Extrañar es el precio que se paga por vivir momentos que son inolvidables

2. Infancia

Isabella lloraba y lloraba, no entendía porqué tenía que separarse de su mamá para ir al colegio. Sentía que el colegio era como un zoologico lleno de animalillos salvajes, ella era una niña bastante tranquila y que solo necesitava estar en su hogar. A pesar de eso en el colegio se hizo amiga de Miranda, era además su vecina e hija de la amiga de su mamá. En las horas del patio siempre estaban jugando juntas y además eran compañeras en el aula. Se sentaban juntas y hablaban sobre todo. Poco a poco fue haciéndose la mejor y única amiga que tenia de la clase. Aunque no era mala niña y no se consideraba poco sociable, era muy tímida y no se abría a tener otras amistades. Aunque si le hablaban, ella contestaba educadamente, porque así la habían educado sus padres. Nunca hizo nada malo a nadie e intentaba obedecer a los mayores y maestros en lo que se le pedía. Nunca fue una niña muy espabilada ni le gustaba hacer los deberes, pero sus padres nunca dejaron que le fuera mal en el colegio. Tenía una vida bastante normal. De casa al colegio, del colegio a casa, de casa a las clases de apoyo y de las clases de apoyo en casa. Lamentablemente, las pocas aspiraciones que tenía en la vida eran sueños que no habían sido apoyados desde un primer momento. Comprendía que los sueños de ser astronauta que pudiera tener cualquier niño o niña se le quedaban muy lejos y esos no se harían realidad seguramente, pero tenía aspiraciones más realistas como ser peluquera o veterinaria que le fueron eclipasadas por algunas palabras de sus padres que sin quererlo la desmotivaron. No supieron ver en lo que destacaba para así ayudarla a fortalecer sus virtudes, sinó que vieron en lo que fallaba para así hacerla mejorar en lo que se le daba peor. Así pues su vida se limitaba a cumplir con sus obligaciones de niña que va al colegio y debe estudiar y hacer los deberes tanto si le gustaba como si no. Tener las típicas preocupaciones de niña de que no se le pasara el capítulo del día de sus anime o series favoritas o de no suspender para no ser reñida por sus padres.  No tuvo mala infancia para nada. Ella era muy feliz, era bastante sobreprotegida por sus padres y eso la hacía sentir segura en la vida, lo malo es que no sabía nadie que luego crecer y empezar a ser más adulta e independiente se le haría más difícil.