El Esposo de mi Hermana [Riren]

6. Te lo Prometo

Un ligero movimiento lo hizo despertarse, sus ojos le ardían, su espalda le dolía y su labios le pedían agua, abrió ligeramente los ojos topándose con unos azules grises, de inmediato los reconoció.

—Buenos días Levi— con una gran sonrisa se levanto de un solo movimiento pero de inmediato volvió acostarse por el dolor en su espalda baja.

—Mocoso, no hagas movimientos bruscos— chasqueo la lengua, lo miro —buenos días.

Se acercaron dándose un pequeño beso, Eren observo al hombre, este vestía su típico atuendo del ejército, se alejo de la cama para mirarse en el espejo y acomodar su pañuelo en el cuello.

—Usted siempre esta listo para la batalla ¿verdad?

—Un sargento debe estar preparado para lo que sea, además— acomodo su camisa y nuevamente miro al joven —hoy me voy.

Y como si le hubieran arrojado agua fría, Eren no supo como reaccionar, Levi se iría, y no sabría hasta cuando regresaría.

—Por favor no se vaya.

De inmediato dijo, sentía su corazón acelerarse.

—No puedo hacer nada, tenía el permiso solo por tres días, tengo que regresar, tengo que cumplir con mi deber.

Para ambos la separación seria muy dura, tan solo habían pasado unos días en que se habían conocido, y unas horas en las que habían estado juntos y ahora por responsabilidades tenían que separarse.

—Lleveme con usted.

Ahora Levi era que se sentía que sus piernas fallarían, unas imágenes vinieron a su cabeza, su esposa llena de sangre, su cuerpo partido y sin vida.

—¡No!— de inmediato contesto, no seria capaz de volver a sufrir la perdida de su pareja, no quería experimentar una vez mas ver a su amor irse y ya nunca regresar.

—Por favor, lleveme con...

—¡Ya te dije que no!— dio media vuelta —y viste te, tus padres no tardarán en buscarte y no quiero que te vean aquí.

Levi salio de la habitación. Su corazón le dolía, una lágrima cayo por su mejilla, pero así como caía desapareció, él no era de mostrar sus sentimientos, pero saber que podía perder a Eren, a su niño para siempre le dolía demasiado. Camino en dirección al comedor, no tardarían en recogerlo para llevarlo al cuartel.

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Eren miraba la puerta por donde había salido el mayor, con movimientos lentos y cuidadosos salio de la pequeña cama, le dolía su cuerpo, pero podría simularlo frente a su familia y de Mikasa, se puso su ropa que estaba esparcida por toda la habitación, una vez que estuvo listo asomo su cabeza para ver si no había nadie por los pasillos, para su suerte nadie había despertado, camino hasta llegar a la comodidad de su habitación.

Las lágrimas cayeron, le dolía, saber que tal vez ya no volvería a ver a Levi, que se casaría con Mikasa y que su relación nunca seria.

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Todos se encontraban en la mesa desayunando, mientras la plática sobre la boda era lo que abundaba, Mikasa miró a su hermano, pero este solo miraba hacia la nada.

—Levi, ¿te encuentras bien?— dijo la joven.

Pero antes de que pudiera responder, alguien toco la puerta.
La señora Jaeger se levanto para abrir, pero una joven castaña con lentes entro.

—¡Buenos días!— dijo casi en grito y saltando —me presentó, soy Hanji, mucho gusto— tomo la mano de Carla y la sacudió.

—Comportarte como la gente normal lentes de mierda.

—Oh, vaya enanin tu siempre tan de buenas— se acerco a Mikasa —la hermosa hermana del enano, Mikasa.

Ambas mujeres se abrazaron.

—Hola Hanji.

—¿Ya lista para la boda?— Mikasa se inmediato se sonrojo —pero... ¿dónde esta el novio?

—Soy yo— Eren con un poco de miedo ante la energía de la mujer levanto su mano.

—¡Oh vaya! Que joven tan mas apuesto.

Lo levantó del asiento y lo abrazo.

—Ya cuatro ojos, hay que irnos.

—No seas malo Levi, dejame conocer a el futuro esposo de Mikasa, ya sabes, le prometí a Pe...

—Ya te dije que hay que irnos— Levi corto la frase de su compañera y aunque lo negara su mejor amiga. No quería que Eren supiera sobre su trágico pasado.

—Levi— llamo Mikasa —¿regresaras para la boda?

—No— dio media vuelta y camino hacia la puerta principal, no quería regresar y ver como SU niño se casaba con alguien que no fuera él, le rompería el corazón.

—No te preocupes Mikasa yo lo obligare a venir y lo amenazare con sus productos de limpieza si es necesario

—No empieces con tus amenazas Hanji— suspiro —sino ocurren nada en estos dos días, estaré presente en tu boda.

Todos salieron de la casa, el carruaje esperaba a las dos personas con el uniforme que los representaba como la Legión de Reconocimiento.

—Nos vemos Mikasa— se despidió Hanji.

Levi miro a Eren, tenía ganas de ir con él y despedirse con un gran beso, pero sus ganas se contuvieron.

—Nos vemos— fue lo único, pero al ver esos ojos verdes sintió la necesidad aclarar algo —te prometo que haré todo lo posible por venir en dos días.

Y aunque lo dijo viendo a su hermana el mensaje era para el joven, este solo le regalo una sonrisa sincera, sabían que su sargento le cumpliría la promesa y que dentro de dos días lo volvería a ver.

El carruaje comenzó su camino, Levi miro el paisaje, algunas casas y detrás de esas casas un bosque.

—¿Qué tienes Levi?

—Nada

—Claro que tienes algo, te conozco desde hace varios años y se cuando algo te preocupa, además tienes esa misma mirada, esa mirada que pusiste cuando te enteraste que Petra iba a ir al campo de batalla.

—Callate lentes de mierda, no tengo nada.

—Esta bien enano, pero yo se que algo te preocupa y no descansaré hasta saberlo.

Y el camino siguió en silencio, Levi tenía ganas de contarle todo a su amiga, pero tenía miedo a como reaccionaria, le había contado miles de veces los problemas que tenía con su esposa pero hablarle sobre que estaba enamorado de un hombre, era una cosa muy distinta, preferiría quedarse callado y proteger a Eren, y si tendría que dar su vida con tal de que nadie supiera sobre su secreto lo haría.