Edredón favorito.

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Amelí podía ser una pataba en las bolas cuando quería, ahora mismo lo estaba siendo, gruñí en una mezcla de molestia gracias al ver los 16 mensajes, y no, no había casi nada de diferencia entre ellos; "Te quiero en mi casa a las 3:40", "Es en serio, tengo algo importante que mostrarte", "espero que ya estés listo", "oyeee" y tres más del último.

Aparqué frente a la curiosa casa, y digo curiosa porque lo es para una chica/mujer de 21 años, Amel estaba obsesionada con el arte clásico, quería rellenar cada rincón con muebles rústicos, pinturas renacentistas, bonitas lámparas y pesadas cortinas victorianas, Bastante cool ¿No es así?

La conocí hacía unos seis meses, compartíamos: "Artista, obra y espacio" clase dictada por la excéntrica maestra Wells y vale destacar que Amelí parecía estallar con cada frase mencionada por ella, en tal ocasión nuestra maestra mencionaba el porqué el arte está en todo, "Porque todo es arte, este ruñido borrador es arte", Amelí era una bomba de tiempo y esa oración fue el detonante... -"¿Usted está queriendo decir qué el artista se limita a ser un simple imitador? Eso es lo que concluyo de toda su hmmm, ¿Cómo decirlo sin que suene tan mal?.. Rebuscado <discurso>. El arte es en efecto el sentido del alma de su creador, por lo tanto refleja, usted sugiere que una llanta tiene el mismo valor artístico que La Guernica, no sólo está despreciando el arte, ¡Está depreciando a la historia! Y con ella al artista, a su esencia y a toda la humanidad"- Habló por fin; iracunda, batiendo las manos en el aire con cada exclamación. Amelí es una apasioanada académica y sí, desde ese día quise compartir más que la dichosa clase de Wells con ella.

Volviendo con el ahora, llevaba golpeando su puerta unos dos minutos, y vaya que me estaba impacientando, decidí dar la vuelta al jardín trasero y colarme para observar las ventanas, mis oídos no daban abasto a lo que escuchaban ¿Pero qué carajos hace Amelí escuchando Party Next Door? Quise grabar la escena para después tener material de soborno, en serio quise hacerlo pero quien se agitaba sobre el sofá no era Amelí, por un momento mis circuitos se cruzaron y hasta consideré llamar a la policía, pero ella no era nada porque alarmarse; todo lo contrario. Una menuda chica caminaba sobre un sofá mientras hacía figuras de pistolas rítmicas con sus manos, llevaba unos pantalones de pijama morados que al parecer tenía desde los doce años, una camisa gigante, arrugada y negra, el cabello algo enredado, y no podía definir si era castaño, violeta o rojo, lucía tan genuinamente relajada que hasta le tuve envidia, ella se giró en un inesperado a demás de brusco movimiento y me vio. Pobrecita, (supongo que para ninguna mujer debe ser agradable encontrar a un total desconocido observandola bailar R&B a través de una ventana), tropezó con un cojín y casi cae contra las limpias baldosas crema de Amel, retomó el equilibrio y me observó por al menos 5 segundos, por el momento podía decir de ella que para estar en pijama se veía realmente bien, eso y que tenía buen gusto musical a demás de grandiosos RiRi moves.

-¿Qué ocurre?- Preguntó ella después de apagar la música, acercarse un poco a la ventana y cubrirse con un gigante edredón gris.

Mierda, ¿Qué es lo que ocurre? Apreté mis dedos sobre alféizar de piedra, con algo de nerviosismo oculto, no me catalogaría como la mejor persona para entablar conversaciones con personas nuevas, pero eso no lo dejaba ver mi convencida sonrisa.

-Soy amigo de Amelí (eso creo), ella dijo que pasara por su casa y bueno nadie contestaba la puerta así que yo- Respondí para ser rápidamente interrumpido.

-Espera- Dijo ella mientras texteaba algo entre el edredón.

-Ya, Hola Jamil- Me saludó mientras observaba mis manos después de leer un mensaje en lo que supongo era mi nombre y lo pronunció correctamente, "wow".

-¿Hola?

La chica edredón desapareció entre la sala, busqué un nombre entre las compañeras de clase de Amelí pero ella no tenía suficiente confianza con ellas como para dejarlas brincar en su sofá mientras oían algo que no fuera Guns n' Roses, y definitivamente la chica en pijama no se veía como alguien que haya visto antes. El sonido de la puerta abriéndose interrumpió mi búsqueda pero no me podía quejar mucho, yo interrumpí su sesión de baile, reí ante el recuerdo mordiendo mi lengua.

-Soy el amor de la vida de Amelí, un gusto- Dijo intentado ocultar una risa en seriedad y tendiendo su fría mano derecha aún escondida por el edredón.

Tuve una mejor visión, su acento era curioso y lindo, casi tanto como ella, hice una rápida y para nada minuciosa lista de sus rasgos y debo mencionar que pase sus ojos de largo al sentirme casi incómodo por quién sabe qué, un vistazo rápido pero suficiente como para decir que eran oscuros, mucho diría yo y en todo el sentido de la palabra. Sacudí el pensamiento en mi mente y la iluminación llegó a mi.

-Ann, Ann de Sur América.

-Umm, una de dos... Eres un asesino serial o mi acento británico es un fracaso.

O yo simplemente le saqué información a una Amelí muy ebria después de ver su fondo de pantalla contigo hace meses, recordé con algo de patetismo mencionando el hecho en mi cabeza.

-Está bien, ni lo menciones ¿Vas a entrar?- Dijo Ann con rapidez algo desmedida, después de no recibir mi respuesta y quizás notar la estupidez en mis ojos.

-En verdad estoy esperando a- Y ahí estaba Amelí mirándome con lo que parecía rabia y a la vez ¿Complicidad? Desde el segundo escalón de la puerta atascada en bolsas.

-Te estuve esperando más de 15 minutos, ¿Acaso hay una deficiencia con tu sentido del tiempo? Estúpido- Lo último tenía dos grados menos de sutileza.

La maniática de la puntualidad entró dirigiendose con rapidez a la sala de estar seguida por Ann, su edredón y yo, tiró las bolsas sobre el sofá y empezó a sacar prendas de ropa, eran en su mayoría calsetines calentadores de colores patéticamente brillantes y por supuesto eso no le pertenecía a ella, tampones, cremas, desodorantes y un sinfín de artículos rosa de supermercado se apoderaban del sofá, -Genial- Exclamé en mi cabeza recordando la vez que Amelí me soborno para que organizara todas sus compras y seguramente esa era la razón de su insistencia el día de hoy, me planteaba el próximo escenario entre las gavetas de la amplía cocina cuando un par de bragas negras vibratorias voló frente a mi rostro aterrizando en mis pies, Ann lanzó una almohada sobre ellas con inmediatez para depositar un gran dedo del medio en la cara de una sonriente Amelí.

-Te amo- Gritó Amelí luego de que Ann tomara los calsetines y corriera por las escaleras.

Bien, se puede decir que eso no me lo esperaba, así que ahora afirmo con totalidad que ni Ann o Amelí son predecibles.

-¿Cómo está todo? O

-Si te refieres a la comida que estoy esperando que nos hagas, bueno está en e s p e r a- Dijo cortando mi oración.

-¡Mentiraaa! Ni mi estómago y principios me permitirían comer otro de tus pollos... Aunque pensándolo mejor podríamos negociar algunas samosas.

-Si eso me hace exento de ordenar tus gavetas en peticiones ridículamente infantiles, te prometo Samosas para la noche.

-Nah, entonces quédate con la opción original, en la cocina hay pastel de frutas y algo de vegetales salteados, ah y Ann trajo algunas granadas, comete sólo una o aguanta la furia.

Amelí, dejó la cocina algunos segundos después de servirme un poco del codicioso pastel de frutas y desde entonces el único ruido en la casa eran las sonoras carcajadas salientes desde el piso de arriba y algunos que otros grititos ahogados, los sonidos no eran algo para quejarse, después de todo Amelí necesitaba todo lo que estaba sucediendo, (Que en realidad no sé qué es) pero alguna vez con algunos grados de alcohol mencionó "El profundo amor que desbordada su alma por Ann", incluso lloró midiendo la distancia en ¡PULGADAS! Que tenían ambas de continente a continente, sólo para probar su punto de ser una "genio" incluso ebria.

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⏰ Última actualización: Jun 15, 2020 ⏰

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