Diario de un ángel caido

robando al gato

Decidí averiguar algo más, así que fuí al callejón en dónde me perdí la primera vez, el collar se encendió y el gato con manchas cafés apareció, esto no era "una casualidad" verdaderamente estaba pasando el collar no buscaba mi pluma, buscaba al maldito gato, estaba desesperada no podía creer que había gastado tanto tiempo ilucionandome y creyendo que la luz era por la pluma, que desastre, mi irá creció tanto que de un momento a otro tenía al gato en mis manos y lo estaba apretando con tanta fuerza que de él salían unos maullifos horribles, hasta que dijo algo, si el gato podía hablar!!!?! Cuando dijo:" basta ya" rápidamente lo solté y cayó al pavimento, estaba tan asustada, no solo porque me había hablado sino porque cómo rayos pensé en asesinar a un pobre e indefenso animal, maldita yo, lentamente le di la espalda y empecé a sollozar ya no sabía que estaba pasando con mi vida, no entendía porqué rayos me pasaba esto a mi, dispuesta a salir corriendo escuche una voz masculina ya no era ahogada por mis manos, lentamente me giré y me dejó totalmente sorprendida, nunca había sido un puto gato, siempre había sido él, que estupidez, por eso se encendía el collar ¿por qué su dueño estaba cerca?, Que porquería, quería saber más, pero algo en mi no lo permitía era mi orgullo, me he sentido burlada totalmente, quien me manda a creer en un maldito demonio, iba a salir corriendo de allí a no ser porque alguien me sostuvo el brazo, al parecer muy fuerte, ¡¡¡¡maldita sea que me quiero ir no entiende!!!!
-estuviste a punto de matarme, una disculpa vendría bien en este momento.
-¿una disculpa? Tu abuela!!!
- no sé si te habrá a olvidado, pero nosotros fuimos creados no tenemos parientes, tanto tu como yo somos una misma rama.
- rayos!!!¿ Por qué me diste el collar, sabiendo que no funcionaría conmigo?
- que no funcionaría contigo- se río- eso funciona con cualquiera que lo posea en el instante, al parecer tu deseo de encontrarme, era más fuerte que el de encontrar tu maldita pluma.
- que gracioso estás! Yo nunca tuve la intención de buscarte siquiera, no pongas palabras en mi boca.
Hubo un silencio indescriptible, que fue arruinado por su irritante risa.
- de que mierda te ríes!!??
- de tí, sólo piensas en mí!
- vete al infierno!
- te recuerdo que ya estuve allí, te mandan saludos!
-me voy no estoy para andar soportando pendejadas de un imbécil como tú.
Así fue como llegue a mi habitación molesta con el mundo, con él, con Dios, con la pluma, con los humanos por ser malditamente ciegos.
Esto es todo por hoy se despide Ángela, la próxima asesina de un  gato con manchas cafés.