Separados.

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Capítulo 10

Había una luz.. una luz blanca, muy hermosa, quería caminar y sólo seguir caminado hacia ella, pero una voz detrás de ella la detuvo.

-mami.. mami.. ven, salvame, salvame.. -conforme se iba acercado la voz se escuchaba cada vez más y más fuerte hasta que fue un solo grito -¡Salvame!!!

-¡¡Amelia!! -Casi de inmediato como si le hubieran echado un chorro se agua fría, despertó agitada y algo palida.

-tranquila cariño te desmayaste, pero estas bien -decia Michael no muy convencido de ello.

Después de ayudarla a levantar y haberla sentado en la silla, el doctor tomo la palabra.

-señora Bell, entiendo que toda esta situación es nueva y es abrumadora para ustedes, entiendo que como madre desea más que nada el bienestar de sus hijos, pero es importante que comprenda que asi como no se puede cambiar el color de los ojos o la genética en nuestro cuerpo, no puede cambiar la condición de Amelia, y seguirá siendo su hija pese a las circunstancias. -el doctor la miraba con mucha compasión, sabía que no seria nada sencillo y mucho más después de la noticia que les daría.

-muchas gracias doctor por sus palabras, sabemos que es un reto, pero amamos a Amelia y haremos lo que este en nuestras manos para que su vida sea mejor -

-cuando podremos verla doctor? Y llevarla a casa con nosotros? -dijo Susan con un brillo tenue de esperanza en sus pupilas.

-me temo que no tengo buenas noticias para ustedes en cuanto a eso -el joven doctor cambio de expresión, de compasivo a seriedad total, porque sabia que los Bell se negarian totalmente.

-vera usted señora, la niña ha mantenido un tratamiento con medicamentos psiquiátricos por el último mes, lo que ha permitido su estabilidad emocional y en cuanto a las alucinaciones, sin embargo la niña debe permanecer aqui bajo vigilancia de los especialistas y con prescripción médica estricta, además la niña en este momento presenta cuadros de ataques agresivos lo cuál no es muy seguro para ustedes y para el hermanito.

-quiere decir doctor que Amelia debe quedarse aqui por tiempo indefinido? -preguntó Michael.

-asi es señor Bell, ella esta en las mejores manos, igualmente ustedes podrán visitarla en tanto el especialista de turno asi lo permita. -

Susan estaba agobiada por todo aquéllo, ella esperaba salir de ese lugar con su niña de la mano, sonrientes ambas e ir a casa y pasar la tarde jugando y riendo mientras Amelia no tuviera uno de sus episodios. Pero por el contrario recibió decepción, desconsuelo y tristeza.

cuando los Bell se fueron después de suplicar de una y otra forma al doctor que cuidarian de ella muy bien que les permitiera llevarla a casa, el doctor Williams fue hacia la habitación de Amelia.

-Amelia, ven acá, tengo que contrate algo que te gustará -

La niña estaba sentada en un rinconcito de la habitación admirando una imagen inexistente en la pared.

-Amelia ven -dijo de nuevo el doctor tratando de llamar su atención, hasta que finalmente lo consiguió. La niña fue hasta donde estaba él y se sentó frente a él y lo miraba.

-sabes quien estuvo hoy aqui? -dijo el doctor mirando a la pequeña.

Ella negó fuertemente con la cebeza, al tiempo que fijaba su mirada hacia una pared que estaba detrás de él y sonreía como si le acabarán de decir algo muy gracioso.

El doctor haciendo caso omiso a aquello continuo hablando como si nada.

-tus papás Amelia, querían saber de ti -él le sonrió aunque ella nunca apartó la vista de la pared.

-si lo se, se que no me quieren -decía la niña como hablando con alguien que se encontraba detrás del doctor, que claramente no existía -no tienes que gritarme, lo se! -levantaba la voz con alguna palabra.

-Amelia, es 400? -preguntó el médico de manera natural, como si se preguntará por el vecino de enfrente.

A lo que la niña grito.

-no soyy Amelia!! -con un alarido lo aclaró -400 dice que nadie me quiere, porque nadie me quiere, es porque estoy enferma?, usted me cree? -de inmediato su mirada cambio de figura, la traslado muy lento desde la pared, para encontrarse con la del doctor -siempre me grita y me lastima, es un gato muy malo -decía la niña una y otra vez.

-y quien quieres ser hoy? -dijo el joven doctor.

-84 -dijo la pequeña y regreso su fria mirada a la pared, abrió un poco sus labios y de esa forma se quedo, contemplando una imagen que no existía, que sólo estaba en su mente y que la estaba torturando, y de la cual ella no podía escapar.

EsquizofreniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora