Capítulo 1: Perdimos todo

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Capítulo 1: Perdimos todo

-¿Qué apostaste qué?

-Hija, la suerte está de nuestro lado. Nada saldrá mal, no te preocupes

-¿Cómo quieres que no me preocupe si apostaste todo nuestro dinero, autos y casas?

-No todo, nos queda la casa de California.

-No viviré ahí

-No viviremos ahí

********** Dos horas después **********

-Hija, tenemos que vivir ahí

-¿Estas de broma? Gracias padre, gracias a ti nos quedamos en la calle

-Al menos nos queda la casa de California

-Pensé que habías dicho que no íbamos a vivir ahí

-Pero eso era cuando teníamos casa, ahora solo tenemos dos opciones: California o bajo de un puente

-Acabas de arruinar mi vida

-Por favor Rachel, no será tan malo

-¿Malo? Papá, tendré que viajar todos los días 6 horas para ir al colegio

-Hija, eso es otra cosa. Ya no tendré dinero para pagar tu colegiatura. Tendrás que asistir a una escuela pública en California

-¿Qué? Papá pero es mi último año y seré la única nueva con costumbres diferentes y ya no seré popular

-Hija, por favor, esta es la única salida. Tan pronto tengamos de regreso nuestra fortuna volveremos.

-¿Cómo la recuperaras?

-Bueno, podemos sacar la finca hacia adelante

-Queras decir tú, sabes que no sé nada sobre el campo

-Vamos hija, tómalo como unas largas vacaciones

-Vale, pero serán las peores de mi vida.

Salí del gran salón y le pedí al chofer que me llevara al colegio para despedirme de todas mis amistades. Al llegar caminé hasta la pequeña plaza, donde todos nos reunimos. Les conté a todos los presentes que me iría de vacaciones a California por tres meses. No quería que todos supieran que ahora soy una pobretona por la culpa de un padre adicto a las apuestas.

-Chelsea, te voy a extrañar pero te prometo que te llamaré todos los días

-Rachel, yo también te extrañare. El colegio no será igual sin ti.

Nos dimos un corto pero afectivo abrazo y al separarnos, caminé hasta donde estaba Harry, mi novio.

-Harry, adiós osito. Espero que no me olvides mi amor y te llamaré siempre.

-Adiós gatita, te amo y jamás te olvidare.

-¿Lo prometes?

-Pinky Promess.

Junté mis labios junto a los suyos, formando un beso largo y apasionado. Una pequeña lágrima recorrió mi rostro, cayendo en mi mejilla izquierda, cerca del borde de mi labio inferior. Papá me fue a recoger en la limusina, la cual entregaría antes de irnos. Mis ochos grandes y rosadas maletas estaban en cajuela. Luego de alrededor unos veinte minutos llegamos a la estación, donde uno de los empleados de California nos recogería. Bajé de la limusina y me despedí de Byron, el chofer. Mi papá me dio un leve golpe en el hombro derecho y me índico con su dedo índice hacia una dirección. Cuando miré me lleve las manos a la boca, estaba muy sorprendida. La camioneta en donde nos recogerían estaba llenada de lodo. Que asco.

Papá me abrió la puerta y entré. Quedé entre el empleado y mi padre. Que asco, mi bolso Prada se ensuciará.

Primer capítulo, bueno esta historia ya la tenía subida antes pero por un error se borró. La estoy volviendo a subir pero con mejor ortografía y mejor vocabulario.

Campesina con estiloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora