Cap 1 "El legado Vidal"

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     Un verano de 1498 en una ciudad portuaria de España donde estaba iniciando la época del renacimiento en el centro de Europa, Ayres Vidal estaba en España para reunirse con los estrategas de la armada española en unos días. Ayres venía de Portugal, tenía una hermano 7 años menos que el y a los 16 años entro al ejército español. El era decidido, amable, fuerte, astuto y necio, tenía 24 años, de apariencia era de piel morena no tan oscura pero con el tiempo quedo más moreno, tenía ojos azules y pelo castaño oscuro que le llegaba hasta el cuello (no le hacía falta candidatas para esposa pero era algo tímido o no le interesaba). Sin embargo la razón por la cual sé hizo soldado fue porque tras la muerte de su padre, el Comandante Vidal ocupaban reclutas además su madre no estaba en condiciones para trabajar y su hermano era bastante joven así que tuvo que ingresar en la armada española. Ayres demostró un gran desempeño como soldado y como estratega por lo cual fue subiendo de rango rápidamente.

Ayres andaba recorriendo ese pueblo costero, hasta que logró divisar una cabellera color miel que el jamás podría olvidar. De una vez no penso dos veces y se fue a seguir a la joven que para el era la mismísima Afrodita. Al ver a esa mujer se acordó de su amiga de la infancia Naia Caristeas, ella era hija de una familia de comerciantes griegos. Naia era un espíritu libre, hermosa, fuerte, algo testaruda según sus padres y lo que más admiraba Ayres de ella era su forma de ver la belleza en las personas incluso cuando ellas mismas no lo veían. Él siempre sintió algo por ella pero ni siquiera él se daba cuenta; sin embargo él siempre la recordaba con mucho cariño en esas noches solitarias alejado de su familia. Ayres jamás le dijo nada a Naia ya que él pensaba que a ella le gustaban los hombres románticos, bien elegantes y apasionados a la poesía; algo que claramente no tenía el.

        Cuando logró alcanzarla, ella de inmediato lo reconoció y a él le pasaron un montón de pensamientos en la cabeza que desgraciadamente no llego a expresar ya que quedó como un cadavér al verla, no pudo decir nada por los nervios. Pero ella de inmediato se dio cuenta que era Ayres y que había cambiado mucho. Ella jamás le dio una idea clara de si lo veía como a un hermano o algo más. Y por eso lo tenía totalmente embobado y confundido.

-Naia: Ayres, como estás? has cambiado tanto, te extrañé mucho.
-Ayres: ...
-Naia: Lo lamento me emocioné mucho y me puse muy hablantina.
-Ayres: Estoy bien, ha pasado mucho tiempo no.(Era bellísima, ese cabello, esa tez tan blanca esos ojos cafés tan radiantes y llenos de alegría lo llenaban de ternura pero lo que más le encantaba era su personalidad tan inocente pero seria, era difícil de explicar).
-Naia: 8 años, aún no me lo creo, parece que fue ayer cuando íbamos a jugar en Praia da Mariha (Era una hermosa playa donde Ayres y yo íbamos a jugar era un lugar sumamente precioso).

Naia y yo nos quedamos hablando un rato y poniéndonos al tanto de lo que había pasado estos últimos años. Mientras yo le contaba mi travesía hasta aquí ella se veía un poco desanimada. Cuando me di cuenta ya era de noche y cuando la invité a cenar ella empezó a actuar un poco nerviosa.

-Ayres: Que sucede Naia? Parece que algo te preocupa desde hace rato.
-Naia: No es nada, ya me tengo que ir.
-Ayres: Naia, espera que es lo que pasa? Tú sabes que puedes contarme cualquier cosa.
-Naia: Ya me tengo que ir. (lo dice nerviosa).

Sin darme cuenta una mujer embarazada y un hombre alto, de pelo castaño y ojos negros como de 29 años se acerca a Naia. Solo la abrace para saber cómo reaccionaba ese hombre e hizo una cara de extrañado.

-???:Naia, tú sabes que nos vamos mañana en barco, qué estás haciendo aquí?
-Aryes: Qué está pasando? Naia quiénes son ellos? (Yo estaba muy confundido, sabía que no podía meterme en la vida de Naia pero estaba muy inquieta y con la mirada al suelo, se podría decir que estaba a punto de llorar).
-Naia: Ella es Amalia Gaos, y él es su hermano José Gaos, m-mi prometido (Lo dije con la voz entrecortada).
-Ayres: ...(No sabía qué decir, No sé cómo pero le iba a decir que la amaba desde que heramos niños).
-José: Tu debes de ser Ayres Vidal, eh escuchado que tienes fama como un gran soldado tanto de Naia como de mis superiores.
-Ayres: Estas en la armada? (José era respetuoso, firme y no le veía nada de malo pero el era el prometido de Naia claro que estaba triste pero no podía hacer o decir nada en contra suya).
-José: Soy subteniente, tengo que conocer a los nuevos soldados. En todo caso estoy feliz de conocer al amigo de la infancia de Naia. También sus padres nos hablaron de ti.
-Ayres:Conoces a sus padres?
-José: Claro que si, ellos son buenos amigos de mi familia y sus padres me la prometieron para sus 22 años, claro si los dos queríamos. En fin fue un gusto conocerte.
-Ayres: ESPERA! Tú dijiste que sólo se casarían si los dos querían, pero no parece que sea así (ya estaba harto de ese presumido, la conozco desde que yo tenía 7 años, no me voy a tragar el que ella se va a casar por su propia voluntad cuando ella está contenido sus lágrimas y mordiéndose el labio, no la dejaré).
-Naia: Ayres, por favor solo vete voy a estar bien.
-José: No es tu asunto, y en todo caso que importa?
-Ayres: (Este tipo ya me harto) tal vez a ti no te interese o te preocupes por Naia, PERO YO LA AMO!!! Y no dejaré que ella esté atada a ti cuando claramente no quiere.
-Naia: Ayres (susurre mientras las lágrimas por fin salieron de mis ojos, estaba triste pero feliz al saber que él me amaba al igual que yo a él).
-Amalia: José, no lo hagas (temía por lo que mi hermano le pueda hacer a Ayres sobretodo no quiero que Naia salga herida, ella es como una hermana para mí y parece que ese chico le importa mucho).
-Ayres: Te reto a un duelo aquí y ahora, si tú ganas no los molestare más y podrás hacer lo que quieras con migo, pero si yo gano dejarás que Naia escoja su propio camino. De acuerdo?
-José: De acuerdo.
-Naia: Ayres no tienes que hacer esto, el es de muy alto rango y no tiene piedad, n-no quiero verte morir (lo dije entre lágrimas no podría vivir sabiendo que él arriesgó su vida por la mía, no podría vivir sin Ayres, desde que lo conocí me mostró una perspectiva diferente de las cosas y cada día mis sentimientos por el crecían pero no lo demostraba, después de lo que el dijo estoy decidida). Ayres yo te a...
-Ayres: (Antes de que terminara la frase que tanto quería escuchar uní sus labios con los míos y aunque este era nuestro primer beso podría ser el último, sé que José Gaos es despiadado por eso no me arrepiento del beso además es mejor prevenir que lamentar).
-José: Disculpa, ella sigue siendo mi prometida.
-Ayres: Si, pero ya sabes lo que dicen mejor tarde que nunca (lo digo presumiendo un poco y desenfundando mi espada).
-José: Muy bien pero no voy a tener compasión de ti (lo dice desenfundando su espada y colocándose en su posición). En guardia!

En el amor y la guerra Donde viven las historias. Descúbrelo ahora