"-Conejito.- Susurro lentamente.
-No me llames de esa forma.- Intento escapar de su agarre.
-Tanta bondad existe en tu alma.- Tocó su barbilla.- No sabes donde te has metido Conejito"
El campamento "Eastwood", mejor conocido como el centro de rehabi...
Quede petrificado, no había hecho nada en contra de él, pero el hecho de enterarme lo que le había hecho a su anterior compañero me dejo helado.
-Esto es una cárcel amigo.- Luzu siguió hablando.- Nadie le importa un carajo tu vida y nadie piensa salvarte el culo. Los folletos todos coloreados y prometiendo seguridad son una farsa, una vez que entras asegúrate comportante medianamente bien, no es un campamento de Boy Scouts donde atrapan flores y juegan a quien hace el nudo mas grande...- Hizo una pausa larga.- Aquí te enseñan a ser el tiburón, o ser la carnada.
Por séptima vez desde que entre mi compañero me repetía lo mismo, me hubiera gustado decirle que se calle, que me había dado el mismo consejo más de dos veces, sin embargo sabía que lo decía por un motivo en especial, lo cual me deprimía y me daba mucho temor al mismo tiempo.
El sabía que yo era carnada fácil para los grandes tiburones.
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-Así que Guillermo Díaz.- Susurro Aaron por primera vez dirigiéndome la palabra.
Estábamos en una cabaña que ya el número no importaba. Lo observe con claridad, pelinegro, alto, con un poco de barba y lleno de tatuajes.
Tus descripciones Guillermo son las más patéticas.
-Si.- Respondí acomodando el desastre que había de papeles en el piso.
-Soy Aaron, lamento no haberte hablado antes, es que tuve una mala noche y necesitaba descansar.- Expreso sutilmente para excusarse de las ocho horas que se pasó durmiendo en las camas de su trabajo, mientras yo, como idiota, las limpiaba.
-¿Mala noche?- Pregunte con cierto temor, las palabras de Luzu se repetían en mi mente.
-Los más jóvenes necesitan saber quién manda.- Se acostó poniendo su cabeza en el respaldo de la cama izquierda.- Es dificil ganarse un lugar aquí.
-Claro.- Respondí observándolo, nada mal para ser un asesino.- ¿Me dejarías hacer la cama, por favor?
-Con gusto.- Se levanto y camino por la habitación.- Para ser nuevo eres bastante respetuoso, ¿Tus padres te metieron aquí, no?
-Si.- Tendí la cama.
-Tranquilo Guillermo.- Se apoyo en mi hombro.- Si los nuevos se portan bien, no les pasará nada malo.
-¿Seguro?
-Soy líder de los Snakes, quédate tranquilo y respira.- Toco mi pecho.- Que aquí mando yo.
-Gracias supongo.- Me deslice lentamente alejándome de él.
-Sin embargo, no te sientas afortunado, todo tiene un precio por no tocar tu trasero.
-No entiendo.- Pare de hacer las labores para mirarlo.
-¿Piensas que te iba a cuidar así porque sí, tan solo por ser mi compañero?- Rió.
-Eso creí.- Mostré media sonrisa.
-Guille.- Suspiro riendo.- Ya quisieras.
Se acerco nuevamente a mí.
-Tú tienes que darme algo a cambio.
-¿Qué?
-Eres compañero de Samuel De Luque, mi contrincante aquí y por lo que se, tiene los ojos puestos en ti querido amigo.- Mi corazón se aceleró.- Quiero que lo enamores y a fin del verano que lo destruyas, yo haré el golpe final. Si al final todo resulta benefactor, mi protección será de utilidad, pero, si no logras lo que te pido te asesinaré.
Estaba temblando.
-¿Y si me rehusó?- Pregunte temeroso.
-Vas a vivir en infierno en vida Guillermo. Tienes dos semanas para decidir, tic tac, el tiempo corre.- Y con eso se fue de la habitación.
Me dejo solo y cagado en las patas.
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-Todos a sus habitaciones ratas.- Expresó el militar gritando, el primer día laboral había terminado.
Mi primer día y ya te estás metiendo en problemas Guillermo, bien hecho.
Camine hacía mi cabaña verdaderamente cansado, este era uno de los trabajos más difíciles que realice en mi vida, además de oler horrible y todo demacrado.
Solo quiero llegar a mi habitación y dormirme.
-Hola compañero.- Samuel apareció a mi lado mientras caminaba por el sendero a la dulce cama que me esperaba. Estaba sonriendo como siempre.
-Hola, ¿Cómo te ha ido?- Pregunte sin ser descortez, compartiríamos habitación,y posiblemente un romance falso si acepto, por tres meses.
-Bien, trabajar en la cocina es difícil.- Suspiro sin dejar de sonreír.- Luzu es un imbécil.
-Es un buen chico.- Debía defender a mi único amigo.
-Este totalmente enamorado de la rubia, es un idiota.- Recalcó.
Cada vez más cerca de la cabaña.
-¿Y a ti?- Cuestiono intrigado.
-Bien, limpieza de cabañas.- Asintió mostrando una expresión de asco.- Mi compañero es Aaron.
Se tensó.
-Seguro te propuso algo.- Supuso a lo cual asentí.- Se rumorea que trata de matarme.
-Es ilegal.- Dije.
-No aquí.- La cara de enfado se notó.- No hagas caso de sus palabras, conejito.
-¿Por qué?- Detuve la marcha.- Me amenazo y tengo mucho miedo.- Le dije cabizbajo, no sabía porque le contaba esto a un extraño que me mira dormir, supongo que necesitaba descargarlo.
-No deberías.- Se puso a mi lado.- Soy el líder de los Tigers y yo te voy a cuidar.
-No me llames conejito.- Dije abriendo la puerta de mi hogar temporario.
-No me gusta que toquen o lastimen lo que es mío Guillermo.- Susurro en mi oído.- Vamos a dormir.
Esto no me olía para nada bien.
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Aaron sera Zayn Malik
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