Five. [Editando]

Prólogo

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Heaven, Ciudad Capital de Heaven.

Un hombre, de cabello canoso y rostro endurecido, miraba seriamente a los soldados que yacían enfrente suyo.

El miedo, por lo que aquel hombre mandaría, se colaba por las mentes de aquellos soldados, vestidos con un uniforme rojo y negro, manchados con sangre seca y tierra.

La misión había resultado todo un fracaso. La República había atacado con éxito la sección B de la Ciudad Heaven. Lo que ponía de mal humor a aquel hombre de ojos grises, como la niebla.

Se acerco lentamente hacia sus soldados y camino, con una calma fingida, entre ellos, mirándolos sin emoción alguna. Hasta detenerse frente a un hombre, de no más de 30 años, el cual trataba de camuflar aquel miedo que crecía en su interior.

-Subteniente Harrington- dijo, con un voz grave, carente de todo sentimiento. Aquellos ojos grises escrutaban con detenimiento al recién mencionado. Harrington, un hombre alto y rubio, de ojos marrones y piel pálida, trataba de mantener estable su respiración.

-Si Coronel- respondió de forma respetuosa el saludo. Pero no contó con el ligero temblor de su voz, es cuál produjo una expresión de diversión en el Coronel.

-Me explicara, rápido y conciso, porque su misión a fallado- su voz resonó con un toque de ira controlada y diversión.

- H-hemos fallado porque... no cumplimos c-con nuestro deber- respondió Harrington, intentando en vano camuflar el nerviosismo.

El Coronel lo miró con un brillo perverso en sus ojos, y luego asintió, sin emitir sonido. Se cruzó de brazos, y se quedo en silencio con su mirada gélida sobre el Subteniente Harrington, el cual trago en seco, preso del temor.

Luego, sin avisar, El Coronel rápidamente le clavó un cuchillo en el cuello y suspiro.

-Saben perfectamente- comenzó a decir. Su voz estridente sonó por toda la sala, retumbando- que soldados que fallan, no le sirven a Los Gran Militares. El fracaso no es una opción- dijo, y saco sin mas el cuchillo del cuello de un Harrington moribundo, el cual callo y se retorció del dolor, buscando aire, mientras se sostenía el cuello.- Que esto sea una enseñanza- comentó, mientras sacaba un pañuelo morado de su bolsillo y limpiaba el cuchillo. Su mirada yacía en el cuerpo del Subteniente retorciéndose, hasta que finalmente dejo de moverse- Si esto se repite, este- señalo a un Harrington muerto- serán ustedes, pero en peores circunstancias- amenazó.

Luego, sin más, guardo el cuchillo en su lugar y tiró el pañuelo en el muerto, asqueado por su sangre.

-Sullivan- llamó. A lo que una mujer de cabellos rubios blanquecinos, se movió de su lugar, para llegar a un lado Del Coronel, ignorando el cadáver- Más te vale no fallar, Subteniente- ordenó.

Ella asintió y saludó con respeto al Coronel. Este, sin mirar nada mas, se dio media vuelta y salió del lugar, con la furia creciente en él.

-Ya escucharon- dijo la nueva Subteniente Sullivan- esto es una Misión de búsqueda y captura de Los Cinco- ordenó. Todos, ignorando lo que había ocurrido, saludaron con respeto y se encaminaron en fila hacia la salida. - Whallen, Hoss- llamó. Dos hombres se voltearon a verla con respeto y saludaron.- Ustedes serán mis segundos al mando. Quiero que rastreen los últimos movimientos de ellos, para ahora- ordenó demandante.

- Si, señora- dijeron al unísono, obedientes. Y segundos después, salieron a cumplir con su deber, dejando a la Subteniente Sullivan sola, en aquella solitaria sala.

Luego, miró a aquel cadáver, y lo pateo. El sonido estridente retumbo por las paredes, lo cual la hizo reír.

-Tus días estaban contados Harrington- dijo, sin mas, finalmente para marcharse con una sonrisa macabra grabada en su rostro.