Blue Rose ~MALEC~

Prólogo: Love Rain...

No podía ser peor día.

O al menos no en voz alta, porque de lo contrario las fuerzas del cosmos se burlarían de su persona y se esforzarían por qué fuera aún peor.

Casualmente el momento en que salía increíble, estupenda e irresistiblemente vestido (y más aún, por no dignarse a manejar cuando sabía perfecto que si lo pidiera lo llevarían a casa) la tarde noche se venía abajo, justamente por que en esos momentos a las 7:45:38 de la noche: había decido comenzar a llover.

Hasta cierto punto era inverosímil pues en su nada largo tiempo de vida, jamás había tenido tan mala suerte como ese dia:

Comenzando con su adorable y a veces malvado e infernal gato: Presidente Miau, quién había dedicado su mañana a destruir su más preciosa taza de café (con líquido en ella) sobre su NUEVA alfombra persa que acababa de comprar.

Después, el arreglo de su hermosa y costosa gabardina de Valentino había sido retrasada en demasía (pero incluso él admitia que al diseñador se le había pasado por alto el no colocarle glitter a la prenda); su cabello no había quedado del color que lo había planeado y su asistente había salido de viaje por lo que, a su mucho pesar tuvo que pisar la oficina medio día.

Ahora como si todo eso no fuera suficiente inri: de camino a la fiesta que tanto esperaba ese fin de semana pudo notar como esta se comenzaría a ver opacada por la inminente lluvia que ahora caía queda, pero sin duda amenazaba con volverse una tormenta.
Igual, la fiesta no era al aire libre y no debían preocuparse... A no ser que como perfecto idiota que ahora parecía, CLARAMENTE no llevaba una sombrilla.

-Todo lo que me pasa por ser endemoniadamente guapo- Sí... Era el rey del drama y su belleza externa era la culpable de su sufrimiento.

Nada le costaba llamar a alguien para que pasara por él, pero... La prioridad era refugiar esa carísima gabardina y su delicada persona de la lluvia.
Corrió lo más lejos que pudo y se escondió bajo lo que parecía un amplio, grande, seguro y principalmente SECO techo de entrada a un jardín.

Suspiraba y se sacudía sólo las pocas gotas que se habían atrevido a tocar su bello y egocéntrico ser, para finalmente dirigir la vista a su alrededor y ver por dónde sería el camino más corto a casa. Sí, ya no quería llegar a la fiesta y su rabieta era digna de ser ejecutada.

Para su sorpresa al estar maldiciendo a todo lo que pudiera ser maldecido, su mirada se posó en el jardín detrás suyo. El aroma de las flores era inevitable de apreciar aún con la lluvia y el asfalto siendo mojado por la misma.

Increíblemente aunque eran finales de la temporada de invierno, estaba lleno de enormes hortensias, que formaban increíbles y bellos arbustos de colores blancos, verdes, malva, púrpuras y rosáceos.

Había una bella fuente y lo que parecía un pequeño lounge de esos de gente rica y campirana que no tiene nada que hacer para disfrutar de una tarde, solían tener en sus jardines en campiñas, pero sin negar el exquisito (aunque algo vintage -por no decir rústico o viejo-) gusto del decorador.
Echaba un vistazo y sin duda podía decir que era una casa de ricos lejos de su amado Brooklyn dónde su costoso departamento era oculto en un viejo y destartalado edificio.

Pero de entre todos esos bellos arbustos llenos de hortensias, Fresias e incluso algunos jazmines, pudo ver más cercano a él unos cuantos rosales que amenazaban con abrir apenas el frío se fuera.

Para contrastar sin embargo con el colorido jardín, todos los rosales parecieran ser blancos. Una pena tomando en cuenta la cromática del lugar... Pero antes de que pudiera decir algo más, su vista fue redireccionada en automático por una muy bella (y afortunadamente cercana) rosa de color azul en medio de todo aquello. ¿Cómo podría haber una rosa AZUL en flor, a fines de invierno y en medio de un rosal blanco? Era una probabilidad de .0000001%