El cuartel de la orden del Fenix

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Harry estaba en las afueras de la que consideraba la peor colonia del mundo, Grimmuld place. Esta zona residencial o algo parecido era todo lo contrario a lo que era Private Drive. Aquí podía ver a niños que se guiaban a su perdición, venta de drogas, consumo de drogas, alcoholismo, prostitución, trata de blancas y cientos de cosas que no queria imaginarse. Sabía que los niños que jugaban en el parque serían los que no se dedicarían a esos negocios, de las pocas familias respetables que quedaban en ese pedazo de infierno. Viendo a Hermione y como se vestía no entendía cómo es que habia terminado frecuentando ese lugar. Vio como algunos niños le robaban sus celulares a algunos peatones que no sabían cómo es que habían terminado caminando por este lugar.

Harry sabía que habia puntos especiales para recoger la basura por lo peligroso que era entrar a esta zona, eran los puntos menos peligrosos o donde habia zonas escolares. Sabía que en estos momentos estaba en la zona menos peligrosa de Grimmuld place y habia rechazado fácil tres propuestas de sexo, dos propuestas gay y diez vendedores de Droga que tuvo que amenazar con arrestarlos para que lo dejaran en paz. Veía con interés la cuadra que estaba enfrente de él y algo no le cuadraba mientras la veía. Estaba el número 11 y el 13 juntos, sin el número 12 en el exterior. Hubiera considerado la opción de que el numero estaba reservado para un local comercial, si no hubiera hecho la investigación para darse cuenta que si existía esa casa y estaba a nombre mediante un testamento a Sirius Black, la persona que no estabas registrada en el registro civil.

Harry ya habia realizado las labores de investigación pertinentes, camino por toda la cuadra y la midió paso a paso para darse cuenta que si media lo que decían las escrituras de la casa. Las casas 11 y 13 parecían medir más por fuera, pero por dentro y después de decirles que era para una labor policiaca. Todos los cuartos median lo mismo que en los planos de las casas. También habia preguntado que habia pasado con el número 12 de la cuadra, lo vieron como un loco, que jamás habia existido ese número y que de aseguro lo engañaron. Harry consideraba más seriamente que era una mafia vendedora de drogas con grandes recursos.

-¿Asi que usted es el detective que ha estado preguntando por Grimmuld place numero 12?-Dijo un anciano que se tambaleaba por lo borracho que estaba y Harry tuvo que moverse un poco para evitar ser bañado por vomito.-Si usted viera lo que he visto en mi vida, estaria igual de borracho para olvidarlo.

-¿Alienígenas?-Dijo Harry la primera tontería que se le vino en la mente que un borracho quisiera olvidar y que presumiría haber visto

-Esos me caen bien.-Dijo el borracho sentándose en su propio vómito y Harry prefirió no voltear a ver al borracho, para mantener su vista en la casa.-Los hechiceros, brujas , brujos, magos, personas que usan la varita, vi cuando usaron sus varitas y rayos de colores para esconder la casa y enviar un potente rayo a un anciano, si el anciano te dice, podrás ver la casa, les hizo olvidar a todos los vecinos que existe la casa.

-¿Qué necesito para entrar a esa casa?-Dijo Harry fingiendo interés y no sabía si de algo le serviría que ese borracho le dijera algo en estos momentos

-Cuando vea a una persona aparecerse es su boleto de entrada.-Dijo el Borracho intentando recargarse en Harry, pero este esquivo totalmente al borracho y empezó a caminar hacia la casa.

Harry sabía que tenía que haber algo como un pasadizo secreto o golpear alguna piedra, así se descubriría la piedra y podría entrar a ese edificio, lo malo es que el análisis no mostraba nada que le indicara que habia un pasadizo secreto para entrar y no tenía ganas de durar días, si no es que meses para cavar un túnel y lo peor tener que pedir permiso para escavar en la calle o en las casas de al lado. Harry se alejó un poco de la casa, cuando vio que una persona se apareció y ce acercaba hacia la casa, Harry corrió, hasta llegar a la persona y tomarla del cuello cuando vio una puerta de color negra metálica aparecer enfrente de ellos, las ventanas maltratadas y llenas de telarañas de la casa. Saco un rociador que tenía una droga que mantendría dormido al señor, por el olor a alcohol que traía no dudarían que se desmayó. Harry lo dejo en el suelo y saco sus herramientas para tronar la cerradura de la puerta.

Nunca fui al mundo magicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora