Capítulo 5: Las batallas

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Toqué el timbre de la puerta y me abrió José:
-Pequeña, ¿y Malú?-. Dijo José el hermano de Malú.
-No lo sé, no la encuentro, mi madre ha dicho cosas muy feas de ella y se ha largado la estoy buscando y no la encuentro.
-Ya sé donde puede estar-. Dijo José.

Fuimos y ahí estaba junto a la tumba de Paco de Lucía(su tío). Fui corriendo a abrazarla porque no paraba de llorar estaba arrodillada con unas rosas en la mano ya pochas por la lluvia:
-Malú te estaba buscando por todas partes-. Dije llorando yo también.
-Ve con tu quedirísima madre, ella es la que no te deja estar conmigo-. Me dijo ella rechazándome el abrazo.
-Por favor Malú te quiero más que a mi madre, eres mi gran ídola desde pequeña. No te vayas ahora que te tengo por favor-. Le supliqué volviéndola abrazar llorando.
-Está bien, ven-. Fuimos y me enseñó una tumba de un bebé el cuál ponía "Sara Sánchez Benítez". Yo con las dudas le dije:
-¿Es tu hermana pequeña?
-No, es mi hija. Le puse mis apellidos porque el padre desapareció por completo por eso tengo una habitación de un bebé-. Me explicó todo y lo entendí a la perfección.

Ya sabía porque tenía una habitación de un bebé. Ya entendía todo por fin.

José me miró e interrumpió mis pensamientos, me susurró al oído:
-Ella cree que sigue viva...

Yo no sabía que decirle en esos momentos, lo que no entendía era por qué mi madre la odiaba tanto. Malú me sacó de mis pensamientos:
-¿Nos vamos de aquí mejor?
-Sí-. Dijimos los dos a la vez.

Nos fuimos y yo fui a casa de la jefa. Me encantaba, pero esta vez me pidió que durmiera con ella. La verdad, que yo me parecía algo a ella, ¿y si era su hija? ¿Y por qué la tumba ahí? ¿Estaría vacía? No hacía más que preguntarme a mí misma. La verdad, que yo no me parecía a nadie de mi familia. Por eso me hacía tanta pregunta. Malú me volvió a sacar de mis pensamientos:
-¿Te ocurre algo pequeña?

Me abrazó y yo comencé a llorar apoyada en su hombro:
-Pero mi niña, ¿por qué lloras?
-Anda vamos a dormir...-. Le dije yo.

Nos fuimos a dormir mañana eran las batallas y estaba muy nerviosa.

A la mañana siguiente me despertó un besó de Malú en la frente con el desayuno en la mano:
-¿Y esto, Malú?
-Agradecerte todo lo que estás haciendo por mí.
-Te lo debería agradecer yo a ti por acogerme en tu casa, llevarme al hospi, enfrentarte a mi madre todo. Tu mùsica que he escuchado desde pequeña que me han prohibido años... y yo aún así la he escuchado. Todo esto es gracias a ti y te quiero con locura. Sólo tú has conseguido que sacara una sonrisa. Y te voy a decir más. Aunque me prohibieron irme contigo a tu equipo, mi madre cumplió mi sueño de llevarme a tu concierto. Y le debo todo un mundo porque tras ese concierto-. Comencé a llorar-. Tras ese conciertazo, me apunté a la Voz y te escogí a ti porque eres la persona más especial de mi vida. Te quiero-. La abracé y ella me abrazó llorando diciéndome:
-Te sonreí porque ví en tus ojos que eras muy especial para mí. Sé que tu madre no estaba muy de acuerdo en ese concierto, pero si puedo decir que eres genial. Que a ti te puedo contar todo y tú a mí igual. Congeniamos de una forma que es precioso. Y vamos que vamos a llegar tarde a las batallas-. Ups se me olvidaban las batallas, pero este momento era mágico. Yo a ella abrazada y ella a a mí llorando las dos como dos magdalenas.

Desayunamos y nos vestimos. Yo cantaba con Paula y Rosa. Ensayamos antes de entrar y cantamos Ni un segundo de Malú. Empezamos con los primeros acordes y yo saqué todo de mí saqué la fiera que llevaba dentro. Ahora sí, era hora de elegir quien se iba y quien no:
-Lo habéis hecho genial todas la verdad, pero me quedo con...-. Mis nervios me superaban-. Me quedo con Andrea.

Cuando dijo mi nombre en ese momento caí al suelo de rodillas dando gracias a que no me iba, me despedí de Paula y de Rosa y les di mi número de teléfono. Aunque tuviéramos un grupo de whatsapp los concursantes se lo di.

Fui corriendo a abrazar a mi jefaza y le dije:
-¿Has escogido por qué me quieres o por la voz?
-Te dije que tenías un quejido muy especial. Y es que la has bordado.

Después de todas las batallas nos fuimos a su casa, una llamada telefónica interrumpió mis oídos:
-¿Sí?
-¿Dónde coño te fuiste? ¿Ya te has ido con ella?-. Dijo mi madre.
-Ma...ma...mamá... esto...
Continuará...

Malú Y YoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora