Prólogo

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Prólogo

Es sábado por la mañana, no son ni siquiera las 11:00 a.m... ¿o ya si? Y ya están empezando las llamadas ¡Bah! Solo contestaré el teléfono.

-¿Si? -dije mientras salía del establecimiento con mi bolsa con el desayuno dentro.

-¿Que tan lejos estás de la Interestatal 95? -dijo la voz.

Veo el teléfono para asegurarme de con quién hablaba y vaya sorpresa -A unos 35 o 40 minutos, ¿por qué?

-El vicepresidente de este país está muerto, no tengo claros sospechosos aún, pero estoy movilizando mis propias investigaciones, necesito que te presentes en el lugar de los hechos, te reenviaré la localización exacta que me enviaron.

-¿Qué? ¿El vicepresidente? Hablas de... ¿Zipperman? ¿No estaba él en esa fiesta de caridad anoche? ¿Y hoy está muerto?

-Sí. Cuando llegues allá ubica a un Miembro cuyo nombre clave es Erick. Te enviaré su foto. Te entregará una autorización con el permiso necesario para que tomes el control en la medida que te parezca.

-Entiendo señor. -y él colgó.

Que cosas, pienso, acabo de terminar el caso anoche por el que vine y justo cuando iba a coordinar para irme a Rusia, ¡bum! Muere el vicepresidente de este país. Me intriga saber cómo ocurrió todo y bajo que condiciones, admito que también me emociona formar parte de un caso así...

Pensaba todo eso y más mientras me apresuré a detener el primer taxi que pude e indicarle que me lleve directamente a la localización que le estaba mostrando, sin más remedio y por hacer su trabajo, el taxista mexicano emprendió su camino...

¿Quién habrá sido el responsable? Es extraño que él me haya dicho que no hay ni siquiera un sospechoso, ahora que lo pienso, es un poco ilógico que me llamen a mi, bueno, jaja (pienso en forma burlona) ¿será que no hay más nadie en quien confiar?

Brallan StvenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora