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Desde que era pequeño le encantaba estar metido en la cocina junto a su madre, ayudarle y de paso aprender algunas cosas.
Era uno de sus pasatiempos favoritos.
Pero obviamente no se lo decía a nadie, por el simple motivo de que sabia que eso no era precisamente varonil, y si ya de por si le molestaban por su apariencia, eso solo los incitaría a más.
A si que lo guardaba como secreto, aunque no es como si tuviera algún amigo al cual contarle, la mayoría de sus compañeros se mofaban de el y los que no lo hacían simplemente le ignoraban.
[...]
Cuando por fin tuvo un amigo, Tsukishima Kei, tampoco se lo comento al principió, sino hasta casi dos años después, cuando curioso el megane le interrogó.
—¿Donde compras el pastel que me regalaste el otro día? —Yamaguchi dio un brinco por el susto y por la repentina pregunta, alzo su vista nervioso y luego la regreso al suelo.
—N-No lo compré —respondió en apenas un susurro, avergonzado de sobremanera.
Y es que, había notado el gusto del más alto por estos pasteles en particular, pero, en cuanto de sus propios labios salio la confirmación, literalmente fue corriendo a rogarle a su mamá que le enseñará a hacerlos.
Hizo la primer prueba, con ayuda y supervisión de la mayor, y cuando creyó que podía hacerlo el solo, lo hizo como obsequio a su amigo, omitiendo claro, la procedencia.
—Y-Yo lo hice... —susurro nervioso, tanto que sus pequeñas manos sudaban un poco, con las mejillas levemente tornadas de rosa.
Kei se sorprendió ante la revelación, porque si, por más susurro que fuese lo escuchó, le revolvió los cabellos, y le sonrió mínimamente, para luego seguir leyendo el libro que tenía, sin decirle nada.
Eso basto para hacer feliz al pecoso, que en silencio se quedo sentado con una gran sonrisa.
Decidiendo así, que repetiría el obsequio y aprovechando que el cumpleaños del más alto se acercaba, era la oportunidad perfecta.
[...]
Se durmió un poco más tarde de lo normal, pero tuvo la satisfacción de darle el pastel a su amigo.
—¡Tsukki!~ —grito emocionado, cuando la persona que le abrió la puerta era nada más y nada menos que el mencionado.
—Oh, hola —respondió, un poco serio, lo más seguro era que su hermano se encontrará en casa— ¿Hm? —“pregunto” al ver algo en las manos de Tadashi.
—¡Feliz cumpleaños Tsukki! —grito emocionado, extendiendo una caja de tamaño mediano al rubio este la recibió y echo un vistazo.
Sonrió, y se hizo a un lado para que el pecoso pasará:— Vamos a mi habitación, no saludes a nadie, solo ve directo —le “pidió”, antes de irse el a la cocina.
Yamaguchi obedeció, subió las escaleras en silencio y fue a la habitación con una estampilla de dinosaurio en la puerta, si, la de Tsukki.
Poco después llego el dueño de la recámara, con la cajita y un par de tenedores, para que ambos comiencen del postre.
[...]
Año tras año hacia lo mismo, en sus cumpleaños, en los propios incluso, en cualquier ocasión que considerara especial, y a veces, sin motivo alguno.
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Pastel de Fresa
FanfictionEh... historia corta... y no sé... •Fanfic• •Haikyuu• •Yaoi• [BL (Boys Love)] [Amor entre hombres] [Chico x Chico] Si este genero no es de tu agrado, te recomiendo que no lo leas y te abstengas de realizar comentarios ofensivos, por el contrario si...