Five. [Editando]

Capitulo 1

Edificio 6, Zona Hospital.                                      La República

   Movimientos ajetreados se escucharon a mi derecha. Mi vista estaba nula, pero mi oído escuchaba medianamente los pasos apresurados de mucha gente a mi alrededor, también susurros o a veces gritos.

   No llegaba a comprender mucho más, estaba adormecida. No podía abrir mis ojos, o mover mi cuerpo. Vagamente vislumbraba un poco de luz, pero luego mis ojos se cerraban, como si algo los cerrara a la fuerza.

   El pitido de algo estridente llegó a mis oídos, un sonido constante que me aturdió.

   De pronto, mis ojos se abrieron de golpe.

   Una luz cegadora se coló por mi vista y un leve ardor se instaló en mis ojos. Luego de pestañear varias veces, mi vista se fue acostumbrando a mi entorno.

   Un techo blanco fue lo primero que vi. Intente mover alguna parte de mi cuerpo o mover mi cabeza, pero estos estaban entumecidos, como si fuera que había estado en esa posición por mucho tiempo.

   La luz del techo titilaba, y mi vista observó  las veces que el foco centelleaba, hasta que finalmente se quemó y se apago. 

   Vagamente, un recuerdo vino a mi mente de alguien desconocido que estaba  luchando para mantenerse vivo, su silueta se arrastraba por el suelo, pero finalmente desfallece, y solo quedo la negrura de un recuerdo borroso e ilegible.

   De repente, un silencio abrumador se instaló en el lugar. Podía escuchar mis propios latidos, y algunos pitidos, que seguramente serían de alguna máquina.

   Pero, ¿en dónde estoy?

   Mi mente intento recordar algo anterior a donde me encontraba ahora, trataba de buscar una pista de lo que pasó anteriormente. Pero solo recordaba vagas imágenes de un sol gris, y tierra mojada.

   Y cuatro palabras que se repetían constantemente en mi cabeza:

YO SOY AERITH VEIL

   Sonaba como una orden, como si no reconociera aquello.

   ¿Ese era mi nombre?

   Mi subconsciente se sentía cargado, mi cabeza palpitaba.

   De repente, sentí un movimiento en mi mano izquierda. 

  Al parecer por reflejo moví un dedo, o dos. No lo tengo claro. Luego fueron los dedos de mi mano derecha. Lentamente pude mover todos mis dedos, pero no las manos.

   Intente girar mi cabeza lentamente, consiguiendo moverlo hacia la derecha ligeramente.

   Mis ojos vislumbraron unas camillas y personas en ellas, conectadas a muchos cables e inconscientes. Ahora entendí de dónde provenía aquel pitido molesto, las máquinas que conectaban su pulso alumbraban de un tono verdoso la sala.