20: Yo No Puedo...

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Ashton

Después del viaje de unas tres horas al fin llegamos a nuestro destino que era, el gran edificio del padre de _____ me preguntaba en que trabajaríamos, yo solo se enseñar sobre sexo, Luke sabe matemáticas y Harry lenguaje.

Dos hombres vestidos de negro se nos acercaron algo intimidantes, Harry estaba tranquilo, Luke algo nervioso y yo solo estaba atento a cada movimiento que hacían los dos gorilas en frente de nosotros.

–¿Ustedes son... –se quedo un momento en silencio mientras escuchaba por el auricular que tiene en el oído derecho –Ashton Irwin, Luke Hemmings y Harry Styles?.

–Si... –soltamos los tres.

–Sigamos por favor –los dos gorilas se dieron media vuelta y se adentraron por un pasillo que los guiaban a dos ascensores, apretó el botón y de inmediato se abrió éste, nosotros entramos primero y luego ellos.

No supe que botón apretó pero estuvimos más o menos unos diez minutos hasta que por fin las puertas se abrieron mostrando una gran oficina, dentro de ella solo dos ancianos estaban hablando, cuando notaron nuestra presencia sonrieron muy amables.

–¡Bienvenidos chicos! –soltó el señor que se parecía mucho a _____, de seguro es su padre –los reuní a ustedes tres porque son los que más han pasado tiempo con estas chicas –en la pantalla mostró una foto de _____ y Karina juntas muy sonrientes.

–Disculpe señor, ¿pero por qué nos llamo a nosotros y no a sus novios? –pregunto Harry.

–Que yo sepa tú eres el actual novio de mi hija –Harry se mostraba muy sereno al igual que Luke.

–En eso esta equivocado señor, yo era su novio ahora estoy con otra chica –el señor mostró una cara de asombro al igual que yo.

–Bueno no importa, los llame a los tres porque se que ustedes pueden encontrarlas –yo no apartaba la vista de la foto en donde esa chica rubia de ojos azules y esa sonrisa hermosa me hipnotiza.

–¿Cómo encontrar las? –pregunte dudoso.

–Bueno lo que pasa es que ella hace dos años se escaparon de la casa porque mi hija no quería casarse con él –la imagen de ____ desaparece y aparece una de un chico de unos diecisiete más o menos –él es James Martínez, hijo único y heredero de una la empresa Company Martines y su madre es dueña de uno de las más prestigiosas academias de modelaje que también pasara a su nombre.

–Así qué estarán en entrenamiento con Spys, ellos les enseñaran todo lo que saben y se lo traspasaran a ustedes, pero cuidado que las chicas también entrenaron desde pequeñas.
–Se les pagará muy bien, de eso no se preocupen, Gabriel y Francis los llevará a una casa no muy lejos de la agencia porque dentro de veinte horas comenzará su entrenamiento, pueden retirarse.

–Hasta luego –soltamos los tres y salimos de esa oficina para adentrarnos de nuevo al ascensor.

–Yo no puedo... –murmure para mi mismo.

–¿Qué no puedes? –preguntó Luke que creo que fue el único en escuchar ya que los gorilas no hicieron nada y Harry estaba en su móvil mandando mensajes.

–Luego hablamos –Luke asintió y se abrieron las puertas del ascensor, salimos del gran edificio para luego meternos en una camioneta negra con vidrios polarizados –vaya que camioneta.

–Quisiera tener una de estas –soltó Harry mirando cada detalle de la camioneta.

–Yo no soy de camionetas así –masculló Luke con asco.

Estuvimos hablando de autos durante todo el viaje a la casa en la cual deberíamos estar al menos tres meses, extrañaría demasiado su presencia, su olor, su risa, sus besos, su cuerpo y sus labios.

Se que no tuvimos nada serio pero me gustó lo que alcanzamos hacer, no puedo creer que me esté enamorando de ella tan rápido y más ahora que tengo que "encontrarla".

–Ash ya llegamos –Harry me sacó de mis pensamientos profundos –vamos que eres el único que falta para bajarse de la camioneta.

–Ya voy –salí inmediatamente de la camioneta y esta arranco en cuanto cerré la puerta –¿quién tiene las llaves de la casa?.

–Yo las tengo, tranquilo –Luke mostró las llaves –uno de los gorilas dijo que nuestras maletas estaban adentro de nuestras habitaciones.

Yo solo le di un asentimiento de cabeza y nos adentramos a nuestra casa, era muy linda y espaciosa, tantas cosas se me vinieron la mente que las saqué rápidamente de mi cabeza, subí para ir a mi habitación y en cada puerta estaba nuestros nombres, la mía era la última así que entré para descansar un poco.

Me dirigí a un sofá rojo y me recoste ya que la maleta estaba en la cama y saque mi móvil para ver si le mando o no le mando un mensaje.

De tanto pensar me quede profundamente dormido en los brazos de Morfeo, sin saber que me quede a medio escribir el mensaje que iba a mandar.

Mi Profesor De Sexología Donde viven las historias. Descúbrelo ahora