-nos gustaría que se quedaran más tiempo- dijo Anika con tono triste, ya habían pasado tres días, y Zander y yo deberíamos retomar nuestro camino, pero era difícil, este pueblo era bastante acogedor y me había encariñado con los niños.
-lo siento señora- dijo Zander –nos gustaría quedarnos, sin embargo, debemos ir a la ciudad- Peter e Izak se aferraban a las piernas de Zander y Jade se aferraba a mi falda, me daba pena dejarlos, eran unos niños maravillosos y en poco tiempo los llegue a querer demasiado.
-espero que lleguen a salvo- dijo Stefan golpeando la espalda de Zander, el dio un salto hacia adelante, habíamos aprendido que Stefan poseía una gran fuerza –oh, Carolina- voltee rápidamente al escuchar mi nombre –mi esposa y yo tenemos algo para ti- en ese momento Anika se acercó a mi extendiendo sus manos, en ellas se encontraba ropa perfectamente doblada.
-creímos que sería más cómoda para ti- dijo Anika –ya saben, por si tienen que huir ¡pruébatela!- Anika con una gran sonrisa me empujo a la habitación de invitados y cerró la puerta, me acerque a la cama y estire la ropa para ver cómo era. El atuendo consistía en unos pantalones beige que llegaban hasta tres dedos debajo de la rodilla, una camiseta verde sin mangas junto con una chaqueta pequeña sin mangas café oscuro, además traía consigo un cinturón café oscuro y unos guantes medianos sin dedos, me vestí rápidamente, la ropa me quedaba perfecta, me coloque las botas que Zander me había dado y ate mi cabello, salí de la habitación y Anika me vio con una sonrisa.
-te queda perfecta- ella se acercó a mí y me sujeto de los hombros –cuídense, por favor- acto seguido me abrazo fuertemente, yo le correspondí el abrazo, los niños se unieron a nosotras, Zander y Stefan solo miraban.
Salimos de la casa y nos dirigimos al norte, poco a poco las casas eran menos, hasta que logramos entrar en el bosque. El ambiente estaba calmado, no había viento ni pájaros cantando. Mire de reojo a Zander y recién me di cuenta de que se había atado su cabello, a pesar de no tener el cabello tan largo se le veía bastante bien aquel peinado.
-Zander..... Me contaron que en el bosque hay criaturas mágicas....como tu ¿entonces porque no hemos visto más que animales? – pegunte extrañada, Zander se detuvo repentinamente, yo me detuve unos pasos mas adelante, el levanto la vista y se acercó a mí.
-caro, ahora que hemos dejado el primer pueblo, las cosas se pondrán más feas- me tense de repente y un escalofrió recorrió mi espalda –a partir de esta parte del bosque, las criaturas comienzan a aparecer, tanto buenas como malas, entre más cerca estemos de la ciudad más criaturas habrán.....pero no puedo asegurarte que todas serán buenas, por eso.....voy a hacerte un hechizo-.
- ¿un hechizo? – Pregunte extrañada- ¿Qué clase de hechizo?-.
-un hechizo de conexión, un hechizo que nos conectara a ambos, podremos sentir si el otro está en peligro y también podremos localizar nuestro paradero-.
A decir verdad aquella idea me gustaba, pero a la vez me aterraba, pues ese hechizo no sería necesario si no fuera peligroso el camino a la ciudad. Me pregunto cuál será la primera criatura con la que nos toparemos. Zander tomo mis manos repentinamente.
-cierra los ojos y no los abras hasta que yo te diga ¿estas lista? – asentí rápidamente y cerré mis ojos, Zander comenzó a hablar en un idioma extraño -Megáli Theós, boreí na syndetheí me aftó to korítsi gia na tin prostatéfsei – sentía que mi cabello flotaba pero no había viento, debe de ser un efecto del hechizo, poco a poco, sentí como si un hilo fuera atado a mi corazón, y de pronto logre sentir el aura de Zander, ahora estábamos conectados.
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