"todo lo que empieza, tiene que acabar"
Narrador
Los vampiros habían llegado ya... pues lo rumores vienen y van, con el rumor de que ahora hay un elegido que cuidará de la manada con sudor y sangre si es necesario, y claro que a los vampiros no les convenía, pues sabían que los elegidos eran criaturas invencibles, y para ello, tenían que destruir rastro de esperanza, alejarlo de la manada y talvez, solo talvez... matarlo.
Los vampiros no saben perdonar, y mucho menos olvidar, por lo que ahora saben que por 500 años, la cabeza de la manada de hombres lobo era ahora Orlando, el hijo de Alphonso Alberasturi, el único de los primogénitos que ha matado más vampiros que cualquiera, haciendo que el odio creciera aún más en ellos.
La cabeza de los vampiros, ahora, es Caleb Wilcox, hombre de 100 años hijo primogénito del esposo de la vampiresa que murió en garras del aquel entonces, jefe de la manada hombre lobo. Caleb guarda el odio por matar a la que podría ser su madre, su padre le metió tantas cosas en la cabeza, algunas ciertas, algunas completamente falsas, pero aun así el odia a los lobos con todo su ser.
La tormenta era más fuerte aun, eso significaba que no había nada que hacer, los demonios negros ya habían llegado.
Un gran tornado cayó cerca de Orlando, haciendo que con el aire tirara a todos lo que rodeaban el tormento, pero menos a Orlando, o no... él es mucho más fuerte que todos.
La tierra y el polvo fueron disminuyendo, haciendo que la vista se volviera más clara, así pidiéndose ver la silueta de un hombre, alto, fornido, con una postura tenebrosa y dominante, y un aura maquiavélica, se escuchó su risa, haciendo temblar a todos menos a Orlando, pues él sabía quién era. Unos ojos amarillos se vieron en toda esa neblina provocada por el tornado.
-¡témanme! Pues Caleb Wilcox ha llegado a reclamar la aún guerra... -dijo una voz grave y rasposa, el hombre en la neblina fue dando pasos lentos hasta que su figura se vio completamente haciendo que todas sus facciones físicas se vieran claramente, cuando la vista de Caleb se posó en la de Orlando, éste sonrió de lado haciendo ver su filosos colmillos- Orlando Alberasturi, hijo primogénito de Alphonso, el temible Alphonso...-dijo para después soltar una carcajada- aquel que mató a mi padre –dijo ahora con seriedad, con sus ojos llameantes de furia y el más puro rencor
- Caleb...-es lo único que logró decir Orlando
El vampiro ya molesto chasqueó los dedos y un humo negro apareció, dos hombres más aparecieron, del lado derecho apareció un hombre alto, con un cuerpo musculoso y unas facciones masculinas, sus cabellos negros cual carbón, y su barba en su mentón, escasa pero fina... del lado izquierdo estaba un chico de estatura media, delgado, con facciones delicadas y ojos rojos cual rubís, sus labios rojizos, con piel pálida al igual que los dos ya mencionados.
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Embriagante Destino©
Hombres Loboel vino, mi perdición , tú , amor mío eres igual que el vino , dulce y amargo a la vez, que con solo probarte me embriagas, me vuelves adicto a ti, no puedo alejarme de ti ahora, eres mío. una historia narrada por el mas puro amor de un joven huma...