Harry Potter

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Dos días antes:

Harry Potter despertó ante el sonido de su despertador que indicaba lo evidente, tenía que ir a la universidad a clases de criminología. En estos momentos se arrepentida de la fantástica idea de entrar a cursar criminología cuando llevaba fácil tres años en la policia antes de entrar a la universidad y solo tenía que haber optado por tomar unos diplomados o cursos en la policia y listo. Pero luego se le pasaba cuando llegaba a la universidad y veía cosas que le ayudaban a ser mejor detective, a analizar detalles que antes hubiera considerado irrelevantes, a hacer computo forense. Se paró como pudo de la cama, su cuerpo estaba hecho pedazos, entre no haber dormido bien, entrenamiento pesado en el Gym, luego la golpizas que habia recibido en una misión de campo producto de unos mafiosos que vendían drogas, su compañero de misión hizo la tontería de abrir la boca y se arruino la misión, habia tenido que salir a golpes y cuchillazos. Se vio en el espejo y su cuerpo habia cambiado a diferencia de hace tres años, cuando sucedió el accidente con algo parecido a la llorona o algo así, Harry jamás le encontró explicación a eso y a la luz azulada en forma de ciervo que apareció. Ahora su cuerpo tenia perfectamente marcado los músculos, con cientos de moretes pequeños, con cientos de cicatrices por todo el cuerpo por heridas de cuchillo mal tratadas por la situación del momento, podía ver aun que tenía esa herida en el hombro izquierdo producto de un disparo que le atravesó el hombro, unas cuantos rozones alrededor de su cintura. En eso sintió unas manos acariciando su pecho, eran finas y delicadas.

-¿Admirando tus nuevas heridas?-Dijo un chica de cabello oscuro como la noche y un poco ondulado, su cara era blanca como porcelana con unas cuantas pecas en la nariz, tenía unos ojos azul marino que podía pensar que el océano estaba reflejado en sus ojos. Se podía ver la preocupación y orgullo en los ojos de la chica.-no me gusta la que tienes en el hombro., ¿Seguro que no quieres tatuajes?

-La cicatriz que tengo en la frente podría pasar por un tatuaje, no quiero otra cosa que me marque de por vida como un identificador.-Dijo Harry tomando la mano de la chica para voltearse y verla de frente.-Sigues estando igual de hermosa que cuando te conocí hace cuatro años, Denisse

-Tu estas más guapo con esos músculos.-dijo Denisse tocando los músculos de Harry, este tomo las manos de la chica divertido, podía ver que la chica estaba vestida con unas botas que le llegaban hasta las rodillas, pantalón de mezclilla y una chamarra de piel con el cierre cerrado.-Tengo que aprovechar porque antes eras un costal de boxeo cuatro ojos desnutrido con ropa de cholo, me gusta verte más sin camisa.

-¿Hace cuánto llegaste?-Dijo Harry acercándose a Denisse y besándola tiernamente antes de que la chica pudiera hablar, ella le correspondió el beso al instante, subiendo sus rodillas a la cintura de Harry, haciendo que perdiera el equilibrio y cayeran al suelo.

-Creo que estas peor de lo que pensaba.-dijo Denisse empezando a besar el cuello de Harry con delicadeza, queriéndolo explorar todo.-Hace diez minutos, queria verte antes de que fueras a la escuela, deberíamos quedarnos, yo cuido de tus heridas hoy y nos podemos divertir un rato.

-Tengo examen, será otro día.-Dijo Harry todo adolorido por el golpe, pero dejo que la chica se parara y le ayudara a pararse.-Hubo uno de esos crímenes que lo hizo algún maniático que aparece esa tonta calavera con una serpiente proyectada en el cielo, siempre aparece ese tipo moreno y creo que usa uno de esos aparatos de hombres de negro que borra la memoria y ya piensan que se murió por un paro cardiaco, además de que jamás apareció esa calavera.

-Creo que eres el mejor detective del mundo.-dijo Denisse de forma coqueta, tomando un plátano y comenzándolo a comer lentamente.-Atraparas a esos maniáticos y estarán encerrados en prisión, los titulares de los periódicos serán tuyos.

-Pero es más importante que vaya a la escuela en estos momentos.-dijo Harry poniéndose como pudo una camiseta de color negro con una calavera blanca en el pecho con un disparo en la cabeza y se podía ver como sangre, para después ponerse una chamarra de cuero y tomar las llaves que estaban sobre la mesa de su moto.-Te veré después, sabes estaria bien que te quedaras este fin de semana.

Nunca fui al mundo magicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora