Capítulo doce; "Proyecto The Paradise."

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Capítulo doce; "Proyecto The Paradise." Primera parte. 

Mae caminaba junto con Andrew hacía la salida de la empresa, Andrew había aparecido frente a su escritorio hoy por la mañana y le había comunicado que a las 9.30 a.m. se encontrara ya lista esperándolo en el escritorio donde ella trabajaba como secretaria. Para Mae aún era un misterio hacía donde se dirigían y al curiosidad la estaba matando, ella era el típico gato del refrán; "La curiosidad mato al gato."

Una vez que llegaron a una camioneta negra con los vidrios polarizados, Andrew abrió la puerta trasera para que Mae pudiera sentarse en el asiento izquierdo lo cual ella vio como un acto muy caballeroso de los cuales se habían casi extinguido. Mae se sentó en el asiento de cuero negro y pudo oír como la puerta era cerrada con suavidad, ella pudo escuchar también como de fondo se escuchaba una canción clásica.

-Buen día.- saludo Mae al hombre cincuenta y pico de años que se encontraba delante del volante, él cual hizo un asentimiento de cabeza el cual pudo observar Mae atraves del retrovisor.

La puerta del lado derecho se abrió y el señor Collingwood se adentro al automóvil, una vez que cerro la puerta el chófer por fin pudo. Andrew saludo con un seco "Buen día, Max." a lo cual el chófer lo saludo del mismo modo que a Mae. Andrew saco de un maletín negro que llevaba con él unas carpetas, las cuales Mae observaba curiosa, ¿A donde se dirigían?  

-Nos estamos dirigiendo al club campestre "The Paradise", haremos la fabricación del plano de dos piletas las cuales tienes que tener la capacidad de albergar cincuenta personas y también haremos el plano para un bar el cual va tener que tener un espacio entre la entrada del lugar y la entrada que vamos a separar con unos barrotes de madera de arce, ya que quieren que una gran parte de el sea al aire libre.- Explico el señor Colligwood, Mae asintió.

-Bien.- se limito a decir Mae observando la carpeta de planos que tenía el señor Colligwood abierta sobre su regazo.- ¿Para esto no necesita un grupo de arquitectos y...- no pudo terminar ya que el rubio la interumpio, él y su insoportable manera de no dejarla terminar la oración.

-Ya nos estan esperando allí.- Dijo.

Ella estaba desorientada, no sabía que haría allí entre tantas personas que sabía sobre medidas y planos, era buena en las matemáticas pero le tenían que explicar como ellos hacían los diversos procesos por los cuales obtenían como resultado las medidas justas. Mae entre las pocas palabras que se dirigieron ambos adultos y las hojeadas a las carpetas, no se dio cuenta cuando llegaron a las enormes rejas negras con puntas que parecían de flechas cubiertas por oro del club campestre "The Paradise".

Una vez que el automóvil aparco frente a una enorme casa blanca, decorada con las mas finas plantas fuera de ella ambos bajaron claro que Andrew fue más rápido que Mae y le abrió la puerta el cual gesto ella agradeció con una sonrisa. El grupo que los esperaba se encontraba frente aquella casa y un hombre vestido completamente de blanco los esperaba con una sonrisa, el hombre tenía cabellos rubios claros, ojos verdes como el césped en primavera, tenía el cuerpo de un nadador y la altura que uno obtenía al estar sometido tantos años en aquella disciplina, su sonrisa mostraba una hilera de dientes completamente blancos y alineados aunque no fuera una verdadera sonrisa era una de las mas lindas que ella había visto. 

-Bienvenido sea Señor Colligwood.- lo saludo el hombre estrechando su mano euforicamente, Andrew hizo una mueca, Mae solo pensaba que faltaba que le besara los pies.

-Gracias por el recibimiento Señor Carpenter, le presento a mi secretara y administradora Meibel Anderson.- La presento él.

El señor Carpenter beso la mano de Mae, lo cual incomodo y alago a Mae, jamas le había besado la mano un hombre y tampoco estaba acostumbrada a ver el gesto en otras personas. Mae escucho un resoplido de fastidio a su lado, vio de reojo disimuladamente al señor Colligwood el cual miraba de una manera ¿Celosa? al señor Carpenter, decidió apartar aquel pensamiento de su cabeza, era técnicamente imposible que él estuviera celoso del ojiverde frente a él ¿Cierto?

-Prosigamos y hagamos rápido lo que venimos a hacer.- ordeno Andrew con voz fría y firme, el rubio frente a él asintió con una sonrisa sin quitarle la mirada a Mae en ningun momento. 

Andrew fastidiado agarro con gentileza el antebrazo de ella, no sabía que le sucedía pero no quería que Mae estuviera cerca de aquel sujeto que desde que se había integrado como socio al club campestre no le había agradado, claro que Andrew pertenecía a aquel club campestre y era el vicepresidente del comité del club junto con la presidenta, Julie Langdon, una mujer anciana de setenta y dos años y cumpliría el próximo mes setenta y tres años.

-¿Puedo saber qué le sucede?- le pregunto Mae irritada, quería pasar desapercibida luego de haber sido etiqueta como "la chica que entrevisto personalmente el señor Collingwood" y tener a Andrew sujetándola de su antebrazo no ayudaba mucho. 

-No la quiero cerca de aquel sujeto.- siguió caminando en dirección al terreno de las piscinas, el pequeño grupo de arquitectos y el señor Carpenter estaban adelantados por unos cuantos metros delante de ellos dos. 

 -¿Del señor Carpenter, por qué?

-Porque se que vale mas que con cualquier mujer que haya utilizado ese viejo truco para luego meterle los cuernos a su esposa, créame señorita Anderson, le estoy haciendo un favor a usted.- explico acelerando el paso, Mae lo trataba de seguir.

-Al menos suélteme, no quiero tener otra etiqueta.- Mae clavo las puntas de sus tacones en el césped perfectamente cortado.

El rubio se volteo para poder admirarla, mentiría si dijera que la señorita Anderson no era atractiva o su tipo de mujer, pero ya había cometido el error de encariñarse con una de sus secretarias y esta al final termino siendo su esposa y madre de su hija, no volvería cometer aquel error y tampoco el error que había cometido en una noche lluviosa en la ciudad de New York, siempre se había pregunto que habría sucedido si hubiera visto el rostro de aquella mujer, solo recordaba con claridad un par de ojos profundos color verdes los cuales eran parecidos a los de Mae. 

Mae no quería seguir siendo observada "disimuladamente" por el grupo, así que se soltó bruscamente del agarre de aquel hombre y camino con paso decidido hasta el grupo escuchando las pisadas rápidas del señor Collingwood detrás de ella. Mae se mantendría alejada de él mientras que resolviera la tormera de sentimientos que estaba dentro de su cabeza, aunque no sabía que la verdadera lucha aún no había tocado su puerta.

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Espero que disfruten de la canción, la obtuve de una novela titulada "Café", quienes sean amantes de la poesía y del romance les recomiendo que la lean, se encuentra en la categoría de "Historias Cortas".

Se que es muy corto el capítulo, pero es intenso, me entregaron fecha para exámenes integradores, para quien no sepa los exámenes integradores son una especia de examen donde rendís todo lo que viste en el año, claro que no te hacen rendir un examen de todas las asignaturas porque creo que necesitaría un tanque de oxígeno yo para respirar, nos hacen rendir un examen de ciencias sociales y literatura (fue la única de mi agrado).

Nota de su escritora; Aveces los amores hay que dejarlos como amores platónicos; así, perfectos e inalcanzables.

PD: Perdón por la tardanza, es que estoy muy ocupada, pero tranquilos, siempre me las ingenio para subirles capítulos ;). 

El pequeño Oliver #1EPO © (Sin editar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora