hola amores! La verdad es que no me siento inspirada, pero he jurado que iba a escribir y a ello voy, a ver si me insipiro un poquito. La verdad es que no sé si mi historia es que no gusta o simplemente hace poco que la he subido y no la conoce mucha gente (Casi nadie vaya #DoyPena) así que por favor, hacedme saber si os gusta!
Muchas gracia spor leerme, Queen E.
Lisbeth no se podía creer lo qu había dicho esa bicharraca rubia. Disparo de arco. Diana. ¿Quién se creía?¿Acaso no sabía que con 3 simples movimientos podía destrozarle la columna vertebral y que no volviese a andar nunca?.Otro disparo.Diana.Menos mal que era una señorita educada acorde a unos ideales de las guerreras, que si no no seguiría viviendo.Volvió a tensar su arco con tanta rabia e impotencia que al disparar la flecha ni rozó la diana. Lisbeth no lo aguentó más y estalló con toda la rabia que tenía contenida: Dejar a Will y a Géminis.Saber que a lo mejor no volvía viva de esa misión. Todo el secretismo que la rodeaba y la impotencia de no poder devolverle la jugada a esa víbora con aspecto de santa. Este pensamiento la interrumpió de darle patadas a un tronco cercano y se rió. Seguro que las piernas de esa mojigata ni se conocen de lo abiertas que están. Volvió a reír y esta vez la carcajada resonó por todo el extenso pinar. Respiró hondo y salió corriendo sin tener claro el rumbo hasta que sintió que sus pulmones ya no respondían ¿Cuanto habría corrido? ¿ 3 kilometros a lo mejor a máxima potencia?
Llegó a un lago de agua cristalina y una cascada tranquila. Decidió lavarse allí y no en palacio, así es como lo hacía durante las expediciones de prueba de la academia. Se quitó la ropa y la escondió en unos arbustos cercanos y se sumergió en el agua totalmente desnuda de un salto. Se metió bajo la cascada cuando oyó un ruido. Rápidamente se giró y se encontró a Wäel mirandola desde la orilla. Estaba de buen humor y decidió jugar un poco con él, había pasado demasiado tiempo desde el último encuentro con Will, y además el joven era guapo. Era un buen partido.
-¿Qué hace una señorita como tú por un sitio como este?- Preguntó el joven con una sincera sonrisa hacia Lisbeth. Le caía bien esa muchacha y había que reconocer que era muy guapa y más así. Un momento ¿Estaba desnuda? Mejor que mejor, aunque tampoco quería aprovecharse de ella.
Se acercó a la orilla y la miró fijamente. Lisbeth con una sonrisa de esas que quitan el hipo dijo -Estaba acalorada y he decidió bañarme, aunque he hecho mal, ahora tengo toda la carne de gallina- Dicho esto se acercó más al joven y salió un poco del agua, lo justo para que no se le viera nada pero se notara la forma de su anatomía. Vió como Wäel se lamía los labios. Lo estaba haciendo bien. Agarró el cuello de su camisa y lo acercó mucho a ella.
-¿Saber qué pienso Lisbeth?
-Dime- Respondió ella en un susurro. Sus narices se tocaban y Lisbeth estaba a punto de salir del agua y que se viera todo, pero solo podía mirarlo a los ojos. Era un juego interesante.
-Pienso que deberías darme un beso- 'Listo, ya ha caído' pensó esta mientra sonreía.
-Yo no soy alguien que regala besos así como así- Y con un suave gesto lo apartó de ella y se sumergió bajo el agua con una sonrisa.
Lisbeth se metió entre las sábanas. Estaba muy cansada y debía descansar, como había dicho antes Sir Carmeler , pero se durmió con una sonrisa en la cara. El viaje estaría por lo menos interesante, entre la conquista de Wäel y la lucha y la misión... Obviamente esto era lo más importante, no podía dejar en mal lugar a su querida academia y tras este pensamiento se durmió.
Antes de la salida del sol Lisbeth ya estaba despierta. Se pusó su camisa negra, los pantalones de cuero resistentes y las botas de caña que la protegían de hacerse esguinces. Una trenza desde arriba y una cinta negra para evitar que los pelos sueltos le cayesen sobre los ojos. En su cinturón varios cuquillos al igual que uno pequeño en su bota derecha. Su carcaj y el arco y una capa por encima negra. Lista.
Bajó a los establos y ensilló a su yegua que tantos años la había acompañado. Fue un regalo de su padre cuando ingresó en la academia a la tierna edad de 10 años y nunca se había separado de ella. Sin embargo no podía decir lo mismo sobre su familia, desde ese día llevaba sin verla y no por falta de ganas. Ellos decidieron que no podían entorpecer su carrera como guerrera y se fueron alejando más y más menos su hermana pequeña Camila. Ella también fue reclutada por la academia y con acierto ya que era una prometedora amazona. No la veía mucho por los entrenamientos, pero muchas noches se colaba a su cuarto y dormían juntas. En ese momento se le cayó una lágrima de cobardía. No se había despedido de ella, no quería pensar que no iba a volver a su lado de esta misión y se prometió que por dura que fuera saldría sana de esa, no iba a dejar a la pequeña sola en ese mundo hostil.
Entró en el comedor después de dejar a la yegua fuera. Solo estaban los chicos, a los que miró de uno a uno, y pasó por alto a la rubia. Se sentó desayunó lo máximo posible, no se sabía cuando podía dejar de comer durante la misión. Cuando terminaron Sir Carmeler los escoltó hasta fuera y los observó marcharse por un camino de pinos espesos. No pudo evitar una sonrisa a decirselo al Rey.
-Ya está todo en marcha señor- Dijo tras la reverencia.
-Ya solo hay que esperar y ver como lo conseguimos-
ESTÁS LEYENDO
Solo una oportunidad.
Science FictionLisbeth es una querrera.Sus pasos son tan sumamente silenciosos y ágiles que no te darías cuenta de su presecncia en el bosque hasta que seas un tiro fácil, que llegase mortalmente a tu corazón. Axel pertenece a la más elitista escuela de caballeros...