Prefacio

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Canción principal de la novela: In my veins - Andrew Belle & Erin McCarley

***

Cinco años después...

París, Francia.

—Cariño, ¿podrías, por favor, encender el interruptor? No puedo ver muy bien.

—Claro, preciosa.

La luz alumbra toda la habitación de inmediato, lo que deja ver mi rostro de cansancio, mis grandes ojeras y mi cabello revoloteado. Tengo que entrecerrar los ojos debido al ardor que los invade.

—Debo lucir horrible —comento con desgano.

—Oh, mi amor —Planta un suave beso en mis labios—. Mi novia es la más bella de todas, y por supuesto, la mejor escritora. No trates de decir lo contrario.

—Bueno, no puedo decir que es cierto, porque no me lo creo.

—Esperaba otra respuesta —Sonríe—. Tienes un poco de café aquí.

Con sus suaves dedos, se acerca a la comisura de mis labios y limpia el líquido que había allí. Cierro los ojos al sentir el contacto de su piel con la mía.

—Gracias, Miguel.

—De nada, Angela —suspira, y después, me vuelve a besar—. ¿No quieres dormir ya? Luces muy agotada.

—Lo sé..., es que estoy muy nerviosa debido a mi primera aparición pública por "Di que me amas, por favor". No sé qué haré hasta ese entonces. ¡Mira! A este paso me quedaré sin uñas y sin café.

—Lo harás perfecto, princesa. Eres magnífica, trata de tranquilizarte, ¿de acuerdo?

—Trataré. Gracias, amor.

Me levanto de la silla rápidamente, para acercarme a él y abrazarlo por el cuello. Tiene un olor fresco, y su piel está fría por la ducha que tomó hace unos minutos. Las pequeñas gotitas que caen de su cabello me mojan las muñecas, y aquella sensación es realmente placentera. Suelto el aire contenido de mi boca, con el corazón latiéndome muy rápido. Qué rápido ha pasado el tiempo; es inevitable sentirme nostálgica al respecto.

—Te quiero mucho —Le susurro en el oído.

—Yo también te quiero, mi amor.

Y, después de aquellas palabras, comenzamos a besarnos apasionadamente durante largos segundos, hasta que terminamos tumbados en la cama, dejándonos llevar entre palabras dulces y caricias sensuales.

***

Montpellier, Francia.

—... Ya hace dos años que vine a Francia, y ya hace dos años que me topé con la mujer más hermosa que hayan visto mis ojos. El haberte conocido me cambió la vida, Eleanor. Eres la segunda mujer más importante para mí, luego de mi madre, y estoy más que gustoso de darte esta buena noticia. Señor Pierre, señora Olive, si me permiten, quiero hacerles una petición.

—Continúe, por favor.

—Bueno, señores, saben que he estado trabajando mucho en mi proyecto de fotografía. He puesto mi corazón en cada imagen, porque es uno de mis mayores sueños, y... al parecer todo está rindiendo frutos —Aclaro la garganta, con una gran sonrisa—. La exposición será dentro de tres días en París, y me gustaría poder compartir todos aquellos momentos con Eleanor. Si me lo permiten, quisiera ir con ella y quedarnos un tiempo allá.

—¡Amor! —Ele se abalanza sobre mí y me abraza con fuerza, sin dejar de tener la alegría que la caracteriza—. No sabes lo orgullosa que estoy de ti. Eres el mejor fotógrafo de todos y estoy muy contenta por tus logros, mi rey.

Di que me odias, por favor (DQMAP #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora