Cap 2

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¿Sabían que el cuerpo tiene más de 7 mil billones de neuronas, y aproximadamente 5 billones de nervios?

Bueno, al parecer, yo me había metido con cada uno de ellos del profesor Vaginno.

Con las manos hundidas en su cabello negro con algunos destellos blancos, con una mirada inexplicable, se dirigió corriendo a su Mercedes Benz del 2011, con un hueco en su faro derecho hasta un poco más de su capó que no sabía si sería fácil de reparar.

Volteó en dirección a mi automóvil, furioso.

- ¡Trump! ¡Burnwood! ¡Salgan del auto! ¡AHORA! -su cara se puso roja como un tomate, haciendo notar sus venas del cuello. Gritó como si se le estaba metiendo un palo con clavos en el culo.

Empecé a reír. De la nada y tontamente. Nicki me siguió la corriente y luego de unos segundos, salimos del auto. Fui tranquilamente hacia el maestro de Biología.

- Vamos, no es para tanto. Sólo... -hice una mueca con mis labios y movía mi mano en círculos mientras la otra se encontraba en mi cintura, no encontrando una palabra que decirle. Noté que Vaginno me miraba enojadísimo con un tic nervioso azotando sus ojos y su hombro. Solté una carcajada... fuerte- A ver, quédate ahí mismo, que te quito una foto. -saqué mi celular y le tomé una fotografía- Já, directo a instagram.

Subí la foto a una cuenta que tenía que sólo usaba para burlarme del colegio, los profesores y algunas veces, alumnos. Pero ya todo el colegio sabía que era yo.

Comencé a escribir, mencionando cada palabra en voz alta:

Miren, este es Vaginno después de masturbarse y dándose cuenta que en realidad tenía una vagina. A ver, en serio, ¿que más podía tener con ese apellido?

Pulsé enviar, soltando una risa antes de guardar mi iPhone. Miré a Vaginno y estaba por las porongas. Ay, me daba tanta risa. Sonreí.

- Eh, ya basta, que puedes estar enojadísimo y creerte Goku y todas esas mierdas, pero con ese apellido, no llegas a nada. -cerró sus ojos intentando calmarse. Yo solo reí y "choqué los cinco" con Nicki, que estaba muerta de risa.

Luego de esto, el Vaginnita (como le decía todo el alumnado) nos agarró de sorpresa de los codos y nos llevó con pasos firmes hacia, lo que pensaba, la dirección.

En todo el trayecto, hacía muecas a Nicki sobre el señor y ella reía, lo que molestaba aún más al profesor y me hacía a mí reír. En un momento dado, hasta me dolía la panza por el nerviosismo del profe. Es que es una Vaginnita humorística, ya no puedo.

Llegamos hasta la dirección y Vaginno tocó la puerta, pidiendo permiso para entrar, soltando mi brazo para darme la oportunidad de agarrarlo y masajearlo un poco. Este tipo sí que estaba furioso, ni siquiera sé si la sangre me corría en el brazo de tanto que me lo apretaba. Qué risa me daba esto.

- Uhm, ¿no piensas que deberías pedirme permiso a mí para entrar? -el señor me miró serio luego de intentar abrir las puertas, que estaban bajo llave.- Crecí aquí, es mi hogar -reí divertida, dando a entender que ya muchas veces estuve aquí-. Hasta sé cuántos cuadritos de baldosas hay en la pared -se me vino a la mente la vez que me llevaron a la dirección y tuve que esperar a Reynolds un millar de años, así que del aburrimiento comencé a contar las baldosas. Cuando la directora al fin llegó, resultó que estaba en el baño. Cagando. Seguro le dio una diarrea extrema por toda la basura que come-, lo digo en serio.

- Wow... -dijo sorpresiva Nicki- ¿Y cuántas baldosas hay? -sé que lo hacía solamente para molestar a Vaginno, y me encantaba.

- 647. Lo recuerdo bien, eh -ambas reímos.

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