43. Los peligrosos bosques de Hyrule

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Link recorrió toda la Llanura de Hyrule hasta el lugar de donde había llegado a ella la primera vez. Cruzó los dos troncos huecos y el puente que había por ahí y entró al Bosque Kokiri.

Creyó que lo primero que vería sería a sus colegas saludándolo. Jóvenes de su edad que estarían alegres de volverlo a ver, pero no fue así. Lo primero que vio fue una Baba Deku mucho más grande que las que había visto. Además, todo el bosque a primera vista se veía diferente. Todo estaba igual, pero se respiraba un aire maligno.

Mientras caminaba vio más Babas Deku gigantes y algunos monstruos de matorrales. Los eliminó a todos y decidió visitar a Saria, pero ella no estaba. Al contrario, estaba una niña que Link conoció en su infancia, pero no podía ser porque todos deberían estar más grandes. Tal vez fuera la hija de uno de sus amigos. La niña vio a Link y le dijo:

—¿Ha viajado mucho señor? ¿De casualidad no conoció a un niño llamado Link? —éste se desconcertó, pero no le alegó —Mido decía que el Gran Árbol Deku se marchitó porque ese niño le hizo algo malo. Saria era la única que lo defendía, pero un día ella también desapareció. ¿Quién sabe lo que realmente ocurrió?

Link se desconcertó aún más. De modo que Mido estaba metiendo cizaña a todo mundo y Saria había desaparecido. Decidió ir a la que era casa de las gemelas y vio a dos niñas idénticas dentro que murmuraban algo sobre que Saria aún no llegaba del templo.

Link salió sin darse cuenta las niñas y se dirigió a la tienda. Sólo se asomó y vio al mismo mercader que le vendió el escudo Deku hace siete años. Entonces se dirigió a donde era la casa de los hermanos Sabelotodo y vio a tres niños idénticos a los hermanos. Link habló con ellos y le dijeron cosas sobre que Saria había ido al Templo del Bosque, en la pradera sagrada, que Mido ya no estaba tampoco, entre otras cosas.

Entonces Link supo a dónde debía ir. Subió la colina detrás de la casa de Mido y se dirigió al tronco hueco para ir al Bosque Perdido. Él ya más o menos se sabía el camino, así que no necesitó ayuda de los sonidos del bosque para orientarse, pero en el claro donde estaba el estanque que conectaba al Río Zora vio a un niño idéntico a Mido que no lo dejaba pasar. Le dijo:

—¿Quién es usted? Aunque se vista de forma similar a los kokiri, a mí no me engaña — Link pensó en simplemente rodearlo, pero el niño no lo dejaba —. Le prometí a Saria que no dejaría pasar a nadie —ahora las cosas empezaban a tener sentido para Link —. Pero si de verdad tiene tantas ganas de verla, necesito una prueba de que la conoce. Algo que sólo haya podido oír o aprender de ella, señor. Aunque realmente me extraña que sea amiga de un adulto como usted...

Link sacó la Ocarina del Tiempo y tocó ante el niño la Canción de Saria. Una vez hecho, el niño se sorprendió y dijo:

—Esa melodía... ¡Saria solía tocarla todo el tiempo! Usted... ¿conoce a Saria? Esa canción... Saria sólo se le enseñaba a sus amigos... —Link asintió —De acuerdo... Confío en usted. Y... Señor, cuando lo miro... no sé por qué, pero me recuerda... a él...

Link no supo qué quiso decir el niño con eso último, pero éste se quitó y Link pudo continuar. Siguió avanzando hasta que llegó a la Pradera Sagrada del Bosque. Estaba a punto de empezar a recorrer el laberinto cuando oyó un gruñido y mejor esperó. Se asomó por un lado y vio a un enorme troll con una lanza y armaduras que vigilaba el pasillo del laberinto. Link, como por intuición, sacó el Gancho y lo accionó en dirección al troll, el cual cayó hacia atrás y se desintegró.

Se dio cuenta de que había más trolls como aquél en todo el laberinto así que tuvo cuidado. Los mató a todos y llegó a la escalera al final del laberinto. Cuando la subió llegó al pasillo que anteponía la otra escalera para llegar al lugar favorito de Saria, pero en él vio a un troll mucho más grande y ahora traía en la mano una especie de bastón con una piedra al final. El troll vio a Link y empezó a pegarle a la tierra, levantando una especie de muralla de hojas y tierra que no dejaba pasar a Link. Afortunadamente esa muralla no era tan grande y Link pudo cruzar por la orilla del pasillo. Aún así, el troll también le pegaba por esa parte y Link tuvo que cambiar de orilla a orilla sin que el troll le hiciera daño.

Una vez que llegó hasta el troll, ledio tantos espadazos como pudo hasta que el troll cayó rendido hacia atrás ytambién se desintegró. Link subió por fin las últimas escaleras y llegó allugar favorito de Saria.

The Legend of Zelda: Ocarina of TimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora