Rutina.

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Sus manos no dejaban  de recorrer mi cuerpo, cada espasmo en el, no eran más que el placer contenido, parecía desesperado por satisfacer sus necesidades conmigo. Daba asco pensar que alguien estuviera tan desesperado por formar parte de un acto, tan sombrío como lo era el sexo, mi mente no hacía más que buscar todos y cada uno de los errores que cometía el pobre hombre que penetraba mi cuerpo de manera desesperada ,buscando su propio placer, cada hombre era igual solo pensando en el ,en satisfacerse era como si todos hubieran asistido a la misma escuela de patanes, todos sedientos por sexo.

-Termino el tiempo- escuche decir a josefina detrás de la puerta y el hombre no hizo más que apresurar el ritmo como si en dos minutos pudiera terminar ,  lo curiosos era que siempre lo hacían terminaban embarrandome  de su estúpido y asqueroso semen en el cuerpo, todo esto me parecía repugnantes y mis pensamientos siempre eran groseros pero a nadie parecía importarle , vivía en la misma rutina de siempre ellos terminaban decían cosas obscenas, se vestían y  se iban dejándome hay recostada, siempre sin levantarme llorando desnuda por la vida que me regalo mi madre, todo el tiempo maldiciéndola por drogadicta, por ambiciosa, todo el tiempo planeando lo que le diría cuando la tuviera enfrente de mí , planeando como la mataría.

Recuerdame -MemoriasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora