo en ese momento me fije en que su copa no tenía champaña como todas las demás, en lugar de ello, se encontraba lleno de agua. – Louis y yo... ¡Vamos a ser padres! – La mire perplejo y pude sentir como me quedaba sin aire en los pulmones, deje de escuchar todo a mí alrededor, mire a mi hermana siendo abrazada por todos, sabía que como su hermano debía felicitarla; pero no me alegraba la noticia en absoluto, mire a Louis quien tan bien me miraba como si esperara algo, le sostuve la mirada un par de minutos, queriendo que se tratara de un mal sueño. ¡Yo amaba a ese hombre, joder! Y ahora no me quedaba más remedio que resignarme a ser el cuñado, el tío, él amigo con el que se tomaría unas copas un fin de semana, quien probablemente cuidaría al bebé en los aniversarios, cambiando pañales mientras ellos hacían el amor sin preocuparse por que los niños escuchasen sus gemidos.

Resignarme a fantasear; fantasear con que Louis me hacia el amor a mí.

Me levante de la silla sin animo, me acerque a mi hermana y la abrace, felicitándola, expresándole lo feliz que me sentía por ella; algo que claramente no era verdad

Me sentía la persona más hipócrita del mundo, nunca me imaginé que esto podría pasar alguna vez, era bastante iluso si creía que un día Louis vendría a mí declarándome amor eterno.

Después de eso todo ocurrió demasiado rápido; la cena, las risas, el alcohol quemando en mi garganta, ahora mismo; me encontraba abrazando a Niall, cantando estúpidas canciones desafiado, había perdido la cuenta de cuantos tragos había tomado, pero no iba a parar, quería olvidarme de los últimos 4 años observando a Louis, sacarlo de mi corazón, borrar todas esas noches que había pasado pensando en él, en las bromas que solían compartir, olvidar sus hermosos ojos, su sonrisa, sus tatuajes, su melodiosa voz.

En un momento, me levante medio tambaleándome y camine hasta la cocina, la tía Loren se atravesó a mitad de mi camino arrastrándome hasta una de las habitaciones. – Estas muy ebrio, es hora de que te vayas a dormir. – Dijo ella, arrastrando un poco las palabras también, por primera vez no me opuse al tacto de la mujer en mi cuerpo, me llevo hasta la cama y comenzó a desabrocharme los botones de la camisa, hizo que me sentara en la cama y se quitó sus propias bragas subiendo sobre mi regazo con torpeza, comenzó a moverse sobre mi entrepierna cubierta, yo no sentía nada, pero no la detuve, cerré los ojos pensando en Louis, en las manos de Louis.

Si, está muy borracho y necesita dormir, yo me encargo. – Escuche la voz de mis fantasías y deje de sentí el peso de la mujer sobre mis piernas, la oí quejarse y luego el sonido de la puerta al ser cerrada, abrí los ojos y vi su figura mirándome con desaprobación, sentí un poco de rabia y el alcohol que tenía en la cabeza, controlo todos mis sentidos, lo mire arqueando una ceja. – ¡Pero si él nuevo papá acaba de unirse a la fiesta! – apenas y se entendía lo que dije, él negó con la cabeza y se acercó a mí, me obligó a acostarme en la cama y me quito los zapatos. – ¡Yo aún no quiero dormir! – me queje y lo escuche bufar.

– Me importa una mierda. –

Entonces comencé a llorar como un niño pequeño, me senté en la cama y abrace una almohada sobre mis piernas, sorbí mis mocos y escuche a Louis, suspirar de nuevo, poso su mano en mi espalda y me abrazo. – ¡No quiero ser tío! – Solté sin pensarlo en un sollozo.

– Y yo... no quiero ser padre. – Hablo después de un largo silencio, levante mi cara de la almohada y mire sus ojos azules; cansados, mire sus labios en silencio y los uní con los míos en un corto beso, me separe asustado, mi mente estaba hecha un caos y su expresión era un ocho, sacudió su cabeza debatiéndose consigo mismo, volvió a mirarme y mis labios vibraron, ¿Por qué no decía nada? Me pregunte y volví a besarle, esta vez, moviendo los labios.

Me correspondió.


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⏰ Última actualización: Oct 14, 2016 ⏰

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Brother in law. »L.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora